21/11/2024
ArgentinaCultura y Show BusinessOpinión

Crisis en Radio Continental

Escribe Guillermo Courau*

Crisis en Radio Continental: salarios adeudados, conductores enojados y una emisora que atraviesa días decisivos.

Disimular la angustia o el malestar es más fácil cara a cara. Sonrisa amplia, mirada penetrante, ademanes exagerados, todo ayuda. El problema es la voz vehemente, de bronca; la respiración entrecortada. Manifestaciones traicioneras de que algo no está bien.

Por eso la radio es tan humana, por eso genera tanta cercanía entre el comunicador y los oyentes, porque desnuda los sentimientos, porque se vuelve evidente cuando algo no está bien. Y en Continental hay muchas cosas que no están bien.

El lunes 21 de octubre, en su Bravo Continental, Fernando Bravo disfrutaba de una entrevista con Fernando Marín, histórico productor y hacedor de éxitos en radio y televisión. Treinta años de relación entre ambos redundó en una charla tan entrañable como interesante.

Lo que no se imaginaban los oyentes, en que esa conversación también daría pie a lo que vino después, a que el conductor abandonara su característico tono afable para ponerse serio y exponer el malestar que están viviendo tanto él como sus compañeros de emisora.

  • Crisis en Radio Continental

Así cerró Bravo la charla: “Creo que lamentablemente la radio atraviesa por momentos difíciles, toda la vida de la comunicación atraviesa por momentos difíciles. No solo por los ataques que el periodismo recibe, también la infraestructura de las radios, de los medios, ha caído en gran medida en manos de gente inexperta, que no conoce los secretos de la comunicación, de la radio, del respaldo. Y uno siente a veces que transita por caminos donde el respeto está ausente, uno de pronto habla con empresarios serios, con vieja historia, como el caso de Fernando Marín. Esos empresarios con visión llegaron al mundo de la radio y de la televisión, con la idea de ganar dinero, porque otra cosa un empresario no puede pretender, pero básicamente, más allá de ganar dinero, había un respeto para todos aquellos que depositaban su trabajo, su confianza”.

Contundente, con la solvencia acostumbrada, Fernando Bravo describió sin nombres propios, la situación que atraviesa Radio Continental, cuya crisis se profundiza mes a mes con medidas de fuerza en pos de una regularización salarial, pedido que no es nuevo, pero sí recurrente y cada vez más reiterado.

Desde mitad de año, trabajadores de la radio ya se venían quejando de la falta de pago de los salarios y también del incumplimiento de promesas laborales. En un momento algo de esas deudas se empezaron a saldar, pero de todas maneras, en la actualidad, los sueldos no se pagan en tiempo y forma.

LA NACIÓN intentó buscar sin éxito la palabra de un responsable de la radio para que aporte más detalles sobre la situación actual y futura.

Con el correr de las semanas, y ante la falta de una respuesta satisfactoria, malestar e incertidumbre fueron creciendo de manera directamente proporcional a las medidas de fuerza. En las últimas semanas, distintos sectores de Radio Continental comenzaron a ejercer una sucesión de medidas de fuerza escalonadas para cubrir el aire de la emisora, consistentes en: seis horas de trabajo normal, otras seis de trabajo a reglamento, seis más de retención de tareas (es decir, paro), y nuevamente trabajo normal hasta cubrir las 24 horas. Día a día, operadores, locutores y el resto del personal de planta de la emisora, alternaron entre estos formatos, algo que repercutió directamente en la programación, con conductores agradeciendo al aire la operación técnica de personal jerárquico, que debió ocupar esos lugares ausentes.

  • “Falta de respeto”

En su editorial del lunes 21, Fernando Bravo lamentaba profundamente esta situación que, lógicamente, también lo afecta en lo personal. Y apuntaba sus críticas a quienes no ofrecen una solución tajante y definitiva: “Transitamos momentos de una enorme irrespetuosidad de quienes hoy manejan los medios. Y hablo con conocimiento de causa, y hablo desde un medio que atraviesa momentos difíciles, pero que también atraviesa momentos de una indiferencia grande. Momentos en que, sinceramente, ningún profesional, llámese como se llame, merece una falta de respeto. Y eso está sucediendo todos los días”.

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