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La economía de Uruguay crecerá 5% en 2025 con una inflación anual en torno a 4,5% y riesgos macro económicos equilibrados.

Pero también la economía uruguaya seguirá siendo sensible a las fluctuaciones de los precios de las materias primas según proyecta el FMI.

El Directorio Ejecutivo del FMI informó hoy que concluyó la consulta del Artículo IV sobre inflación para 2025 con Uruguay.

La misión del Fondo Monetario Internacional prevé que el crecimiento del PIB real alcance el 5% en 2025, impulsado por la demanda interna y las exportaciones.

También espera que la inflación se mantenga en torno al objetivo del Banco Central del 4,5%.

Para el FMI, los riesgos macro económicos de Uruguay están, en general, equilibrados.

Sin embargo, la economía uruguaya sigue siendo sensible a las fluctuaciones de los precios de las materias primas, las condiciones financieras mundiales y la coyuntura regional, pero las amplias reservas de liquidez limitan los riesgos.

Entre los factores que podrían impulsar el crecimiento se incluyen buenas cosechas agrícolas, precios favorables de las materias primas y oportunidades para acceder a nuevos mercados.

El FMI celebró hoy en un comunicado las mejoras en los marcos de política fiscal y monetaria del Uruguay.

Las definió como “políticas fiscales y monetarias prudentes, junto con reformas estructurales” que “serán clave para garantizar la estabilidad macroeconómica, impulsar la productividad, la competitividad y la resiliencia ante las crisis climáticas”.

Desde Washington, el Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) dió por concluída la Consulta del Artículo IV sobre Uruguay.36F e informó que “las autoridades han consentido la publicación del Informe del Personal preparado para esta consulta”.

El informe que emitió el board del FMI destacó que:

  • La economía uruguaya experimentó un fuerte crecimiento en 2024, del 3,1%.
  • La producción agrícola, afectada por una grave sequía el año anterior, y el creciente turismo receptivo contribuyeron a mejorar la posición externa.
  • La brecha de producción prácticamente se cerró y la tasa de desempleo disminuyó,
  • La inflación cayó al 4,2% en agosto de 2025, por debajo del objetivo del Banco Central.

Ante la disminución de las expectativas de inflación, el Banco Central comenzó a flexibilizar la política monetaria en julio.

En 2024, el déficit fiscal del gobierno central, incluyendo la seguridad social, aumentó al 3,2% del PIB, lo que obligó a activar la cláusula de escape de la regla fiscal.

Un nuevo gobierno asumió el poder en marzo de 2025, con una agenda que busca equilibrar el crecimiento inclusivo con la estabilidad macroeconómica.

Impulsada por la recuperación de los salarios reales tras la pandemia, la reducción de la incertidumbre interna y el fuerte flujo turístico registrado a principios de año, se prevé que la demanda interna y las exportaciones respalden el crecimiento del PIB real en 2025, hasta el 2,5 %.

Además, se proyecta que la inflación converja en torno al objetivo del Banco Central del 4,5%, acompañada de una flexibilización gradual de la política monetaria.

También se espera que el déficit en cuenta corriente se amplíe ligeramente hasta el 1,7% del PIB a mediano plazo, en línea con los fundamentos económicos.

Los riesgos macroeconómicos están en general equilibrados aunque la economía uruguaya sigue siendo sensible a las fluctuaciones de los precios de las materias primas, las condiciones financieras mundiales y la coyuntura regional.

Las amplias reservas de liquidez, los largos plazos de vencimiento de la deuda, las condiciones favorables para el endeudamiento y una creciente proporción de emisiones de deuda interna limitan los riesgos fiscales a corto plazo, y los riesgos sistémicos se mantienen controlados.

Entre los factores que podrían impulsar el crecimiento se incluyen buenas cosechas agrícolas, precios favorables de las materias primas y oportunidades para acceder a nuevos mercados.

  • Evaluación del Comité Ejecutivo

Los directores ejecutivos destacaron la resiliencia de la economía uruguaya ante las crisis externas, respaldada por políticas macroeconómicas sólidas.

Celebraron los avances de las autoridades en la modernización de los marcos de política fiscal y monetaria, que fortalecerán aún más la estabilidad económica, y subrayaron la importancia de mantener el impulso reformista para fomentar un crecimiento sostenible e inclusivo.

Los directores acogieron con beneplácito el compromiso de las autoridades con una política fiscal prudente y su plan presupuestario quinquenal para reducir el déficit y estabilizar la deuda a mediano plazo.

Tras señalar que se prevé un aumento del déficit fiscal en 2025 debido a la inercia fiscal, destacaron la importancia de una aplicación rigurosa de la regla fiscal.

Los directores subrayaron la necesidad de lograr una consolidación fiscal sostenida para encaminar la relación deuda/PIB hacia una senda descendente constante, incluso mediante la consideración de medidas fiscales adicionales.

Además, acogieron con beneplácito las mejoras propuestas a la regla fiscal y al consejo fiscal, que se ajustan a las recomendaciones previas del FMI.