Lo que deja ver una manta corta
Escribe Gastón Guido*
Aún a pocos días de vigencia del dólar soja, lo que deja ver una manta corta, son cuestiones que se suponían se confirman, otras menos visibles comienzan a aparecer y otras, inesperadas, agregan más confusión y ruido a una situación ya compleja.
Tras 6 días de operaciones del dólar a $200 para los exportadores de soja, estas empresas, a partir de las compras realizadas a los productores y las ventas externas, ya liquidaron casi 2.000 millones de dólares, lo que posibilita al Banco Central acumular reservas por casi 1.200 millones de la moneda estadounidense. en lo que va de septiembre
Pero mientras el ministro de Economía, Sergio Massa, pudo mostrar ante el Fondo Monetario Internacional y el Reserva Federal de Estados Unidos, en la gira que finalizó ayer por Washington, que con el dólar soja el Banco Central está recomponiendo reservas, a nivel local ya hay turbulencias. Algunas provocadas por lo inequitativo de la medida, para la mayoría de las actividades agroalimentarias y agroindustriales, y otras por las inconsistencias de la política económica oficial, si es que realmente existiera, que los distintos estamentos del Gobierno aplican con medidas contradictorias.
En la última semana, entidades gremiales empresarias del agro de distintos rubros expresaron cómo el aumento del 40% en el valor disponible de la soja en el mercado interno está afectando a quienes producen proteína animal. Tal es el caso de la Mesa de Productores Lecheros de Santa Fe (Meprolsafe). Esta entidad convocó a una reunión, ayer en Rosario, de la que participaron también otras de Córdoba, Entre Ríos, Santiago del Estero y Buenos Aires, como la Cámara de Productores Lecheros de la Cuenca Oeste (Caprolecoba), con sede en Trenque Laquen. Allí también estuvo la Cámara Argentina de Pequeños y Medianos Productores Porcinos (caPEMppor).
Los lecheros se preguntaron si los funcionarios de Economía, Agricultura y la Dirección de Lechería no conocen que las vacas se alimentan con derivados y subproductos de la soja como el expeler o los alimentos balanceados.
En tanto, la entidad porcina le manifestó en una carta dirigida al secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Juan Bahillo, que el “dólar soja” comenzó a generar importantes distorsiones en las cadenas comerciales de las carnes y lácteos, por haber instrumentado un programa, sin verificar con anterioridad, los resultados perjudiciales que generaría en las distintas cadenas de valor de la producción nacional”.
CaPEMppor agregó que “las medidas tendientes a resolver los desajustes en materia de stock de divisas (dólares) deberían realizarse a favor de la industrialización de las materias primas en el país, fomentando las exportaciones de carnes y productos elaborados, y no la exportación lisa y llana de granos. Y finalizó diciendo que “esta situación, de no resolverse en forma inmediata, generará un incremento de precios de todas las carnes, que derivará en un perjuicio a la población en general y luego en una caída importante de las explotaciones productoras”, refiriéndose a las pequeñas y medianas granjas porcinas.
Tanto los lecheros como los pequeños y medianos productores porcinos solicitaron reuniones con el secretario Bahillo, quien finalmente recibió a representantes de 3 de las 4 entidades gremiales empresarias del agro que integran la Mesa de Enlace, tratar medidas que favorezcan a los pequeños y medianos productores, y a las economías regionales. Justamente, todos ellos, sujetos agrarios que o “ven pasar” el beneficio que el “dólar soja” les reporta a otros productores, o bien son perjudicados por este desdoblamiento cambiario sojero.
Finalmente, la Sociedad Rural Argentina no participó de esa reunión en protesta hasta que el Gobierno no dé marcha atrás con la sorpresiva medida que el Banco Central tomó la semana pasada, al subir las tasas de financiación a los productores agrícolas que retengan más del 5% de su producción de soja.
Una medida que tanto la dirigencia agropecuaria como las 7 bolsas de cereales que operan en el país calificaron de discriminatoria y extorsiva, y que el propio secretario Bahillo consideró “no alineada” con la política económica y agropecuaria que pretende él y su jefe, el ministro Massa, motivo por el cual, se comprometió a sugerir modificaciones ante los funcionarios de la autoridad monetaria.
Durante la reunión, en las que Confederaciones Rurales Argentinas, la Federación Agraria Argentina y la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro), le expusieron a Bahillo que no seguirían dialogando con el Gobierno, si no se modifica esa medida del Central. Como respuesta, el funcionario les pidió que hicieran ese pedido por nota a la Secretaría de Agricultura, que se envió ayer viernes.
Habrá que ver si el pedido es respondido favorablemente desde el Banco Central, como para que se mantenga el débil nivel de diálogo que existe entre la actividad agropecuaria y un Gobierno que, una vez más, expone sus internas con medidas inconsistentes entre sí que, como mínimo, la mayoría de las veces, funcionan como un manta corta.
*Periodista especializado en Agroindustria
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