El déficit primario del sector público nacional llegaría a 3.4% del PBI

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Escriben Marcelo Capello, Nicolás Cámpoli y Juan Manuel López*

El déficit primario del sector público nacional llegaría a 3.4% del PBI.

De mantenerse la trayectoria de ingresos y egresos de los primeros 5 meses, el déficit primario del sector público nacional llegaría a 3,4% del PBI en 2023 lo que significa 1,5 puntos por encima de la meta comprometida con el FMI por el gobierno argentino.
En el acumulado del primer semestre del año, la recaudación total cae un 6,2%
interanual, en valores constantes. En Derechos de Exportación, la disminución se acerca al 60% anual, seguido por la baja en impuestos sobre combustibles (-41%), Ganancias (-10%) e impuesto PAÍS (-8%).

En el Sector Público Nacional (SPN), el acumulado entre enero y mayo de 2023 exhibe una caída en los ingresos totales del 11% anual, en valores constantes, mientras el gasto primario lo hace un 7%, de modo que el déficit primario se amplió en un 46% real en lo que va de 2023, versus igual período del año anterior.
Si el ritmo de ejecución de ingresos y egresos en lo que queda de 2023 resulta similar a la estacionalidad observada en años previos, el resultado primario al final de 2023 arrojaría un déficit de 3,4% del PIB, superior en 1,4 puntos porcentuales al del año 2022, y 1,5 puntos por arriba de la meta acordada con el FMI para este año (1,9% del PIB).

  • Metas comprometidas con el FMI 

Ahora bien, si se supone que el gobierno desea cumplir la meta con el FMI en 2023,
entre junio y diciembre de 2023 el gasto primario debería resultar un 26% inferior al
observado en igual período de 2022, en valores constantes. De otra manera, para
cumplir la meta de déficit primario con el FMI en 2023, el gasto mensual promedio
entre junio y diciembre debería resultar un 18% menor que el observado mensualmente entre enero y mayo de 2023, en valores reales.
Dado que las erogaciones primarias caen un 7% real en los primeros cinco meses del
año, queda claro que la ampliación del déficit se debe a que los recursos disminuyen más rápido que el gasto. En cambio, si los ingresos tributarios acumulados a mayo de 2023 hubieran resultado iguales a los observados en igual período de 2022, en lo que va del año actual se hubiera obtenido un superávit primario de 0,19% del PIB.

  • Visión optimista

Las tendencias fiscales de 2023 no dejan de ser una oportunidad para el año fiscal
2024: dado que en el año corriente las erogaciones primarias caen en términos reales, y si ese comportamiento se mantiene todo el año, y en 2024 se repite un comportamiento cuidadoso por el lado del gasto (que como mínimo no suba en
términos reales), pero se recupera la recaudación con una vuelta a la normalidad de la producción agropecuaria, entonces podría darse una fuerte baja del déficit primario en el primer año del nuevo gobierno.

Dos posibles hechos atentan contra esa visión optimista para el año fiscal 2024: 1) Que en el segundo semestre de 2023, frente a la cercanía de las elecciones nacionales y en muchas provincias, la política de gasto resulte más expansiva que en el primer semestre del año; y 2) Que en el año 2024 la recaudación real vuelva a caer, aún con una posible vuelta a la normalidad en la producción agropecuaria, si la nueva administración de gobierno se ve obligada a sincerar variables como tipo de cambio y tarifas, que afecten negativamente el consumo y la actividad el año que viene.

*Economistas del IERAL, Fundación Mediterránea

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