El nuevo billete de 2.000 pesos se suma a la historia de la inflación argentina
El Directorio del Banco Central de la República Argentina (BCRA) informó hoy que aprobó la emisión de un nuevo billete que incorpora la denominación $ 2000 y que se integrará a la actual Línea Peso pero también se suma a la historia de la inflación y de la numismática argentina que incluye la emisión de papel moneda hasta por un valor nominal de 1 millón de pesos.
El nuevo billete fue diseñado en colaboración con Casa de Moneda y “conmemora el desarrollo de la ciencia y de la medicina en la Argentina y tendrá como protagonistas al Instituto Malbrán, y a la Dra. Cecilia Grierson y al Dr. Ramón Carrillo, precursores en el desarrollo de la medicina en nuestro país”, explicó el Banco Central.
En el anverso del billete estarán las figuras de Cecilia Grierson, primera mujer argentina en recibir el título de doctor en medicina en el año 1889, y de Ramón Carrillo. En el reverso del billete se representa al edificio del Instituto Nacional de Microbiología que lleva el nombre del doctor Carlos G. Malbrán.
La denominación de la moneda argentina que más duró en el tiempo fue la que surgió en la sanción de la Ley Nro.1130, modificada por la Ley Nro.3871 del 4 de noviembre de 1899 se establece como unidad monetaria argentina el Peso Moneda Nacional, cuya vida económica se extendió hasta fines de la década de 1960.
Le siguió el denominado Peso Ley 18188 que tomó el nombre de la sanción de la Ley Nro. 18188, del 5 de abril de 1969, que estableció esta unidad monetaria a partir del 1 ° de enero de 1970. La relación entre esta línea y su predecesora, la línea Peso Moneda Nacional, fue de 1 $Ley = 100 m$n.
Con un tiempo más breve, mediante el Decreto PEN N° 22707, se estableció como unidad monetaria argentina el Peso Argentino ($a), vigente a partir del 1° de junio de 1983 y la relación entre esta línea y su predecesora, la línea PESO Ley, fue de 1 $a = 10000 $ Ley 18188.
El Peso Argentino fue suplantado mediante el Decreto PEN N° 1096 del 14 de junio de 1985, que estableció como unidad monetaria argentina el AUSTRAL (A), vigente a partir del 15 de junio de 1985. La relación entre esta línea y su predecesora, la línea PESO Ley, fue de 1 A = 1000 $a.
La continuidad se produjo a partir del Decreto PEN N° 2128 del 10 de octubre de 1991 dispuso la puesta en vigencia de la LÍNEA PESO a partir del 1 de enero de 1992. Se estableció una paridad de un peso ($1) equivalente a diez mil australes (A 10.000). El peso era convertible con el dólar estadounidense a una relación un peso ($1) por cada dólar. Esta paridad se estableció continuando con lo legislado por la Ley de Convertibilidad del Austral N° 23.928 del 27/03/1991 y los billetes emitidos en esa oportunidad llevaban la leyenda “Convertibles de curso legal”.
Esta línea monetaria presenta actualizaciones en los diseños de sus denominaciones que motivó la desmonetización de los billetes de su emisión original de 1992.
La Convertibilidad llegó a su fin en el año 2002 y a partir de ese momento la moneda argentina se denominó Peso, a secas, sin otros aditamentos.
Desde aquel Peso Moneda Nacional nacido en la década de 1880, el signo monetario argentino ha debido dejar atrás 13 ceros, lo que refleja la evolución de la inflación en la economía argentina hasta la actualidad.
A pesar del lanzamiento del nuevo billete de 2.000 pesos, el BCRA informó que “impulsa el uso de los medios electrónicos de pago en las transacciones con medidas innovadoras que permiten su desarrollo a partir del programa Transferencia 3.0”.
Para sustentar esta afirmación el BCRA explicó que “las transferencias inmediatas tuvieron un crecimiento interanual en diciembre de 2022 de un 98,8% en cantidades y un 18,7% en montos; y los pagos con transferencias con QR interoperable crecieron un 41,4% interanual a diciembre del año pasado”.
Los datos del Banco Central sostienen que en este tiempo reciente, también se extendió el pago con cheques y que la participación del ECHEQ sobre el total de pagos compensados alcanzó el 33,1% en cantidades y 57,9% en monto.
Para la autoridad monetaria, mientras avanza el proceso de digitalización de los pagos, este billete de mayor denominación “permitirá mejorar el funcionamiento de los cajeros automáticos y al mismo tiempo optimizar el traslado del efectivo”.
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