Milei aún no convence al mercado sobre una fuerte recuperación económica

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Escribe Leandro Gabin*Milei aún no convence al mercado sobre una fuerte recuperación económica en “V”.

El consenso del mercado se bajó de la recuperación en “V” que prometía Javier Milei y creen que hasta que no se levante el cepo y empiecen a mejorar los ingresos reales y el consumo, la economía va a tener un proceso de despegue cansino.

Los principales actores del Gobierno empezaron a instalar el “relato” de que la economía está en plena recuperación.

En pasillos oficiales tienen la tarea de arengar a quienes quieran escuchar que lo peor ya pasó y que el segundo semestre (parafraseando a Mauricio Macri quien, en su momento, lanzó en mismo operativo comunicacional en 2016) será cuando se vuelva más palpable.

Si bien es cierto que hay un rebote en términos mensuales en algunos sectores, después de las caídas estrepitosas, las variaciones interanuales en algunos casos siguen siendo de dos dígitos.

Por eso, el consenso del mercado se bajó de la recuperación en “V” que prometía Javier Milei y creen que hasta que no se levante el cepo y empiecen a mejorar los ingresos reales y el consumo, la economía va a tener un proceso lento de despegue. 

  • Esfuerzo comunicacional

El Gobierno por estas horas salió a hacer un esfuerzo comunicacional. 

Luis Caputo lo hizo en una entrevista el domingo con LN+ donde habló de que “hay claros signos de recuperación” en varios sectores y que “a partir de mayo la economía está pegando la vuelta”.

  • Salarios

No es casual que la oficina de Presidencia difundiera vía la red social X que los salarios en abril le “ganaron” en términos reales a la inflación.

“La suba más acelerada desde 2009”, exageró el oficialismo.

“Si van a ponderar la suba del RIPTE deflactada por IPC de abril de 2024 no se olviden decir que, es una suba fuerte después de una baja aún más fuerte. Que recién estamos volviendo a niveles reales de 2004-05”, ironizó el economista de la consultora Ledesma, Gabriel Caamaño.

Lo cierto es que más allá de un dato puntual de un mes, los salarios pierden olímpicamente contra la inflación, sin tener en cuenta que hay cada vez menos personas en relación de dependencia que pueden gozar de aumentos vía paritarias.

En el primer trimestre del año las cuentas sueldo cayeron en casi 300.000. 

El economista Amilcar Collante calculó, en base al SIPA, que el empleo privado cae casi 100.000 en términos absolutos entre noviembre del 2023 y marzo del 2024. Y que crecen los monotributistas y los autónomos.

Básicamente, se perdió empleo y se precarizó la situación general, algo que hace que los números del RIPTE sean cada vez menos representativos de la foto laboral. 

  • La estadística viene después de los hechos

“De a poco, casi imperceptible. Todavía no llegó a los indicadores. Recordemos, cuando veamos si estamos en V, en L o en U, la realidad ya habrá pasado. Los indicadores son naturalmente lentos. La estadística viene después de los hechos”, dice el economista y empresario pyme Gustavo “Lacha” Lázzari en su newsletter.

Lázzari asegura que está normalizándose el flujo de importaciones de insumos y eso calmó la incertidumbre.

“Elevados, pero hay precios y eso es esencial para que algunos negocios empiecen a fluir. Hoy se puede hacer un presupuesto. El efecto desplazamiento al revés se empieza a notar. Se entiende por la absorción por parte del Estado del ahorro privado. Cuando el Estado gasta más de lo que recauda se endeuda, ello presiona en el mercado de crédito elevando la tasa de interés. El ahorro, buscando mejores rendimientos, se desplaza del sector privado al público. Al haber superávit, el estado no se endeuda por tanto, se produce el efecto contrario”, indicó.

En algunos sectores dinámicos, agrega, comenzaron a verse llamados de los bancos a las mejores carteras privadas.

Y sostiene que empieza a verse incipiente consumo e inversión autónoma.

“En algunos sectores (muy pocos) las paritarias de mayo y junio le están ganando a la inflación. Eso reaviva en parte el consumo. Y por otro lado, hay inversiones que, siendo relativamente autónomas, empiezan a despertarse. Autónomas porque no dependen de la tasa de interés, del riesgo país ni de la política como de decisiones micro donde lo etéreo, emocional, y familiar tiene tanto o más peso”, afirmó Lacha.

  • “Lo peor ya pasó”

Desde el Gobierno se entusiasman con los últimos indicadores para sustentar el “relato” de que lo peor ya pasó. 

Durante abril la actividad industrial subió 1,8% mensual y la de construcción lo hizo en 1,7%, confirmando que fue un mes positivo. En mayo, los primeros datos de alta frecuencia indican que seguiría el rebote mensual, con la recaudación ligada a la actividad al alza, fuerte suba de los despachos de cemento, e indicadores de consumo como la confianza y los créditos; mientras que por ahora lo único negativo fue la producción de autos que cayó 10%.

“Con estos datos, seguimos viendo una recuperación paulatina de la actividad en los próximos meses, traccionada por el agro y consumo, y mantenemos la proyección de caída del PBI del 4% anual en 2024”, advierte Fernando Marull, director de FMyA.

El Gobierno necesita mostrar que la economía repunta en medio de una potencial escalada de la inflación.

Si bien Luis Caputo vaticinó que la inflación de mayo será menor al 5% en el mercado la estiman entre 6 y 6,5% para junio por el ajuste de tarifas de los servicios públicos (por caso, el cálculo de EcoGo).

Hay una incógnita con el efecto del tipo de cambio que se estacionó en $1.300 en los precios.

Por ahora no hay traslados pero si se complica la sanción de la Ley Bases (básicamente el paquete fiscal) y se abren otros frentes como el cambiario (el BCRA dejó de comprar dólares y se teme por la no renovación del swap con China), el rebote de algunos sectores económicos podría abortarse.

  • Crecer y seguir creciendo

Fernando Marengo, economista de Arriazu Macroanalistas, explica que el desafío argentino no es la recuperación económica de este año sino lograr un proceso de crecimiento sostenido en el tiempo como nunca lo logró en su historia.

“Para tal fin, la inversión es determinante, la cual depende de la estabilidad macroeconómica, siendo esta una condición necesaria. Sin embargo, la misma debe ser acompañada por otros determinantes de la inversión como la gobernabilidad, instituciones sólidas, el advenimiento a las leyes y la existencia de seguridad jurídica, un marco competitivo y estable para la inversión, la existencia de mano de obra calificada, entre otros. De no lograr este desafío, el deterioro secular continuará”, advirtió.

Marengo sostiene que el crecimiento de mediano/largo plazo de una economía está determinado por lo que ocurra con el empleo, el acervo de capital y la productividad total de los factores de producción.

“Ahora bien, en el corto plazo lo que vaya a ocurrir con la actividad económica estará determinado por los factores que impulsen la demanda. Pensar que la recuperación de corto plazo pudiera venir de la mano de la inversión, con los niveles de capacidad ociosa que presenta el país luego de 6 meses consecutivos de contracción de actividad, luce poco probable”, enfatizó el economista de BlackToro.

Fuente: El Economista

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