Yogyakarta es el “Centro del Universo”

Yogyakarta es el “Centro del Universo” desde la perspectiva de la cultura, la civilización y la espiritualidad.
Escribe Andi Killang*
Yogyakarta volvió a estar en el foco de atención del mundo.
En un artículo reflexivo escrito por el reconocido periodista del The New York Times, Scott Mowbray, esta ciudad conocida como la “Ciudad de los Estudiantes” fue descrita como el “Centro del Universo”.
Esta afirmación no es una simple hipérbole, sino el reflejo de una experiencia profunda y un asombro genuino ante la fusión única entre cultura, espiritualidad y la dinámica vital de la sociedad yogyakartense.
- Orden cósmico y filosofía javanesa
Una de las razones fundamentales por las cuales Yogyakarta es considerada el centro del universo es su diseño urbano cargado de significado filosófico.
La ciudad fue construída sobre la base de la cosmología javanesa, que refleja una armonía entre el ser humano, la naturaleza y lo divino.
El eje imaginario que conecta el Monte Merapi en el norte, el Kraton de Yogyakarta en el centro, y la playa de Parangtritis en el sur, se conoce como el eje filosófico o Axis Mundi.
Este eje no es sólo una línea geográfica simbólica, sino también una representación espiritual que ilustra la conexión entre el mundo superior (los dioses), el mundo medio (los humanos), y el mundo inferior (el reino de los espíritus).
- Centro del pluralismo y la cultura del archipiélago
Más allá de su función como centro de gobierno cultural, Yogyakarta es un punto de encuentro entre creencias, etnias y civilizaciones.
En un solo territorio conviven herencias del hinduismo y budismo como el Templo de Prambanan, con legados del islam mataramés como el Kraton y la Gran Mezquita de Kauman, además de la herencia animista local y la influencia colonial europea visible en la arquitectura y el sistema educativo.
Esta diversidad no se limita a la religión, sino también a la presencia de diferentes grupos étnicos que han echado raíces y se han convertido en parte integral del rostro multicultural de Yogyakarta.
Entre ellos destacan los pueblos Bugis y Makassar, cuya huella histórica está plasmada en los barrios de Kampung Bugisan y Kampung Daengan.
- Kampung Bugisan y Kampung Daengan: huellas del archipiélago en el corazón de Yogyakarta
Kampung Bugisan, situado no lejos del Kraton, conserva la historia de la llegada de los bugis del sur de Sulawesi, quienes fueron invitados como parte de la élite militar y aliados leales del reino desde el siglo XVIII.
Por su parte, Kampung Daengan se convirtió en el asentamiento de la comunidad makassar, quienes también participaron activamente en la defensa del palacio y en la vida social local. El término “Daeng” -un título nobiliario de los Bugis Makassar- sigue siendo un símbolo de su identidad hasta hoy.
Su presencia aporta una capa adicional a la profundidad cultural de Yogyakarta, como espacio inclusivo que acoge muchas identidades del archipiélago.
Conviven en armonía, trayendo consigo su gastronomía, costumbres y espíritu migrante que enriquece la dinámica de la ciudad.
- Fermento intelectual y espiritualidad viva
Como ciudad universitaria, Yogyakarta es ampliamente reconocida como un centro de educación, arte e intelectualidad.
Universidades prestigiosas como UGM, ISI y UIN forman a miles de estudiantes de todo el archipiélago.
Asimismo, comunidades de arte, literatura y espiritualidad se desarrollan con vitalidad y se integran en la vida diaria de la ciudad.
Rituales como el Tapa Bisu en la noche del 1 de Suro, el Grebeg Maulud, y las ofrendas sagradas en el Monte Merapi o Parangkusumo reflejan la profundidad espiritual que se mantiene viva con devoción.
Para Mowbray, Yogyakarta no es simplemente un destino turístico, sino un espacio vital que une razón y sentimiento, legado y renovación.
- Borobudur y la polémica sobre la identidad territorial
Aunque el Templo de Borobudur se encuentra administrativamente en la provincia de Java Central (Magelang), muchos turistas internacionales lo asocian con Yogyakarta.
Esto demuestra la fuerza simbólica y funcional de Yogyakarta como puerta cultural y espiritual hacia los sitios patrimoniales que la rodean.
Sin embargo, es esencial respetar la identidad y la historia de cada región que posee tales riquezas culturales.
El reconocimiento de un patrimonio debe ir acompañado de un profundo respeto por sus raíces locales.
- La esencia de Yogyakarta ante los ojos del mundo
El apelativo “Centro del Universo” aplicado a Yogyakarta no debe entenderse de manera literal o astronómica.
Nace de una experiencia emocional, espiritual e intelectual, tanto de los lugareños como de visitantes de todo el mundo.
Yogyakarta es un microcosmos de los valores universales más nobles: armonía, tolerancia, sencillez y sabiduría.
En su espacio modesto, la ciudad se convierte en un gran escenario donde la civilización dialoga entre pasado, presente y futuro.
“Yogyakarta no es sólo un lugar. Es una experiencia. Es un eje donde tradición, creencia y humanidad se entrelazan en una sola respiración del universo”. Scott Mowbray, The New York Times
*Corresponsal de SRSur News Agency en Indonesia
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