Brasil entregó el control de la distribución eléctrica a China
Escribe Ricardo Sarmiento*
Brasil entregó el control de la distribución eléctrica a China en el sureste del país al ceder por 30 años los derechos para operar la energía a la empresa State Grid Corp. controlada por el Partido Comunista de China.
El Gobierno de Lula también firmó un acuerdo para entregarle 140 millones de hectáreas a China, y la reciente Reforma Tributaria evitó darle mayor competitividad a la industria nacional del acero.
Todo esto, más la expansión china en la industria automotriz brasileña podrá generar nuevas tensiones entre Argentina y Brasil, dentro del Mercosur.
Además de la permisividad brasileña frente al avance expansionista geoestratégico chino, es objetivamente necesario tomar en cuenta que el Gobierno de Lula aprobó el ingreso de Bolivia al Mercosur mientras el Estado boliviano avanza en el desarrollo de acuerdos económicos y militares (que generan alertas amarillas para el gobierno argentino) no sólo con China y Rusia, sino también con Irán, país responsable de los dos más graves atentados en territorio argentino perpetrados contra la Embajada de Israel en Buenos Aires y contra la Asociación Mutual Israelita Argentina, AMIA.
Ambos atentados siguen sin ser aclarados ni condenados sus autores por aparentes encubrimientos durante las presidencias de Carlos Menem, Néstor Carlos Kirchner y Cristina Elizabeth Fernández de Kirchner, quien también es sospechosa de obstaculizar la investigación de la muerte del Fiscal Alberto Nisman.
- Alineamientos geoestratégicos
Brasil forma parte del BRICS (acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) bloque geopolítico al que la Presidencia de Javier Milei notificó formalmente que no desea integrarse.
Dentro de los alineamientos ideológicos de Brasil, es que el presidente Lula da Silva le está cediendo áreas clave de la economía brasileña a empresas del Partido Comunista Chino.
Pese a que el país no suscribió formalmente (al menos por ahora) a los acuerdos por la Iniciativa de la Franja y la Ruta, lo cierto es que se comporta como si lo hubiera hecho de todos modos.
En su primer año de gobierno, y en las próximas licitaciones que se concretarán en los primeros meses de este 2024, empresas controladas por el régimen de Xi Jinping adquieren cada vez más poder e injerencia en los sectores de inversión más importantes en el país más grande de Sudamérica.
- Lula le entrega la infraestructura eléctrica a China
La gigante State Grid Corporation of China ganó la mayor subasta que se haya hecho alguna vez en la historia de Brasil, a partir de la cual adquirió derechos de explotación de servicios de transmisión de electricidad en el sureste de Brasil por un plazo de 30 años.
Gracias a esta medida, la empresa, que está bajo control directo del Partido Comunista Chino, tendrá el control directo del suministro de energía para Brasilia y San Pablo, la capital política y económica de Brasil respectivamente.
Esta operación sólo pudo ser posible gracias al visto bueno de la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (ANEEL), ahora con una fuerte bajada de línea desde el petísmo.
La entidad reguladora brasileña intercedió a favor de China, y deliberadamente en contra de todos los participantes restantes en la licitacióón.
Para esta licitación, ANEEL estableció una serie de restricciones por tipo de tecnología para beneficiar a las empresas chinas.
- Iniciativa de la Franja y Ruta
El presidente Lula da Silva le está cediendo áreas clave de la economía brasileña a empresas del Partido Comunista Chino. Pese a que el país no suscribió formalmente (al menos por ahora) a los acuerdos por la Iniciativa de la Franja y la Ruta, lo cierto es que se comporta como si lo hubiera hecho de todos modos.
En su primer año de gobierno, y en las próximas licitaciones que se concretarán en los primeros meses de este 2024, empresas controladas por el régimen de Xi Jinping adquieren cada vez más poder e injerencia en los sectores de inversión más importantes en el país más grande de Sudamérica.
- Lula entrega a China la infraestructura eléctrica de Brasil
La gigante State Grid Corporation of China ganó la mayor subasta que se haya hecho alguna vez en la historia de Brasil, a partir de la cual adquirió derechos de explotación de servicios de transmisión de electricidad en el sureste de Brasil por un plazo de 30 años.
Gracias a esta medida, la empresa, que está bajo control directo del Partido Comunista Chino, tendrá el control directo del suministro de energía para Brasilia y San Pablo, la capital política y económica de Brasil respectivamente.
Esta operación sólo pudo ser posible gracias al visto bueno de la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (ANEEL), ahora con una fuerte bajada de línea desde el petísmo.
La entidad reguladora intercedió a favor de China, y deliberadamente en contra de todos los participantes restantes en la licitación. La subasta estableció una serie de restricciones por tipo de tecnología para beneficiar a las empresas chinas.
- State Grid Corporation
La empresa china State Grid Corporation es administrada por la dictadura de Xi Jinping, ya que la Comisión de Administración y Supervisión de Activos Estatales (SASAC) mantiene hasta el 91,7% de su paquete accionario.
Ésta es la empresa de distribución y energía eléctrica más importante de China, llegando a representar una cobertura superior al 88% del territorio de ese país.
Pero como las empresas estatales de China responden también a criterios geopolíticos, un eventual cambio de signo político en contra del actual oficialismo (por ejemplo favorable al espacio de Bolsonaro) podría ser perjudicial tanto para la inversión como para el suministro de energía que provea la compañía State Grid.
Una muestra de las condiciones que suele imponer China en este tipo de acuerdos, es que State Grid intentó que 11.000 chinos trabajen en Brasil aunque la legislación impide la contratación de extranjero cuando hay mano de obra nacional calificada.
Según el medio Diálogo Chino, la empresa estatal china State Grid propuso colocar 11.000 empleados propios en Brasil para construir una línea de transmisión de energía de 2.100 kilómetros en Belo Monte.
- Cuotas de mercado
A diferencia de la política comercial de sus anteriores gobiernos, Lula cedió cuotas de mercado a las empresas chinas en el último año.
El sector siderúrgico es uno de los más afectados, como es el caso de la empresa brasileña Usiminas, que luego de hacer campaña para Lula en 2022, ahora están siendo diezmados por el acero chino importado que el Partido Comunista envía con precios irrisorios subsidiados por el Estado, bajo un esquema de dumping.
- Industrias del acero y automotriz
Usiminas redujo su producción de acero y está reduciendo cientos de puestos de trabajo.
La industria automotriz brasileña teme una situación similar porque continúa la expansión de empresas chinas fabricantes de vehículos eléctricos, que ya controlan el 30% del sector en Brasil.
En un mercado como el brasileño, donde 7 de los 10 mayores fabricantes de automóviles perdieron cuotas de ventas entre enero y octubre en comparación con el mismo periodo de 2022, los chinos BYD y GWM ganaron significativamente.
Se esperaba un cambio en el esquema tributario con la masiva reforma que lanzó Lula a fin de año, donde se le bajarían los impuestos al sector nacional, para poder tener un plano más competitivo con Brasil, pero finalmente el Gobierno socialista mantuvo todos los incentivos fiscales para las inversiones chinas hasta 2032, sin bajar un solo impuesto para la industria brasilera.
- Petrobras China
Incluso la petrolera nacional, Petrobras, anunció en la última semana del año que reabrirá su filial Petrobras China, cerrada durante el gobierno Bolsonaro, y que aumentará las cuotas de mercado que se venden a China.
“Será una empresa brasileño-china”, dijo el presidente de la petrolera, Jean Paul Prates. En el tercer trimestre de 2023, China compró el 40% del petróleo brasileño.
- Infraestructura eléctrica
La compañía china State Grid Corporation tendrá bajo su control a una importante parte de la infraestructura eléctrica de Brasil, con lo cual el resultado es similar a los postulados establecidos en la Iniciativa de la Franja y la Ruta, en donde las empresas chinas trazan proyectos de inversión en infraestructura a cambio de garantías y plazos de concesión generosos.
A diferencia de las empresas del sector privado y de cualquier otro país, las empresas estatales de China no siempre obedecen criterios de eficiencia y cuanto menos de mercado, sino que por el contrario respaldan las directoras del Gobierno central (y en última instancia del Partido Comunista).
Si la licitación hubiera sido ganada por cualquier otra empresa privada, posiblemente se habría trazado un sendero de inversión de largo plazo, independiente de eventuales cambios de signo político en la administración de la República Federativa de Brasil..
Como las empresas estatales de China responden también a criterios geopolíticos, un eventual cambio de signo político en contra del actual oficialismo (por ejemplo favorable al espacio de Jair Bolsonaro) podría ser perjudicial tanto para la inversión como para el suministro de energía que provea la compañía State Grid.
Una muestra del tipo de condiciones que pretende China, se verifica en que State Grid quiere que 11.000 chinos trabajen en Brasil aunque la legislación impide la contratación de extranjeros cuando hay mano de obra nacional calificada.
- Cuotas de Mercado
A diferencia de la política comercial de sus anteriores gobiernos, Lula ha cedido cuotas de mercado a las empresas chinas en el último año.
El sector siderúrgico es uno de los más afectados, como es el caso de la empresa brasileña Usiminas, que luego de hacer campaña para Lula en 2022, ahora están siendo diezmados por el acero chino importado que el Partido Comunista envía con precios irrisorios subsidiados por el Estado, bajo un esquema de dumping.
Usiminas ha tenido que reducir la producción y reducir cientos de puestos de trabajo.
La industria automotriz teme una situación similar, ya que continúa la expansión de las empresas chinas de coches eléctricos, que ya controlan el 30% del sector en Brasil.
Y este avance puede afectar las interacciones de la industria automotriz brasileña con la argentina que operan complementariamente bajo el paraguas del Mercosur.
En un mercado como el brasileño, donde siete de los diez mayores fabricantes de automóviles perdieron cuotas de ventas entre enero y octubre en comparación con el mismo periodo de 2022, los chinos BYD y GWM ganaron significativamente.
Se esperaba un cambio en el esquema tributario con la masiva reforma que lanzó Lula a fin de año, donde se le bajarían los impuestos al sector nacional, para poder tener un plano más competitivo con Brasil, pero finalmente el Gobierno socialista mantuvo todos los incentivos fiscales para las inversiones chinas hasta 2032, sin bajar un solo impuesto para la industria brasilera.
- Petrobras China
Incluso la petrolera nacional, Petrobras, anunció en la última semana del año que reabrirá su filial Petrobras China, cerrada durante el gobierno Bolsonaro, y que aumentará las cuotas de mercado que se venden a China. “Será una empresa brasileño-china”, dijo el presidente de la petrolera, Jean Paul Prates. En el tercer trimestre de 2023, China compró el 40% del petróleo brasileño.
- Producción agrícola
En la última semana del año, el ministro de Agricultura de Lula, Carlos Fávaro, se reunió con una comitiva de funcionarios chinos. Según informa el diario Folha de São Paulo, en la visita se concretó un proyecto de inversión de Pekín en la recuperación de suelo brasileño considerado degradado, es decir, poco productivo, a cambio de una garantía de que lo que se produzca en ese suelo se enviará exclusivamente a China por los próximos 30 años.
Según la prensa brasileña, el Banco Nacional de Desarrollo Económico (BNDES) también estaría estudiando una línea especial de financiación para facilitar el proyecto. Sin embargo, muchos temen que esto institucionalice un peligroso mecanismo de dependencia de Brasil respecto a China.
Es importante aclarar que el gobierno de Jair Bolsonaro había puesto en marcha su propio programa de recuperación de tierras, PronaSolos, sin injerencia extranjera. Según datos del Ministerio de Medio Ambiente se trata de 140 millones de hectáreas equivalentes al 16,5% del territorio nacional.
Por el momento solo se había logrado financiar la recuperación del 5% de la superficie, pero muchos, incluso simpatizantes de Lula, se preguntan por qué no se invierte en este programa nacional en lugar de ceder parte de la producción nacional a los chinos.
Fuentes: SRSur News Agency, Folha de São Paulo, Diálogo Chino y Diario de Derecha.
*Analista de geopolítica. Periodista argentino especializado en temas energéticos. Consultor de Inversiones en Minería, Energía y Petróleo. Director de SRSur Consultores de Comunicación Estratégica y de SRSur News Agency. Ex Director de Comunicaciones y de Relaciones Gubernamentales del Grupo Brasil
Seguinos en X: @SRSur_Agency Instagram: @srsurnewsagency