Moody’s proyecta el 2023 con perspectivas negativas para empresas de América Latina

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Un informe de Moody’s proyecta el 2023 con perspectivas negativas para empresas no financieras de América Latina por la continua inflación, presiones sociopolíticas y los riesgos globales.
Desde Sao Paulo, Brasil, Moody’s augura que la calidad crediticia de las empresas latinoamericanas disminuirá en 2023, pero seguirá siendo adecuada frente al estrés a nivel global.
Advierte también que aumentarán los riesgos derivados de la descarbonización, los riesgos físicos del cambio climático
y los ciberataques.
Moody’s Investors Service señaló hoy en un nuevo informe que la perspectiva 2023 para las empresas no financieras de América Latina es negativa, debido a factores internos como la constante
inflación, los desafíos sociopolíticos y diversos riesgos externos a nivel global.
“Si bien habrá un deterioro de la calidad crediticia en 2023 con respecto a los altos niveles recientes, las empresas no financieras de América Latina no están tan expuestas a este deterioro a nivel global como lo están las empresas de otras regiones”, afirmó Marcos Schmidt, Associate Managing Director de Moody’s. “Las empresas no financieras calificadas de la región tienen cierto margen en términos de indicadores crediticios y liquidez”, agregó.
Es probable que los precios de los commodities se mantengan cíclicamente fuertes hasta 2023, en parte debido a riesgos geopolíticos, como la invasión de Rusia a Ucrania.

Si bien varios países latinoamericanos se beneficiarán de los altos precios de los commodities el próximo año, las dificultades del entorno crediticio limitarán la emisión de deuda corporativa.
El incremento del costo de vida expondrá las desigualdades sociales a medida que se acentúa la polarización política en algunos países.

El aumento del costo de vida podría avivar las tensiones sociales y exacerbar la desigualdad, además de empeorar la desconfianza institucional y aumentar
las demandas por reducir la inflación ante una capacidad limitada de los gobiernos para brindar apoyo a familias y empresas en situación de vulnerabilidad, lo que mantiene elevado el riesgo de inestabilidad social.
La mayoría de los países latinoamericanos están muy lejos de promulgar leyes de descarbonización que tendrían efectos crediticios mensurables.

Excepto por Chile, la mayoría de los países que dependen de los commodities han tardado en exigirles cambios a las empresas.

La región enfrenta riesgos crediticios debido a los cambios climáticos cada vez más frecuentes, como el aumento del
nivel del mar, sequías, inundaciones y fenómenos meteorológicos extremos.
Si bien hasta ahora Moody’s no ha emitido ninguna acción de calificación negativa en la región basándose únicamente en algún ciberataque, existen claras implicaciones crediticias negativas para las empresas con mayor exposición a ciberataques.

El aumento de las demandas y los costos de ciberdefensa reducirán la rentabilidad de las empresas latinoamericanas en el futuro a medida que proliferen las amenazas.

Las demandas por incidentes de alto perfil relacionados con datos de un gran número de clientes generarían un riesgo significativo en la región.
Moody’s podría revisar su perspectiva a estable si los niveles de inflación retroceden, lo que se traduciría en una política monetaria más flexible y una mejora general de los ingresos previstos y
las condiciones de negocio.

Los factores que podrían generar un cambio de perspectiva a positiva incluyen el crecimiento sostenido del producto bruto interno y los ingresos, la reducción de la incapacidad de pago y una rápida mejora de los fundamentos crediticios en la mayoría de los sectores clave.

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