El precio del poroto de soja se contrajo 7,6% durante el mes pasado, el del maíz 2,5% y el del trigo 2,6%.

El precio del poroto de soja se contrajo 7,6% durante el mes pasado, el del maíz 2,5% y el del trigo 2,6%.

Escribe Leandro Viegas*

La soja brasileña mantiene el liderazgo mundial en medio de un escenario cambiante para la cosecha 2024/25.

La cosecha de soja 2024/25 se perfila como un hito para la agroindustria brasileña, con previsiones que indican crecimiento de la productividad y ampliación de la superficie sembrada, especialmente en Mato Grosso, el mayor productor del grano del país, según datos de la Companhia. Nacional de Abastecimiento (Conab) la cosecha nacional tendrá un incremento récord del 8,3%, alcanzando 322,47 millones de toneladas. Esto consolida aún más al país como el mayor productor del mundo.

Este aumento de la producción traerá beneficios directos a la balanza comercial, especialmente con la demanda continua de China y la Unión Europea.

En otras palabras, está claro que el sector responsable de alrededor del 25% del PIB brasileño seguirá siendo uno de los principales motores del crecimiento económico, generando más empleos e ingresos para las regiones productoras, especialmente en el Centro-Oeste.

  • La soja brasileña mantiene el liderazgo mundial.

Paralelo a este escenario global, el mercado de la soja continúa impactado por una serie de factores económicos y climáticos.

Las condiciones adversas en regiones productoras competidoras, como Estados Unidos y Argentina, donde el fenómeno de El Niño ha provocado sequías prolongadas, pueden favorecer un aumento de la demanda de soja nacional.

La expectativa es que este desequilibrio entre oferta y demanda en el mercado internacional mantenga los precios calientes, beneficiando a los productores brasileños.

Otro factor que respalda el mercado mundial de la soja es la demanda de biocombustibles.

El aceite extraído del producto es un componente esencial en la producción de biodiesel, lo que hace subir los precios.

Además, China, el mayor comprador de Brasil, continúa ampliando su consumo de piensos debido a la recuperación de su cabaña porcina tras el brote de peste porcina africana.

Sin embargo, la apreciación del real frente al dólar podría ejercer presión sobre los precios.

Una moneda brasileña más fuerte tiende a reducir la competitividad en el mercado internacional, ya que los márgenes de ganancia de los exportadores se comprimen.

Además, el aumento de los costos de producción, impulsado por el alto precio de insumos como fertilizantes y pesticidas, también es un factor de preocupación.

  • Crecimiento en Mato Grosso

Según el Instituto Mato Grossense de Economía Agrícola (IMEA), se espera que la superficie sembrada de soja en Mato Grosso aumente un 1,47%, alcanzando 12,66 millones de hectáreas.

Este crecimiento está impulsado por la conversión de pastos en tierras de cultivo y refleja el optimismo del mercado, impulsado por los buenos precios futuros de los cereales y la demanda mundial.

El Estado sigue siendo uno de los pilares de la producción, responsable de alrededor del 27% del total del país.

También se prevé que la productividad experimente un salto significativo, con un promedio estimado de 57,97 sacos por hectárea, un número estable, pero un 11% más alto que la última cosecha.

Este aumento de la productividad debería resultar en un total de 44,04 millones de toneladas, es decir, un crecimiento del 12,78% respecto al ciclo anterior.

A pesar de algunos retrasos en la siembra debido a la sequía al comienzo de la temporada, se espera que la normalización de las precipitaciones en las próximas semanas ayude a mantener estas proyecciones optimistas.

Esto refuerza la posición del Estado como mayor productor nacional del grano, con previsiones de exportación de 26,91 millones de toneladas, un 4% más respecto a la última cosecha.

Además de Mato Grosso, otras regiones se han destacado por su buen desempeño en la siembra de soja y proyecciones de cosecha para 2024/25. Estados como Mato Grosso do Sul, Paraná y la región de MATOPIBA (Maranhão, Tocantins, Piauí y Bahía) continúan ampliando sus áreas de cultivo y su productividad, impulsados ​​por la adopción de tecnologías y prácticas de gestión sostenible.

Mato Grosso do Sul, por ejemplo, ha registrado un crecimiento continuo en el área plantada, con el uso de agricultura de precisión y manejo sostenible, lo que ha contribuido a una mayor eficiencia productiva.

En Paraná, el segundo productor de soja del país, las proyecciones también son optimistas, a pesar de los desafíos climáticos.

El Estado ha invertido en tecnología agrícola, lo que debería garantizar una cosecha temprana y competitiva en los mercados nacionales y extranjeros.

En la región de MATOPIBA, considerada una de las fronteras agrícolas más prometedoras, el crecimiento del área plantada y las inversiones en infraestructura han sido importantes para aumentar la producción.

También se espera que la cosecha en esta región se amplíe, con el uso de nuevas tecnologías y el desarrollo de una logística eficiente para el transporte de cultivos.

  • La logística genera incertidumbre

A pesar de las previsiones optimistas para la producción de soja en 2024/25, los desafíos logísticos siguen siendo una “espinita clavada”.

La infraestructura de transporte, especialmente la dependencia del transporte por carretera, todavía enfrenta obstáculos que afectan el flujo de producción de cereales hacia los puertos de exportación.

Hoy en día, el transporte por carretera representa más del 60% del flujo de producción, pero muchas carreteras se encuentran en condiciones precarias, lo que aumenta los costos de transporte y provoca retrasos, especialmente durante el período de intensas lluvias durante la cosecha.

Aunque el gobierno ha invertido en modernizar algunas carreteras y desarrollar nuevos corredores logísticos, como Arco Norte, que utiliza puertos de Pará para facilitar las exportaciones, la infraestructura aún es insuficiente para satisfacer la creciente demanda.

La ampliación de la red ferroviaria, como el Ferrocarril Norte-Sur, también se considera una solución a medio y largo plazo para aliviar los cuellos de botella logísticos y reducir los costes de transporte, pero estos proyectos aún se encuentran en la fase de desarrollo.

Mientras tanto, los productores deben hacer frente a altos costos logísticos, que afectan directamente los márgenes de ganancia y la competitividad internacional de la soja brasileña y aún así, la soja brasileña mantiene el liderazgo mundial.

Mirando el lado positivo, el apoyo gubernamental y de las entidades agrícolas ha sido esencial para ayudar a los productores a enfrentar la adversidad.

Programas como el Subsidio a las Primas del Seguro Rural (PSR) protegen a los agricultores de graves pérdidas causadas por fenómenos climáticos extremos, mientras que el crédito rural facilita la financiación de tecnologías y prácticas que ayudan a mitigar los efectos de la sequía.

A largo plazo, estrategias como el uso de cultivares más resistentes a la sequía, sistemas de riego eficientes y prácticas de siembra directa pueden garantizar la resiliencia del sector agrícola frente al cambio climático.

Podemos concluir que la cosecha de soja 2024/25 está rodeada de optimismo, con proyecciones de crecimiento en áreas de cultivo y productividad, impulsadas por las buenas condiciones del mercado y la demanda global.

Sin embargo, desafíos como la sequía, los cuellos de botella logísticos y el aumento de los costos de producción siguen siendo obstáculos que los productores deben gestionar con cuidado.

La planificación estratégica, el uso de tecnologías avanzadas y la adopción de prácticas de gestión sostenible serán cruciales para garantizar que Brasil siga liderando la producción mundial de soja y maximice las oportunidades que ofrece el mercado internacional.

*Administrador, Licenciado en Derecho y Director General de Sell Agro

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