El dólar soja permitirá cumplir las metas de reservas comprometidas con el FMI
Para el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) el dólar soja fue un éxito y permitirá cumplir las metas de reservas del Banco Central comprometidas con el FMI para el tercer trimestre.
De acuerdo al criterio de reservas internacionales, el “dólar soja” fue un éxito y se habría alcanzado la meta sin necesidad de “contabilidad creativa”, sostuvo un análisis de CEPA, el centro de estudios que dirige el economista Hernán Letcher.
“Uno de los criterios de mayor relevancia es la acumulación de reservas internacionales netas (RIN) por parte del BCRA. Para simplificar el análisis, mediremos el criterio como un nivel de RIN de piso y no como “acumulación desde diciembre de 2021”, dado que dicha visualización no es tan ilustrativa.
En concreto, el FMI impone al país una
acumulación de US$ 5.800 millones a fin de 2022, lo que implicaría llegar a un nivel de reservas de US$ 8.100 millones para fin de año.
Tal como advertimos en estos meses, el staff del organismo confirmó que la meta del segundo trimestre no se habría cumplido (que consistía en alcanzar, al menos, los US$ 5.300 millones).
Según fuentes extraoficiales el incumplimiento habría sido tan sólo por US$ 300 millones, aunque según nuestros cálculos el faltante habría sido aproximadamente de US$ 950 millones. Lejos de eso, y peor aún, luego del no cumplimiento en ese trimestre, se dió un proceso de fuerte deterioro en la posición de divisas del BCRA que lo llevó a requerir la acumulación de US$ 5.000 millones en un mes para lograr llegar a US$ 5.900 millones.
Sin embargo, la situación cambió drásticamente con la implementación del dólar soja. Apenas implementada dicha
política advertimos, desde CEPA, que el ritmo al que se había desempeñado la medida durante la primera semana podría permitirle al gobierno llegar a cumplir la meta de RIN. No nos equivocamos.
Vale destacar que este cumplimiento no incluyó finalmente el aporte del BID por US$ 500 millones al último día de septiembre.
El acuerdo con el FMI establecía que los
organismos pondrían US$ 1.349 millones los primeros tres trimestres de 2022 y que de no hacerlo se podría reducir la meta, pero hasta US$ 500 millones.
Con la información disponible actualmente y luego de realizar el “ajuste” mencionado
anteriormente, nuestro cálculo ubica las Reservas Netas Internacionales dentro del rango de la meta establecida por el FMI: entre US$ 5.900 y 6.400 millones.
Este valor se obtiene sin considerar el desembolso comprometido por el BID que, de confirmarse esta primera semana de octubre, podría mejorar tal resultado. Creemos que tal desembolso no será necesario para el cumplimiento de esta meta.
Si bien el cálculo siempre es una aproximación (debido a la gran cantidad de fuentes que se usan y por su metodología residual), con los datos actuales podemos concluir que esta meta (hace un mes “imposible”) se habría alcanzado casi exclusivamente por el “dólar soja”, que totalizó una liquidación superior a los US$ 7.000 millones, de los cuales el BCRA pudo retener alrededor de US$ 5.000 millones.
A modo de conclusión, el trabajo de estabilización realizado por el equipo económico de Batakis y su posterior profundización por parte de Massa lograron mejoras sustanciales en todos los frentes y volvieron a colocar a la economía argentina en el carril del cumplimiento del acuerdo.
Con ello, la posibilidad de anclar las expectativas hacia adelante vuelve a ser considerable.
En relación con lo técnico, creemos que el criterio de Deuda Flotante es el único que
requerirá un tratamiento particular (ya sea, una modificación, pedido de waiver o
flexibilización) para la tercera revisión correspondiente al cierre de septiembre 2022.
Sin embargo, dicha negociación no debería presentar mayores inconvenientes: el Gobierno podrá mostrar mejoras sustanciales en este tópico además del cumplimiento del resto del programa en tan sólo 1 mes de trabajo.
En lo operativo, la segunda revisión nos ubica en un escenario de descalce peligroso, típico de los EFF: Argentina pagó los vencimientos del tercer trimestre con reservas propias y recién recuperará esos dólares el 7 de octubre, cuando el board del FMI apruebe el desembolso de la segunda revisión.
Con la tercera revisión, sucederá algo parecido: el staff analizará los criterios a partir del 10 de diciembre de este año, por lo que el desembolso por más de US$ 5.700 millones se recuperaría recién en 2024 (nuevamente el país deberá pagarle al organismo US$ 5.600 millones con reservas propias).
En este sentido, el buffer otorgado por el FMI para este descalce debería ser siempre acompañado con reservas netas propias para evitar quedar en valores negativos durante los pagos.
Si bien no es más que un descalce
operativo, el mercado puede aprovechar esa ventana temporal para presionar al
gobierno por una devaluación, por lo que contar con reservas extras al colchón del FMI sería de vital importancia.
En los meses que siguen, el cumplimiento de las metas del último trimestre del año
reviste nuevamente un carácter desafiante: Argentina deberá continuar reduciendo la
inercia fiscal (ya a un nivel más acelerado), moderando la emisión monetaria y acumulando reservas (otros US$ 1.700 millones)”.
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