El peronismo tiene más de 70 años de episodios oscuros
Escribe Eduardo Reina*
El peronismo tiene más de 70 años de episodios oscuros en la Argentina, con historias de machismo violento y abusos de poder.
Peronismo, machismo y abuso de poder: una cultura que exige transformación.
Con más de setenta años de influencia en la vida política argentina, el peronismo ha dejado un legado que mezcla logros con episodios oscuros.
El caso de Alberto Fernández, quien intentó proyectar una imagen de familia unida y compromiso con las causas sociales, se convirtió en un escándalo aún mayor cuando se revelaron presuntos abusos y maltratos hacia su esposa, Fabiola Yáñez.
Entre estos episodios oscuros, el abuso de poder y la violencia de género han sido constantes, pese a los esfuerzos por promover una narrativa de lucha por la igualdad y la inclusión.
Con más de setenta años de influencia en la vida política argentina, el peronismo ha dejado un legado que mezcla logros con episodios oscuros.
Entre esos episodios oscuros, el abuso de poder y la violencia de género han sido constantes, pese a los esfuerzos por promover una narrativa de lucha por la igualdad y la inclusión.
Una vulgar definición reciente, en palabras de Victoria Tolosa Paz sirve como recordatorio de las deudas pendientes del movimiento con las mujeres, que durante años han sido víctimas de un sistema patriarcal profundamente arraigado.
Alcohol, drogas y golpes: Fabiola Yañez definió como “un infierno” la convivencia con Alberto Fernández.
La historia del peronismo está plagada de ejemplos que evidencian esta problemática.
- El caso de Perón
En la década de 1950, Nelly Rivas, una adolescente de 14 años, se vió atrapada en el círculo íntimo del entonces presidente Juan Domingo Perón, un hombre de 58 años en aquel momento.
Este hecho, oculto bajo la sombra del carisma y la popularidad del líder, es sólo uno de los muchos casos que ilustran cómo el abuso de poder ha sido una constante en el peronismo.
- Carlos Menem
Otro ejemplo paradigmático es el de Carlos Menem, uno de los líderes más controvertidos de Argentina, cuya vida privada estuvo marcada por incidentes que reflejan el trato hacia las mujeres en su entorno.
En 1990, Menem ordenó la expulsión de su esposa, Zulema Yoma, de la residencia presidencial de Olivos en un acto que se convirtió en un escándalo nacional.
Este episodio no sólo sacudió a la opinión pública, sino que también reveló aspectos oscuros de la vida personal del presidente, relacionados con el maltrato y el abuso de poder.
- Néstor Kirchner y Cristina Fernández
La violencia de género dentro del peronismo no es un fenómeno exclusivo del pasado. En su libro “El origen,” publicado en 2018, Mariana Zuvic ofrece un testimonio revelador sobre la violencia doméstica que presenció en la vida privada de Néstor y Cristina Kirchner, dos de las figuras más influyentes del peronismo contemporáneo.
Zuvic describe escenas de extrema violencia, en las que los Kirchner se insultaban y lanzaban objetos, sin percatarse de la presencia de una testigo en la habitación contigua.
Este relato es un ejemplo más de cómo el abuso de poder no solo se manifiesta en el ámbito público, sino que también invade los espacios más íntimos y personales.
- Alberto Fernández
El caso de Alberto Fernández, quien intentó proyectar una imagen de familia unida y compromiso con las causas sociales, se convirtió en un escándalo aún mayor cuando se revelaron presuntos abusos y maltratos hacia su esposa, Fabiola Yáñez (foto de portada).
Agresiones verbales y físicas mancharon aún más su ya deteriorada imagen. Lo que comenzó con el “Olivosgate” degeneró en una espiral de violencia y abuso, traicionando no solo la confianza de los argentinos a nivel público, sino también los principios básicos de respeto y dignidad dentro de su propia familia.
- Otros casos de abusos
Estos episodios no son casos aislados y no deben ser ignorados ni olvidados. Otros ejemplos de abuso y silencio cómplice en el peronismo incluyen figuras como José Alperovich y Fernando Espinoza, el intendente de La Matanza, acusado de “tocamientos impúdicos” mientras el movimiento político guarda silencio.
Incluso dentro de La Cámpora, organización juvenil del peronismo, se creó un protocolo por la cantidad de casos de violencia de género que surgieron dentro de la agrupación, lo que resultó en la expulsión de 30 militantes.
A lo largo de la historia, el peronismo ha visto a varias mujeres ocupar posiciones de poder, pero no sin enfrentarse a una cultura machista que perpetúa la violencia de género.
El empoderamiento femenino dentro de un partido político no es solo una cuestión de equidad de género, sino un imperativo para construir una sociedad más justa, inclusiva y representativa.
Cuando las mujeres ocupan espacios de poder, traen consigo una diversidad de perspectivas y experiencias que enriquecen el debate político y aseguran que las políticas públicas reflejen mejor las necesidades y derechos de toda la población.
“Cualquier persona o institución que trate a una mujer o un niño de manera inhumana, le roba a la sociedad su dignidad”. Nelson Mandela
El peronismo tiene una deuda con la dignidad y es hora de que comience a saldarla.
*Columnista de Perfil
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Que nota estúpida y gorila
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