Terminaron 54 años de la dinastía Assad en Siria
Terminaron 54 años de la dinastía Assad en Siria y comienza una nueva e imprevisible era en ese país.
Escribe Ricardo Sarmiento*
Siria ya está controlado por fuerzas rebeldes que obligaron al presidente Bashar el Assad a abandonar el país junto a su familia.
No se confirma aún si Assad huyó hacia Irán, Turquía o Rusia, tres destinos posibles para una huida sin retorno.
En síntesis, Bashar al Assad abandonó Siria. Damasco fue conquistado. El gobierno de Assad cayó irremediablemente.
Terminaron 54 años de la dinastía Assad en Siria y comienza una nueva e imprevisible era en ese país. Como ocurrió en Irak tras la caída de Saddam Hussein, en Damasco los rebeldes ilamistas derriban los bustos del clan Assad.
Se acabó: Assad huyó de Damasco según dijeron altos funcionarios del régimen sirio a Reuters.
La televisión siria también informa que el hijo de Hafez al Assad ya no está en territorio sirio.
Los kurdos sirios afirman: “Hemos tomado los edificios de radio y televisión en Damasco”.
Las fuerzas rebeldes se dirigen a los edificios de los medios de comunicación para anunciar el establecimiento de un nuevo gobierno interino sirio.
- Han terminado 54 años de la dinastía Assad.
Los 53 años de gobierno dinástico de Assad han terminado oficialmente hoy, 8 de diciembre de 2024
Después de 13 años de la guerra civil más brutal y complicada del siglo XXI, el futuro del país es incierto, ya que los miembros de la coalición anti-Assad tendrán que determinar cómo hacer avanzar el estado.
Están en juego varias facciones, y están las reivindicaciones territoriales kurdas, la cuestión de los Altos del Golán, así como los intereses turcos y rusos.
“La administración entrante de Trump y la OTAN tendrán que formular una estrategia para evitar que la nueva Siria se convierta en un semillero de terrorismo, ya que ISIS, Al Qaeda, Hay’at Tahrir al-Sham y otros grupos ahora ven la oportunidad en el país caído de volver al poder”, analizó Natalio Steiner en Comunidades Plus.
Bashar al Assad había llegado al poder en el año 2000, tras la muerte de su padre, Hafez el Assad, quien en realidad deseaba que su sucesor fuera su hijo mayor, Basel al Assad, de formación militar, piloto de combate.
En 1994, el avión que piloteaba el hijo mayor estalló en el aire. Nunca se dilucidó si fue un accidente o un atentado.
Cuando este periodista arribó a Siria, en 1995, todo Damasco estaba saturado de grandes afiches con la imagen de Basel, el hijo mayor que Hafez al Assad prefería para su sucesión.
En ese tiempo, todo ciudadano sirio que apreciaba su libertad, su integridad física, su vida, mecánicamente, antes de saludar con la formalidad de un Buen Día, expresaba “Hafez al Assad es un gran presidente”.
No hacerlo lo convertía en objeto de sospecha y quizás, de traidor al régimen iniciado en 1970 y podría ser perseguido, detenido o asesinado. No había delito callejero porque arrebatar algún objeto a un turista podría concluir en una amputación de un dedo, una mano, un brazo, o la muerte, sin juicio previo.
No había presos políticos. En una población 95% musulmana los naturalmente en riesgos cotidianos eran los cristianos maronitas que sólo representaban 5% de la población.
El hijo menor, Bashar al Assad, no contaba con la confianza de su padre para gobernar Siria.
En la capital de Siria, el Sheraton Damascus era el hotel de todo visitante extranjero relevante en algún sentido. En los alrededores se podían adquirir souvenires como almohadones de seda con finos bordados con hilos de oro o un conejo de bronce destinado a posar en él delgadas velas blancas. El conejo era símbolo de fertilidad.
Los guías turísticos eran maronitas qué oficiaban de traductores y a la vez de protectores para que visitantes de riesgo para el régimen, como los periodistas, no corrieran peligros innecesarios.
Este periodista recibía intromisiones al hablar por teléfono en castellano y órdenes terminantes y amenazadoras: “Hable en inglés. Hable en inglés”.
Los militares de inteligencia no entendìan el castellano. No entendían al periodismo como una profesión independiente. En Siria todos los “periodistas” o trabajadores de medios de comunicación eran militares de inteligencia.
La prensa extranjera no podía revelar o informar algo tan evidente como que las 2 terceras partes del Presupuesto del Estado Sirio era destinado a gastos militares. Toda información que saliera al exterior era sujeta a formal y rigurosa censura militar
En Damasco no se percibía inseguridad en las calles ni aún en la principal estación terminal de ómnibus usados por los trabajadores comunes. En ese nodo de transporte público se podía disfrutar del típico shawarma aún pasadas las 21:00 hora local, pero a esa hora difícilmente pudiera verse transeúntes o pasajeros de transportes públicos.
El Sheraton Damascus albergaba escenas llamativas. Empleadas del hotel pedían a hombres extranjeros que las sacaran del país como sus esposas. Una mujer percibía los dramáticos riegos de su género anticipándose algunos años a dramas mayores.
La biografìa de Bashar al Asad recuerda que se graduó en la Escuela de Medicina de la Universidad de Damasco en 1988, y empezó a trabajar como médico militar en el Ejército Árabe Sirio.
Cuatro años más tarde, atendió a estudios de posgrado en Londres, especializándose en Oftalmología.
En 1994 su hermano mayor, Basel al Assad, murió en el accidente aéreo mencionado.
Bashar volvió a Siria para retomar el papel de su hermano como heredero natural. Entró en la academia militar, y se encargó de la ocupación siria del Líbano en 1998.
En diciembre del año 2000 Assad se casó con Asma al-Ásad, licenciada en Informática y analista económica del Deutsche Bank y JP Morgan.
El 17 de julio de 2000, Bashar al-Asad fue nombrado presidente, sucediendo a su padre, que murió en el cargo un mes antes.
En las elecciones de 2000 y 2007, no disputadas, recibió el 97,29% y el 97,6% de apoyo, respectivamente.
El 16 de julio de 2014, Bashar al-Asad juró su cargo para otro mandato de siete años después de que otras elecciones le dieran el 88,7% de los votos. Los comicios se celebraron únicamente en las zonas controladas por el gobierno sirio durante la guerra civil en curso en dicho país y fueron criticados por la ONU.
Bashar al-Asad fue reelegido en 2021 con más del 95% de los votos en otras elecciones nacionales tan criticadas por los observadores internacionales como por la oposición siria, por ser fraudulentas y no democráticas.
Muchos Estados lo consideraban un reformista en potencia en su momento, pero Estados Unidos, la Unión Europea y la mayoría de la Liga Árabe pidieron la dimisión de al-Ásad de la presidencia en 2011, después de que ordenara una violenta represión de los manifestantes de la Primavera Árabe, que desembocó en la guerra civil siria. En diciembre de 2013, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, declaró que las conclusiones de una investigación de las Naciones Unidas implicaban a Bashar al-Asad en crímenes de guerra.
El Mecanismo Conjunto de Investigación de la OPAQ y la ONU concluyó en octubre de 2017 que el gobierno de al-Ásad era responsable del ataque químico de Jan Sheijun.
En junio de 2014, la organización estadounidense Syrian Accountability Project incluyó a al-Ásad en una lista de acusaciones de crímenes de guerra contra funcionarios del gobierno y rebeldes que envió a la Corte Penal Internacional.
Bashar al-Asad ha rechazado las acusaciones de crímenes de guerra y ha criticado la intervención dirigida por Estados Unidos en Siria por intentar un cambio de régimen.
- La actualidad
Según informó Comunidades Plus, del periodista Natalio Steiner, “tras la caída de Assad en Siria, la mayoría de los rebeldes quieren la paz con Israel”.
El jefe del Frente de Salvación Sirio, Fahd Al Masri, en conversación con Shalom Yadid desde París, realizo una promesa: “Construiremos la paz contigo, entre Israel y la Siria libre. Te invito a visitar Damasco y vendré a visitarte a Israel…”
Según trascendidos, Israel realizó una advertencia a los rebeldes sirios.
Las versiones indican que “Israel abrió un canal secreto para transmitir mensajes a los rebeldes del sur de Siria con una advertencia clara: “No cruzar la línea de alto el fuego de 1974”.
Las FDI aumentarán sus fuerzas en los Altos del Golán este fin de semana y seguirán examinando quiénes son los rebeldes y hacia dónde se dirigen en el sur de Siria.
Fuentes: Reuters, Comunidades Plus, SRSur News Agency
*Analista de geopolítica. Ex Corresponsal en Medio Oriente Director Editor de SRSur News Agency
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