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Una encuesta reveló cómo toman los transportistas de carga argentinos el reto de reducir la huella de carbono

En la Argentina, pese a que un 70% de los transportistas de carga está dispuesto a reportar datos de eficiencia en el consumo de combustible de sus viajes para medir sus emisiones de carbono, sólo 15% admitió que lleva la cuenta o lo reporta de algún modo.

Un 44% de los consultados dijo que no sabe qué es la huella de carbono.

La reducción de la huella de carbono empieza a ser una preocupación entre los transportistas de cargas terrestres en Argentina.

Estos porcentajes emergen del primer Reporte Semestral de Sustentabilidad en el Transporte de Cargas Terrestres 2022, llevado adelante por Avancargo, la plataforma de logística 3.0 que une a dadores de carga con transportistas para hacer la gestión de llevar y traer mercaderías más eficientes.

Del relevamiento, que se realizó en base a un formulario de preguntas que contestaron 356 empresas transportistas de distintos tamaños y de todo el país, surge que el 82% de los transportistas de carga argentinos siente tanto presión externa como motivación personal por reducir las emisiones de carbono de sus camiones, entre otras cosas como consecuencia de que un 76% cree que el cambio climático está afectando a su comunidad local.

En América de Sur y América Central el transporte automotor de carga (TAC) es el principal medio de movilización de mercancías con una participación promedio del 90%. Región donde la flota creció casi un 50% en un plazo de 5 años, período en el que, además, alcanzó más de 32 millones de vehículos, según datos de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).

Pero el TAC también protagoniza en forma muy destacada otra métrica, menos edificante, como es la que lo ubica en el podio de los principales responsables de emisiones de carbono a la atmósfera, contribuyendo al alarmante calentamiento global que tanto preocupa y alarma al mundo.

El sondeo de Avancargo, que se repetirá cada seis meses, abarcó todo el universo posible de actores que integran el ecosistema. Así, el cuestionario fue contestado por un 24% de choferes (“Le manejo el camión a mi empleador”); un 29% que reúne la condición de dueño del camión y chofer (“tengo un solo camión y lo manejo yo”); un 13% que llenó el casillero de Dueño y chofer con flota (“Manejo un camión de mi flota”); un 11% que se catalogó como operador 3PL (“No tengo camiones propios, todo tercerizado”) y un 23% de operadores con flota propia y tercerizada

“El perfil de cada encuestado nos ofreció ciertos matices en las respuestas pero, en general, los resultados muestran una cierta presión homogénea por ocuparse del impacto medioambiental de su trabajo”, reseña Pablo Mendonça, co fundador y CMO de Avancargo.

Sin embargo, Mendonça aclaró que, curiosamente, “esa presión tiene más de motivación personal y no proviene de un factor de coerción externa, como por demanda de clientes o lo que serían ciertas regulaciones gubernamentales, que son muy incipientes aún en el mercado local.”

Sólo un 6% le atribuye la presión a regulaciones gubernamentales, mientras un 3% de los consultados dijo que se lo pedían los clientes.

Según el reporte, también parece haber una relación directa entre tamaño de empresa y posibilidad de llevar cuenta del dato por el esfuerzo manual de carga requerido. A medida que la empresa crece en tamaño, es más difícil el análisis porque el conteo se hace en general de manera analógica o sin automatizaciones por sistema. Se debe relevar el dato de consumo de combustible y kilómetros recorridos en cada viaje. Esto supone una carga manual de datos en forma diaria, lo que complejiza su implementación.

“Además -agrega Mendonça- muchos aún no han tomado suficiente nota de que, a nivel costos, las políticas orientadas por criterios de sustentabilidad tienen necesariamente un impacto positivo, en el sentido de que, por ejemplo, cuando un camión vuelve vacío, no solo está emitiendo más carbono sino que además está haciendo menos rentable su negocio”

El 83% de los transportistas de todos los tamaños le dijo a Avancargo que pagaría un poco más en la compra de un camión nuevo en pos de reducir el impacto ambiental. El 50% de los encuestados confirmó intenciones de compra de una nueva unidad en los próximos 3 años. Esto abre el juego a las automotrices para ofrecer nueva tecnología en sus camiones y utilitarios que impacte directamente en la sustentabilidad medioambiental.

Los transportistas más “jóvenes” en el rubro suelen tener un conocimiento mayor del tema huella de carbono por sobre aquellos que llevan más tiempo en la ruta, subraya el reporte, a partir de lo cual advierte que existe una oportunidad para generar conocimiento del tema y por ende impacto en la logística sobre aquellos transportistas con más años de experiencia.

En el país, el movimiento por la sustentabilidad logística en los camiones de carga es incipiente pero in crescendo.

“Tenemos dadores de carga que ya están viendo las emisiones de carbono de su operatoria en nuestra plataforma. Este, además, fue un año muy particular en el que se comenzó a hablar mucho de la sustentabilidad en logística. Esperamos que tecnologías nuevas como Avancargo SaaS contribuyan con datos, soluciones y automatizaciones y que se profundice el debate sobre estas cuestiones en todo el ecosistema logístico. Tenemos que lograr una base para que se avance con políticas (públicas y privadas) que lo aborden sistémicamente”, concluyó Mendonça.

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