El kirchnerismo colapsó el sistema previsional argentino

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Escribe Roberto Cachanosky*

El kirchnerismo colapsó el sistema previsional argentino.

El conflicto entre el Poder Ejecutivo Nacional y el Congreso Nacional, e incluso con el PRO, a raíz de la aprobación del cambio en el ajuste del sistema previsional puede tener varias lecturas. 

Como dice el presidente Javier Milei, es un intento de la oposición por boicotearle el equilibrio fiscal. Por otro lado, es cierto que Milei logró el equilibrio fiscal en estos 7 meses en gran medida licuando gastos.

Justamente el 31% de baja del gasto público en el período enero-mayo, se explica por licuación de las jubilaciones. Otro 7% por licuación de los salarios de la administración pública.

El resto de la reducción del gasto público es, básicamente, licuación de planes sociales y luego menos transferencias a provincias, menos subsidios a la energía y el transporte público, y, sobre todo, el segundo rubro de mayor importancia es la paralización de la obra pública que explica el 16% de la baja del gasto público en el período enero-mayo 2024.

Ahora bien, hay una serie de elementos que, además de la licuación de las licuaciones, genera serios problemas para sostener el sistema de reparto.

Recordemos que, antiguamente, la gente constituía su propia jubilación, por ejemplo, comprando propiedades para luego alquilarlas y vivir de rentas en el período de su retiro.

El sistema de reparto que conocemos actualmente fue inventado por Otto von Bismark allá por 1878 que consistía en otorgarle una pensión a las personas cuando llegaban a los 70 años. 

Los que estaban en actividad pagaban un impuesto sobre su salario para cuando llegaran a los 70 años poder acceder a ese beneficio.

El truco de Bismark fue que la esperanza de vida en esos años en Alemania era de 40 años, de manera que especulaba con tener un sistema previsional superavitario porque los que aportaban al sistema previsional nunca llegaban a cobrarlo porque se morían antes de llegar a los 70.

Los sistemas de reparto como el que tenemos en Argentina funcionan de la siguiente manera.

Aquellos trabajadores que están en actividad pagan un impuesto sobre su salario que se llama aporte previsional y las empresas pagan otro impuesto sobre los salarios que se llama contribuciones patronales. 

En el caso argentino, el empleado aporta el 11% de su sueldo para la jubilación y el empleador el 16%. En total el 27% de la masa salarial de la empresa.

Obviamente, además, están los aportes a la obra social, al fondo nacional del desempleo, el seguro de vida obligatorio y la ART.

Pero tomando solo lo que se destina a jubilaciones es el 27% de los salarios.

Esto quiere decir que si alguien se jubila y quiere cobrar el 100% de los que cobraba cuando estaba en actividad, se necesitan casi 4 empleados en actividad por cada jubilado.

Y si se le pagara al jubilado el 80% del sueldo que tenía cuando estaba en actividad, se necesitan 3 empleados en actividad en blanco por cada jubilado.

El sistema consiste en que los que están en actividad pagan un impuesto junto con las empresas para sostener a los que están jubilados.

Muchos jubilados consideran que sus aportes al sistema previsional son ahorro. No es así en los sistemas de reparto.

En los sistemas de reparto lo que están en actividad pagan impuestos para sostener a los actuales jubilados, y los actuales trabajadores cobrarán su jubilación de los impuestos que paguen sobre sus salarios los futuros trabajadores y empresas.

Los que están en actividad mantienen a los que están retirados, así funciona el sistema de reparto. 

Ahora bien, como decía antes, tomemos el caso de pagarle a los jubilados el 80% del sueldo de lo que cobraban cuando estaban en actividad.

Eso requiere de 3 empleados en blanco por cada jubilado.

La relación entre empleados en blanco y jubilados es de 1,4 empleados en actividad por cada jubilado. Menos de la mitad de los 3 que debería haber para el caso del 80% de jubilación.
La relación entre empleados en blanco y jubilados es de 1,4 empleados en actividad por cada jubilado. Menos de la mitad de los 3 que debería haber para el caso del 80% de jubilación.

De acuerdo al presupuesto 2024 hay 3,1 millones de jubilados y pensionados que aportaron durante su vida laboral y 4 millones que cobran con lo que se denomina moratoria.

En realidad, son los que hizo entrar Cristina Kirchner por la ventana para ganar votos pero que nunca habían aportado. Es decir, no tenían los años de aportes para recibir la jubilación. 

El dato relevante es que hay más jubilados y pensionados que no aportaron que los que aportaron. En total suman, entre los que aportaron y los que no aportaron, 7,1 millones de beneficiarios.

Cuántas personas trabajan en relación de dependencia y aportan al sistema previsional. De acuerdo a los datos del SIPA, son 9,7 millones entre empleados privados en blanco y empleados públicos.

La relación entre empleados en blanco y jubilados es de 1,4 empleados en actividad por cada jubilado. Menos de la mitad de los 3 que debería haber para el caso del 80% de jubilación.

De por sí tenemos, en el caso argentino, un serio problema entre los que están en actividad y los jubilados y pensionados. 

Pero como la masa de recursos que se aporta al sistema previsional entre aportes y jubilaciones es un porcentaje de los sueldos de los que están en actividad, con salarios destrozados por la inflación, inevitablemente las jubilaciones van a ser un porcentaje de salarios destrozados por la inflación.

Si a esto le agregamos que, gracias a Dios, la esperanza de vida aumentó, el cálculo de Bismark de tener pocos jubilados porque la esperanza de vida era de 40 años, la relación cantidad de beneficiarios de jubilaciones aumentó y se mantendrá alta porque, afortunadamente, la gente vive más tiempo por los adelantos de la medicina, las condiciones de higiene, etc.

Los sistemas de reparto están colapsados en Argentina y en el mundo. Y el kirchnerismo colapsó el sistema previsional argentino.

Emmanuel Macron tuvo fuertes protestas en Francia por haber aumentado la edad de jubilación de 62 a 64 años. 

La realidad es que hoy día una persona de 62 años es joven para seguir trabajando. 

Volviendo al caso argentino, los costos laborales son tan altos que buena parte del trabajo es en negro, con lo cual no aportan al sistema previsional.

De acuerdo al presupuesto 2024, los ingresos de la ANSES por aportes y contribuciones patronales representan el 51% del total de los ingresos.

El 36% proviene de una parte del IVA, de parte del impuesto a los créditos y débitos bancarios, del impuesto PAIS, combustibles, otros más. 

Es decir, que el sistema no genera recursos propios para financiarse, precisamente porque el kirchnerismo colapsó el sistema previsional argentino.

Si Cristina Kirchner no hubiese metido por la ventana del sistema previsional a 4 millones de beneficiarios, la relación empleados en blanco en actividad por jubilado sería de 2,3 empleados por jubilado. No sería la relación óptima, pero sería más manejable. 

En síntesis, cualquier mecanismo de ajuste que se utilice para las jubilaciones impactará en el presupuesto.

Por un lado, proponer aumentos jubilatorios sin explicitar cómo se financiarán (más impuestos o menos gastos) luce poco serio. 

Al mismo tiempo, basar el ajuste presupuestario en el sistema previsional es bastante poco ético.

Por ejemplo, se podría aumentar las jubilaciones de los que aportaron y los que no aportaron pasar a un subsidio por retiro equivalente al mínimo no imponible. 

Un ejemplo que puede darse de dónde pueden salir recursos para financiar al sistema previsional son el negocio de las pensiones por invalidez laboral.

Hay casi tantos beneficiarios por invalidez laboral como jubilados que aportaron al sistema. 

En ese escándalo de negocio se van US$ 1.600 millones.

Y ni que hablar de todos los planes sociales que van a gente que se acostumbró a vivir del trabajo ajeno recibiendo planes mientras se somete a los jubilados a la miseria más indignante. 

En definitiva, lo que no resulta justo es que los que aportaron toda su vida al sistema previsional tengan que subsidiar a los que no aportaron como ocurre actualmente por el populismo k que terminó de hacer explotar el sistema previsional y, encima, destinar recursos para planeros que están en edad de trabajar pero prefieren vivir de los piquetes.

Fuente: MDZ On Line

*Economista

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