Bajará 4.3% la superficie de siembra de soja en Argentina

Bajará 4.3% la superficie de siembra de soja en Argentina previendo 17,6 millones de hectáreas para esta campaña.
Con esta disminución se interrumpirá la tendencia de los últimos 4 años.
Durante la primera semana de agosto, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires comenzó el relevamiento de la intención de siembra en la pre campaña del ciclo 2025/2026.
Este relevamiento tiene el objetivo de proyectar la intención de siembra de soja a nivel nacional, basado en información proporcionada por la red de productores que aportan información a los analistas de la Bolsa.
En función de los datos relevados hasta el momento, se espera que el área sembrada disminuya 4,3%, pasando de 18,4 millones de hectáreas a 17,6 millones en la campaña 2025/2026.
Pero si bien se proyecta una caída interanual en la superficie destinada a la oleaginosa, el área se mantendría como la segunda extensión más elevada de los últimos cinco ciclos y superaría el promedio del mismo período que se ubica en 17 millones de hectáreas.
Esta reducción estaría explicada principalmente por una menor intención de siembra de soja de primera frente a cultivos como maíz y girasol.
La recuperación del área de maíz, favorecida por la baja en la presión de Dalbulus maidis, junto al incremento del cultivo de trigo y el buen desempeño del girasol, explican la reducción en la plantación de soja de primera siembra.
Sin embargo, el aumento del área triguera impulsará mayores plantíos para soja de segunda, moderando la previsión de caída de la producción a nivel nacional.
En consecuencia se prevé una mayor proporción de plantíos de soja de segunda en comparación con la campaña previa.
Todo esto ocurriría en un contexto climático que, al momento, se perfila como un año con condiciones dentro de
los rangos normales de precipitación para la ventana de siembra.
Este ajuste, que implica una disminución de 800.000 hectáreas respecto a la campaña previa, está vinculada a una serie de factores.
Entre estos factores se enumera la mayor rotación de cultivos, una mayor competencia por superficie por parte del maíz y, en menor medida, del girasol.
Además se contempla un aumento en la superficie triguera.
Pero la reducción de la superficie destinada a siembra de soja de primera se debe también a factores económicos.
Éstos continúan siendo determinantes, en un contexto donde la relación insumo-producto y los márgenes ajustados condicionan la expansión del área sembrada.
La intención de siembra de soja para la
campaña 2025/26 refleja una disminución respecto al ciclo previo, interrumpiendo la tendencia alcista de las últimas cuatro campañas.
- Situación regional
En el norte del área agrícola se registra la mayor retracción de superficie para la soja de primera siembra.
El repunte del maíz, tras la disminución del insecto vector, sumado al incipiente avance del girasol en Córdoba, desplazaría parcialmente a la oleaginosa.
Este aumento en la superficie de cultivos de la campaña fina permite compensar parcialmente la caída de los plantíos tempranos a través de una mayor participación de los plantíos de segunda.
En la región central, que incluye ambos núcleos, el Centro-Este de Entre Ríos y el sur de Córdoba, la menor competitividad de los márgenes brutos de la soja de primera frente a maíz, sumado a una mayor siembra de trigo reduce la intención para los cultivos de primera de la oleaginosa.
No obstante, el incremento del área triguera impulsa planteos de segunda, que atenúan en gran medida la baja en el total regional, siendo la región donde los planteos de segunda atenúan mayormente a la pérdida en el área de primera.
Cabe destacar la situación particular sobre el oeste y centro de Buenos Aires, donde los excesos hídricos acumulados durante el invierno han cobrado protagonismo y generan un marco de incertidumbre.
Parte del área destinada a cultivos de la campaña fina no logró implantarse y aún se observan lotes anegados.
En este contexto, la definición final dependerá del ritmo de drenaje de los suelos para habilitar las siembras tempranas de maíz y girasol.
De persistir la saturación hídrica y registrarse demoras en estos cultivos, que compiten directamente con la oleaginosa, podría incrementarse la participación de soja de primera en detrimento del maíz temprano y el girasol.
Finalmente, en el sur del área agrícola la reducción de soja es leve y responde a la mayor competitividad de maíz y al atractivo del girasol.
En el sudeste bonaerense la sustitución hacia estos cultivos es más marcada, mientras que en el sudoeste los márgenes relativos resultan algo más favorables para la oleaginosa.
Esto permitirá sostener un nivel relativamente estable de superficie.
- Escenario climático
Al inicio de la campaña 2025/26, los perfiles de suelo en gran parte del área agrícola nacional se presentan con una adecuada recarga en profundidad, alcanzando niveles cercanos a la capacidad de campo.
Esta condición asegura una buena base hídrica para el desarrollo inicial de los cultivos, aunque será necesario que las precipitaciones de primavera mantengan la humedad en superficie para permitir una correcta implantación de las siembras tempranas.

La perspectiva para el inicio de la siembra de soja de primera durante la primavera en las regiones primicia del norte de Buenos Aires y el sur de Córdoba y Santa Fe muestra un escenario con precipitaciones en niveles cercanos a los valores normales, en el marco de una primavera con circulación tropical en aumento y un patrón climático más equilibrado.
En paralelo, se prevén excesos hídricos en sectores del NOA y el Chaco, mientras que hacia fines de la estación podría instalarse un lapso seco y caluroso sobre el centro de la Región Pampeana.
Durante el verano de 2026, coincidiendo con momentos clave para la siembra de los plantíos de segunda y el inicio de las labores sobre el norte del país, se prevé un régimen de precipitaciones mayormente dentro de los promedios históricos en gran parte del área agrícola, pero con marcados contrastes regionales.
Se anticipan excesos hídricos en el norte del NOA y la Región del Chaco. En contraste, el sudoeste bonaerense podría registrar lluvias por debajo de lo normal.
- Escenario económico
Para la campaña agrícola 2025/2626, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) proyecta una
producción mundial de soja de 426,39 millones de toneladas.
Ese volumen implica un incremento de 0,57% respecto al ciclo anterior.
Las exportaciones globales se estiman en 187,44 millones de toneladas, con un aumento de 3%, mientras que los stocks finales se proyectan en 124,9 millones de toneladas, una disminución del 0,23%.
Mientras, las importaciones alcanzarían 185,86 millones de toneladas (+4,22%), aunque con caídas en la Unión Europea, en respuesta a cambios en la demanda interna y a la mayor disponibilidad de otras oleaginosas.
En Estados Unidos, se estima una producción de 116,82 millones de toneladas, volumen que marca una disminución de 2% en comparación con la campaña anterior, atribuída a una reducción en el área sembrada asociada al precio y la guerra comercial con China.
Por otro lado, en Sudamérica, Brasil lidera con una producción récord
proyectada de 175 millones de toneladas, mientras que en Paraguay se estiman 11 millones de toneladas.
El aumento en la oferta global, superado por una demanda que crece a un ritmo mayor, ha provocado una leve caída en la relación stocks/consumo, proyectada en 29%, que implica 1 punto porcentual menos respecto al ciclo anterior.
En el caso de la soja, el panorama era particularmente desfavorable.
La serie de precios mostraba una tasa de variación inicial de -3%, lo que posicionaba al cultivo como el más rezagado entre los principales granos.
Sin embargo, el escenario cambió con la publicación del último informe WASDE, que confirmó expectativas de producción, área y rendimientos récord para el maíz en Estados Unidos.
Este shock de mercado generó un efecto alcista sobre la soja, que pasó a registrar una tasa de crecimiento positiva del 2%,
reduciendo la caída acumulada de la serie a -1%.
De esta manera, la soja recupera protagonismo en la competencia por el área agrícola, reposicionándose como una alternativa frente a otros cultivos.
En el mercado local, el precio durante el periodo de pre siembra de la soja para la posición mayo-2026 se sitúa en USD 295 por tonelada, lo que representa una suba de 4.2% en comparación con las cifras registradas en la campaña anterior y 3,4% debajo del promedio de las últimas cinco campañas.

Al comparar el precio a cosecha de la soja con el del maíz durante el período de pre-siembra, se observa que, aunque ambos experimentaron una reducción en comparación con la campaña anterior, el precio de la soja recuperó competitividad relativa frente al maíz.
Sin embargo, al analizar la relación histórica entre ambos, los precios relativos se mantienen en niveles promedios.

En el mercado internacional de insumos, los precios de los principales fertilizantes mostraron un comportamiento alcista durante el período de pre-siembra.
De acuerdo con datos del Banco Mundial, los fertilizantes fosfatados registraron un incremento interanual de 37%, mientras que los nitrogenados aumentaron 39,3% respecto al mismo período de la campaña anterior.
Además, desde mayo del presente año ambos grupos profundizaron la tendencia alcista, acumulando subas de 18,8% en fosfatados y de 29,5% en los fertilizantes nitrogenados.
A nivel doméstico, los fertilizantes nitrogenados exhibieron un aumento interanual del 10,6%, en tanto que los fosfatados mostraron un incremento más moderado de 4,7% frente a la presiembra pasada.
Comparando el promedio de las últimas cinco campañas, los precios de los fertilizantes nitrogenados se ubican 2,1% por debajo, mientras que los fosfatados se encuentran 4,6% por encima.
En relación con otros insumos estratégicos, los precios de combustibles registraron una reducción de 1,4% respecto al ciclo previo y se mantienen 1,5% por debajo del del promedio quinquenal.
Paralelamente, los herbicidas aplicados en cultivos de soja mostraron un descenso interanual de 16,1%, ubicándose 43,3% por debajo del promedio de las últimas cinco campañas.

Los movimientos recientes en los precios de granos e insumos impactaron en las relaciones insumoproducto (I-P), que miden la cantidad de grano necesaria para adquirir una unidad de insumo.
La relación entre el precio de la soja y el combustible mostró una mejora de 3,5%, al igual que la relación con el glifosato, que se fortaleció en 12,2%.
Esto implica que actualmente se requiere una menor cantidad de soja para adquirir igual volumen de combustible y herbicida.
En contraste, la relación con los fertilizantes evidenció un deterioro, registrando una desmejora de 12,1% respecto al ciclo previo.
Si a esto lo comparamos con las últimas
5 campañas, tenemos una mejora considerable en el glifosato de 33,4% siendo negativos para FMA y gasoil en 24,4% y 15,9% respectivamente.
En este sentido, los márgenes resultan ajustados, especialmente al incorporar los costos de arrendamiento.
Si bien la caída en el valor de algunos insumos otorga cierto alivio, la rentabilidad continúa siendo reducida e incluso negativa en varias regiones productivas. 
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