24/11/2024
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Cultivos con clima más favorable pero precios a la baja

Escribe Juan Manuel Garzón*

Contrastes en el horizonte agrícola: cultivos con clima más favorable pero precios a la baja

Una buena parte de la región productiva agrícola ha superado ya la sequía histórica y avanza con las siembras de trigo y demás cultivos de invierno, mientras que otra esperará hasta las lluvias de primavera y la recarga de los perfiles.

Los pronósticos hacia fines de año son alentadores previendo precipitaciones por encima de las normales justo en zonas en las que se observan los mayores faltantes de humedad.

El macro contexto climático está mutando a favor del país, uno de los fenómenos globales que dominan el clima en la región, el fenómeno El Niño Oscilación del Sur, cambiaría su género después de casi tres años, pasando de fase Niña a Niño.

  • Contracara

En los ciclos Niño el país ha tenido, al menos en últimas décadas, siempre buenas cosechas.
La contracara de estas noticias climáticas positivas son los precios internacionales de las commodities.

En los últimos meses las cotizaciones muestran tendencia negativa, señal que los factores alcistas han perdido intensidad y que están prevaleciendo aquellos de signo contrario.

Los mercados de futuros revelan que el fenómeno de corrección en los valores todavía no habría llegado a su fin y que el 2024 puede tener precios más parecidos a los del año 2020 que a aquellos observados durante estos últimos dos años y medio.

  • Precios

Para tener una referencia, la soja cotizó en el Mercado de Chicago a un precio medio de US$ 503/ton en 2021, de US$ 569/ton en 2022, en 2023 estaría bajando a US$ 504/ton, y seguiría ajustando en el 2024 para ubicarse en US$ 452/ton, de acuerdo a lo que marcan los futuros (a mediados de junio).

Ajustando los valores nominales a poder de compra constante (IPC USA), se observa que la caída de precios que se produciría entre 2022 y el 2024 sería de un 27% en términos reales y que los precios esperados para el 2024, de confirmarse, no distarían mucho de los observados en 2020.

Este recorrido probable de los precios internacionales no debe sorprender, luego de dos años de valores muy altos (2021 y 2022), la producción responde en forma expansiva, haciendo que las expectativas converjan hacia un muy buen suministro de granos en el ciclo 2023/2024, siempre que las condiciones climáticas sean relativamente normales, particularmente en Estados Unidos y Brasil.

Respecto del primer país, nótese que su campaña agrícola está arrancando con limitantes hídricos que, si bien hay tiempo para que las lluvias corrijan el problema, de agravarse en estas próximas semanas pondrían un piso a la baja de precios internacionales antes comentada, lo que sería claramente una muy buena noticia para Argentina.

En esta columna se tratan dos temas vinculados a la coyuntura y el futuro cercano de la
actividad agrícola.
Primero, se hace una breve descripción de cómo se encuentra la región productiva en
cuanto a condiciones de humedad en los perfiles, considerando que por estos días está
avanzando (lentamente) la siembra de los cultivos de invierno del ciclo agrícola 2023/24
(trigo, cebada); también se hace una referencia al clima que podrían tener los cultivos
fuertes del país, aquellos que se siembran en primavera/verano (soja, maíz), en caso que se confirmen los pronósticos actuales.
Segundo, se analiza con un poco más de detalle lo que viene sucediendo con los precios
internacionales de las principales commodities agropecuarias del país en lo que va del año y también lo que podría pasar con ellos en el segundo semestre y el 2024.
En particular se pone foco en tres fundamentos del mercado: a) la posible evolución de la producción mundial, el consumo y las existencias de granos según las últimas proyecciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA); b) el avance que viene mostrando la campaña 2023/24 de Estados Unidos, cuyos resultados productivos finales ejercen un notable impacto sobre los mercados; c) por el lado de la demanda global, la dinámica de las importaciones chinas de soja en lo que va del 2023 y lo que se espera podría suceder con ellas el año próximo.

  • El clima cambia de género

Luego de la sequía histórica, la región productiva está por ingresar al invierno y al ciclo
agrícola 2023/24 mostrando dos caras muy diferentes en materia de reservas hídricas en suelos.
Por un lado, se observa una gran franja de tierras al este y norte del país, que comprende las provincias de Entre Ríos, prácticamente toda Santa Fe (con excepción del suroeste), el centro y sur de Buenos Aires, Santiago del Estero, el sureste de Salta, toda Formosa, con muy buenas reservas de agua útil en los perfiles; en esta zona, la siembra de los cultivos de invierno debería avanzar sin problemas, considerando que están dadas las condiciones de humedad para ello.
Por el otro, se tiene otra gran subzona más hacia el centro y el oeste del país, que abarca buena parte de Córdoba, el noroeste de Buenos Aires, La Pampa, el suroeste de Santa Fe, que no ha logrado mejorar su disponibilidad de agua con las últimas precipitaciones y permanece con restricciones hídricas importantes en sus perfiles; en esta segunda zona, es muy probable que muchas tierras queden en reserva, que los productores decidan no arriesgar con siembras de invierno, conservando la escasa humedad que disponen hasta que lleguen las lluvias de primavera y la ventana de inicio del ciclo productivo de los cultivos de verano.

Que al menos parte de la región productiva haya superado la sequía histórica es una muy buena noticia, que se completa con los pronósticos de lluvias que se anticipan para la primavera, con precipitaciones que estarían por encima de los niveles normales justo en zonas en las que se observan faltantes importantes; el macro contexto climático está
mutando a favor del país, uno de los fenómenos globales que dominan el clima en la región (fenómeno El Niño Oscilación del Sur) cambiaría su género después de casi tres años, pasando de fase Niña a Niño.

En las fases Niño de este este fenómeno el país ha tenido siempre, al menos en últimas décadas, buenas cosechas.

En cuanto a la evolución de los cultivos de invierno, hasta su último informe (8 de junio), la Bolsa de Cereales de Buenos Aires mantenía su proyección de 6,3 millones de hectáreas que se sembrarían con trigo (frente a 6,1 millones en el ciclo previo), que en caso de completarse sería muy bueno pensando en la disponibilidad de ingresos y exportaciones hacia fines del año; de todos modos, la misma entidad alertaba sobre la importante demora observada en el avance del proceso de siembra y cómo la restricción hídrica podría terminar reduciendo el área finalmente implantada.
Por su parte, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en una publicación más reciente (14 de junio), que incorpora seguramente la falta de humedad en una de las zonas importantes del país, estima 5,6 millones de hectáreas de trigo, un ajuste del 5% respecto del área implantada en el ciclo previo.
Nótese que incluso se confirme un área sembrada menor a la de la campaña 2022/23, la
producción de trigo 2023/24 debería crecer, considerando que el ciclo previo fue muy flojo en materia de rindes.

De hecho, en el informe antes mencionado, la BCR proyecta 16 millones de toneladas de trigo, un 40% más que en el ciclo previo.

  • Los precios de las materias primas agropecuarias en retroceso

En un contexto de ajuste generalizado de precios de commodities a nivel global, donde
destacan las bajas en los productos energéticos (petróleo, gas natural), las principales
materias primas agropecuarias que exporta el país se están ubicando en niveles inferiores a los del año pasado, lo que agrava el problema que generó la sequía sobre las cuentas externas del país.

Según precios FOB oficiales, en lo que va de junio el aceite de soja cotiza 43% por debajo de su valor de similar mes del año pasado, el trigo se ubica un 23% por debajo, la soja un 20% por debajo, el maíz un 19% por debajo, y sólo la harina de soja se mantiene relativamente nivelada, mostrando una caída de sólo el 3% interanual.

Cuando se repara en el mes a mes, se observa que las tendencias son en general negativas, salvo el caso del precio del trigo que en los últimos dos meses ha revertido su situación y muestra señales de mejora en el corto plazo.

*Economista del IERAL. Fundación Mediterránea

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