“Tierra viva” es la vida del primer beato argentino
“Tierra Viva” es la vida del primer beato argentino, Pedro Ortiz de Zárate, reivindicada en la obra del escritor Ignacio Molinari, un abogado de ascendencia jujeña.
Pedro Ortiz de Zárate fue el primer mártir criollo en el actual territorio argentino por ser defensor de la ancestral etnia de los Paypayas.
La obra “Tierra Viva” es una novela sencilla de apariencia inocente pero que nos lleva al momento histórico crucial del choque entre nativos y españoles.
Revela la interesante vida del primer mártir en tierra que hoy es la Nación Argentina: Pedro Ortiz de Zárate.
El autor, Ignacio Molinari, es de Buenos Aires, pero de familia jujeña de apellido Pérez de Arenaza.
Pedro Ortiz de Zárate es una de las figuras más emblemáticas en el origen de la Nación argentins en la centuria del 1600.
Es que, siendo parte de una familia de conquistadores y encomenderos enfrentó al sistema de encomiendas, promoviendo la paz, la inclusión e igualdad entre nativos y criollos.
Pedro fue nieto de Pedro de Zárate el segundo fundador de Jujuy, en 1575.
Padre de familia, estudió leyes, fue político, comerciante y tras la muerte de su mujer, Petronila, en un accidente, con la intermediación de la Virgen del Rosario de Rio Blanco, decide luego hacerse sacerdote y luchar contra las injusticias y buscar la paz.
Fue un adelantado a su época, en un momento en que la esclavitud era totalmente corriente y habitual tanto en jurisdicciones de la Corona Española, como la Inglesa, Francesa o Portugues, enfrentó a autoridades y comerciantes de la época.
A Alonso de Mercado con los Diaguitas, a Ángel de Peredo con la primera entrada al chaco jujeño a buscar cientos de nativos, a José de Garro, y a Fernando de Mendoza Mate de luna.
Y propuso hacer las cosas de otra forma y fundó una misión en medio de la selva del chaco jujeño, donde no se permitiría la captura de nativos para las encomiendas y se respetarían sus derechos.
En poco tiempo la misión no paró de crecer y la militancia de Pedro comienza a preocupar a las autoridades en toda la gobernación, no sólo en Jujuy sino en Salta, Tucumán, Santiago, Catamarca y Córdoba.
Le ponían trabas, no le autorizaban su misión y se reían de él, porque pasó de ser un encomendero a luchar contra las encomiendas.
Las encomiendas eran un sistema por medio del cual los conquistadores se repartían a los nativos que conquistaban y los utilizaban luego como mano de obra, a cambio de cierta protección e instrucción.
Fue la forma que encontró la Corona Española para impulsar su conquista sin fondos propios de la Corona.
El sistema fue muy aceptado para la época, sobre todo teniendo en cuenta lo que hacían otras Coronas como la inglesa, francesa o portuguesa, que vendían millones de esclavos sin límites.
Pero los primeros en oponerse a las encomiendas fueron los jesuitas y otros religiosos.
Esto provocó enfrentamientos muy grandes entre ellos y los encomenderos que eran al mismo tiempo cabildantes y miembros de la gobernación.
El modelo que fue creado para impulsar la conquista se fue transformando en un sistema de explotación donde los abusos e injusticias, despertaron la lucha de Pedro.
La tensión entre algunos religiosos y los encomenderos se vivió durante todo el siglo XVII.
Pedro fue educado por los jesuitas, que en muchos casos, fueron echados de las ciudades en distintas partes del Paraguay, Brasil, y el Tucumán.
Por estas circunstancias, los jesuitas buscaron la forma de independizarse económicamente en sus reducciones, haciendo como un estado aparte dentro de las gobernaciones en sud América.
Finalmente, un sargento de la gobernación, llamado Don Diego Porcel, a quien le decían Charabussú, que comercializaba nativos para mano de obra, asociado con la gobernación, traicionó a Pedro Ortiz de Zárate.
Esto provocó una revuelta en la selva, en la que Pedro junto a Juan Antonio Solinas y dieciocho laicos, hombres, mujeres y niños, fueron martirizados.
Su accionar, junto a la de muchos misioneros de esa generación, dejó una huella imborrable en la historia social argentina, en la que la fe y el amor a la Virgen se vive hasta hoy en el corazón del pueblo.
La novela, “Tierra Viva”, se encuentra respaldada por numerosa bibliografía histórica.
Esta obra fue editada por el Club del Libro Cívico.
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