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Escribe Mario Osvaldo Capello *

Un debate se ha instalado en la minería argentina. Se discute si el litio es o no es un commodity.

El senador nacional Oscar Parrilli (FdT-Neuquén) acaba de publicar lo que pretende ser la nota de un experto sobre el tema del litio, una de las estrellas económicas del gobierno de su jefa política. Falsas preocupaciones, políticas impulsadas por su propio partido y datos falaces busca sembrar con sus recientes declaraciones.

Arranca con una tautología en la que menciona la importancia de los recursos naturales. Como si alguna vez no la hubiesen tenido. Es un desafío históricamente incumplido pues la falta de aprovechamiento de nuestras riquezas dadas nos arrastró a exhibir una pobreza del 50%, al no aprender que antes que una ideología “está la economía, bobo”.

No resuelve sus inconsistencias diciendo dato mata relato ya que, si algo es falso, lo son la mayoría de sus afirmaciones.

La expansión de la demanda de litio comenzó por el 2014 con la generalización del uso para baterías en teléfonos y otros dispositivos electrónicos, y el “boom” actual a partir de 2016 tras los acuerdos de París que plantearon el cambio de la matriz energética y de la electromovilidad.

La secretaria de Minería de su gobierno acaba de informar inversiones en litio por más de US$ 5.000 millones, y el objetivo de llegar en una década a una producción anual de 200.000 toneladas partiendo de las 33.000 del 2022. ¿Qué es sino la Inversión la que genera empleos, nuevas empresas pymes, ingresos fiscales de todo tipo y saldos positivos en nuestra balanza comercial? Es decir, riquezas.

Las mayores reservas de litio no son las argentinas, con el 10% de las totales estamos muy lejos de serlo. El triángulo del litio no existe como unidad económica ya que Bolivia no logra transformar los recursos de Uyuni en reservas por la alta concentración de magnesio en su salmuera. Extraño triángulo donde Chile tiene el 82% de las reservas, Argentina un 18% y Bolivia nada.

Sin reservas Bolivia no puede ser atractivo para ninguna Inversión. Chile, que declaró estratégico al litio en noviembre de 1979 frente a la creencia de que era un elemento indispensable para la inminente tecnología de fisión nuclear, 43 años después de esa equivocación logró el que el país con la mitad de las reservas mundiales sea superado, lejos, por Australia, que posee sólo la mitad de las trasandinas. Los australianos exportaron en 2021 más del doble de litio que los chilenos. ¿Imaginemos quién ganó en empleos, recaudación, generación, distribución de la riqueza y bienestar? ¿Los que aprovecharon el litio o los que lo declararon estratégico?.

No recuerdo a Néstor Kirchner en su gobierno (2003-2007) o Cristina del 2007 a la fecha, tomando iniciativas para modificar lo que hoy parece indignar al Senador. Las concesiones que las provincias otorgan al inversor privado son bajo la condición de mantener una mina en operación. Las empresas estatales JEMSE en Jujuy y Camyen en Catamarca participan de negocios mineros que se producen en concesiones de su propiedad. El sistema de concesión minera no es distinto al de Chile (excepto en litio) que lo llevó a convertirse en el primer productor de cobre del mundo; o el de Perú segundo productor mundial; o Australia, que el año pasado exportó US$ 295.000 millones. No, no estoy hablando de cifras sino de empleos y la calidad de vida que forjan las divisas para los habitantes de un país.

Las empresas mineras argentinas pagan todos los impuestos (es falso que no tributen el 35% de impuesto a las ganancias), el resto de los impuestos nacionales y provinciales, las cargas sociales, y tienen los mejores salarios del país. Pagan derechos a la exportación que no tienen los países de la región pues aquellos saben que acortan la vida de una mina. Contribuyen con regalías y cánones mineros. Tal vez la confusión esté en que las estatales YMAD e YCRT no pagan impuestos, y en el caso de la mina de carbón de Santa Cruz, todos los argentinos sin excepción, contribuimos con subsidio de ocho millones de dólares por mes para su funcionamiento.

Reitero, la ley 24.196 fue votada por unanimidad del Congreso Nacional que integraba el ofendido Senador. Estableció invariabilidad tributaria, no exenciones impositivas. No tiene idea cuando explica como se calcula el 3% del valor bocamina para el pago de regalías. Eso sí, estuvo aplaudiendo seguramente la flagrante violación de esa invariabilidad establecida en la ley cuando vía un par de notas de los secretarios de Comercio y Minería le ordenaron a la Aduana, en el 2007, el pago de derechos de exportación contra Mina Alumbrera y Minera del Altiplano, que estaban exentas. Un atropello que nos costará unos US$ 1.000 millones en resarcimientos.

Curiosa soberanía la que describe Parrilli para un proyecto de armado de baterías en La Plata. Presentada como una especie de Sierra Maestra del litio, el CONICET, Y-TEC, y la Universidad Nacional de La Plata, con 7 millones de dólares de los bolsillos de payaso de los argentinos, instalaron una “fábrica de baterías”.  Compraron toda la maquinaria a China, una capacidad de almacenaje equivalente a 13 MWh año y una producción para alimentar 50 colectivos eléctricos. Les faltó detallarnos el costo operativo de la nueva ensambladora, que esta vez ya no estará en Tierra del Fuego. Veremos si los salarios de directivos y empleados, e la importación de unos diez minerales necesarios para construirlas y otros insumos, saldrán de lo que obtendrán por la venta de esas baterías. De lo contrario no será valor agregado.

El reintegro PUNA es una resolución del ministerio de Economía, Obras y Servicios Públicos para promover la minería en esa zona cuando las producciones de litio no existían. Resolución de un Ministerio conducido por el peronismo, gobierno que tenía en 1993 al compañero Parrilli como diputado nacional. Resolución mata resolución: ¿qué esperan para derogarla? . Eso sí, alcanzará a los nuevos emprendimientos ya que las actuales producciones tienen derechos adquiridos, como generalmente se enseña en las carrera que dictan Introducción al Derecho.

La eliminación de los derechos de exportación impulsada por el presidente Mauricio Macri en febrero del 2016 fue un fenomenal negocio para el Fisco nacional, para el de Catamarca, para 7.000 trabajadores y unas mil pymes proveedoras de bienes y servicios en la mina catamarqueña. Como es de público conocimiento, Alumbrera había anunciado su cierre definitivo para mayo del 2017. Gracias a la quita de retenciones la empresa prolongó sus operaciones a diciembre del 2018. Sólo en impuestos a las ganancias pagados por 18 meses más de operaciones, el Estado Nacional recibió US$ 90 millones, lo que representó más del doble que los US$ 43 millones que hubiese recaudado por retenciones. En total fueron US$ 522 millones más de ingreso a la economía nacional, donde además del mencionado impuesto se deben contabilizar salarios, aportes y contribuciones a la seguridad social, utilidades a YMAD, compra de bienes y servicios nacionales, regalías mineras y otros aportes.

Es una ignorancia supina la del legislador, que parece caído de Marte, que falsea datos de exportaciones de litio tanto de Chile como de su propio país. Que omite del análisis tributario los importantes impuestos que pagan las empresas del sector, que desconoce los salarios de empleados directos e indirectos que trabajan a más de 4.000 msnm, de los aportes de cientos de empresas pymes nacionales que encontraron en el litio un lugar para desarrollarse y progresar, del efecto indirecto de la producción de litio en el PBG de las provincias norteñas.

El litio aún no es un commodity y en Australia, Chile, China y donde se produce se vende por contratos. Es difícil poder dialogar con una persona ideologizada, que como todo demagogo apela a la emoción, miente y desprecia las evidencias.

No sabía si contestar, si valía la pena hacerlo frente una persona atrevida sin conocimiento del funcionamiento de una de las mayores esperanzas que tenemos los argentinos, el trabajo digno y honrado que puede generar el aprovechamiento de los recursos mineros de nuestro país. Esa enorme riqueza históricamente desaprovechada. Pero pensé en Domingo F. Sarmiento y en aquella sugerencia que realizaba frente a la verdad que trataban de imponer las montoneras: las contradicciones se acaban contradiciéndolas.

* Diputado nacional (MC) y exsubsecretario de Minería de la Nación

Fuente: Gazeta Mercantil

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