“La sociedad entendió que no hay más plata” dijo Caputo. Será así?
“La sociedad entendió que no hay más plata”, dijo Caputo: ¿será así?
Caputo prendió la “motosierra” y ponderó que hay un consenso fiscalista inédito para un país “adicto al déficit”.
Con un aumento de más de 100% en el precio del dólar (Martín Polo calculó que es el mayor salto desde 1989) a $800, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció en el Palacio de Hacienda un paquete de urgencia económica que apunta a reducir el déficit fiscal, ordenar las variables económicas y evitar una hiperinflación.
“Estamos ante una oportunidad histórica”, dijo y ponderó el hecho distintivo de la actualidad: el hecho de que Javier Milei, que hizo campaña militando el ajuste, haya ganado en las elecciones. “La sociedad entendió que no hay más plata”, dijo. Siempre hubo candidatos fiscalistas, dijo “Toto”, “pero nunca sacaban más de 5% o 6%”.
Parte de la elección por la terapia de shock es este apoyo inicial. Ir por un esquema gradualista puede aminorar resistencias o evitar una agudización del ciclo recesivo, pero no permite a la economía hacer el ajuste antes de que el calendario electoral de 2025 o la impaciencia empiecen a molestar.
- “No se renuevan los contratos laborales del Estado que tengan menos de 1 año de vigencia, una práctica habitual en política está en incorporar familiares, amigos, antes de la finalización de un término de mandato”.
- “Se decreta la suspensión de la pauta del Gobierno Nacional por 1 año. Durante el 2023, entre la Presidencia y los ministerios, se gastaron $34.000 millones en pauta. No hay plata para gastos que no sean estrictamente necesarios, y mucho menos, para sostener con plata de los contribuyentes medios que se crean solo para alabar las virtudes de los gobiernos de turno”.
- “Conforme la Ley de Ministerios decretada por el Presidente, los Ministerios se reducirán de 18 a 9 y las Secretarías de 106 a 54. Esto va a redundar en una reducción de más del 50% de los cargos jerárquicos de la política y del 34% de los cargos políticos totales del Estado Nacional”.
- “Vamos a reducir al mínimo las transferencias discrecionales del Estado Nacional a las provincias. Recursos que, lamentablemente, en nuestra historia reciente se han usado como moneda de cambio para intercambiar favores políticos”.
- “El Estado Nacional no va a licitar más obra pública nueva, y va a cancelar las licitaciones aprobadas cuyo desarrollo aún no haya comenzado. La realidad es que no hay plata para pagar más obra pública que, como todos los argentinos sabemos, muchas veces termina en los bolsillos de los políticos o de los empresarios de turno. La obra pública ha sido siempre uno de los focos de corrupción del Estado y con nosotros eso se termina. Las obras de infraestructura en Argentina serán realizadas por el sector privado, ya que el Estado no tiene plata ni financiamiento para llevarlas a cabo”.
- “Vamos a reducir subsidios a la Energía y al Transporte. Hoy el Estado sostiene artificialmente precios bajísimos en tarifas energéticas y transporte a través de estos subsidios. La política siempre lo ha hecho porque de esa forma engañan a la gente haciéndoles creer que les ponen plata en el bolsillo. Pero como todos los argentinos ya se habrán dado cuenta, estos subsidios no son gratis, sino que se pagan con inflación. Lo que te regalan en el precio del boleto te lo cobran con los aumentos en el supermercado. Y con la inflación son los pobres los que terminan financiando a los ricos”. Aquí aparecen dudas: qué sectores de la población pagarán “tarifa plena” y cuáles, “tarifa social”.
- “Los subsidios al transporte en el AMBA son un acto de profunda discriminación con las provincias del interior. Así que vamos a terminar también con esa discriminación hacia el interior”.
- “Vamos a mantener los planes Potenciar Trabajo de acuerdo a lo establecido en el Presupuesto del 2023. Y vamos sobre todo a fortalecer las políticas sociales que son recibidas directamente por quienes la necesitan, sin intermediarios, como la Asignación Universal por Hijo y la Tarjeta Alimentar”.
- “Vamos a duplicar la Asignación Universal por Hijo y vamos a aumentar 50% la tarjeta Alimentar. Esto va en línea con lo que decíamos antes, que vamos a fortalecer los planes que van directo a la gente, sin intermediarios, y a la gente que más lo necesita”.
- “Vamos a sincerar el tipo de cambio oficial. El tipo de cambio oficial va a pasar a valer $800, para que los sectores productivos tengan realmente los incentivos adecuados para aumentar la producción. Esto va a estar acompañado por un aumento provisorio del impuesto País a las importaciones y a las retenciones de las exportaciones no agropecuarias. De esta manera, beneficiamos a los exportadores con un mejor precio y equiparamos la carga fiscal para todos los sectores, dejando de discriminar al sector agropecuario”. Se supo que el País sería de 17,5% y, por ende, el dólar para las importaciones con impacto en todos los precios de la economía se va a $940.
- “Finalizada la emergencia, vamos a avanzar en la eliminación de todos los derechos de exportación, que consideramos un gravamen perverso que entorpece el desarrollo argentino”.
- “Reemplazaremos el sistema SIRA de importaciones por un sistema estadístico y de información que no requerirá de la aprobación de licencias. Se termina así la discrecionalidad y se garantiza la transparencia del proceso de aprobación de las importaciones. El que quiera importar, ahora podrá hacerlo, y punto”.
“Vamos a estar durante unos meses peor que antes, particularmente en términos de inflación. Como dice el Presidente, es preferible decir una verdad incómoda que una mentira confortable”, admitió Caputo. Son número estremecedores que puede desestabilizar cualquier plan económico. A modo de ejemplo: en 3 meses de 25% de inflación, el dólar a $800 es $410 (donde está hoy).
“Argentina es un país rico en recursos naturales y humanos. Si hacemos, finalmente, los deberes que nunca hemos querido hacer, permitámonos soñar con volver a ser ese gran país que hace 100 años el mundo entero tanto admiraba”, concluyó, con un mensaje más optimista.
Es un plan de ajuste clásico en el sentido ortodoxo, con elementos novedosos y disruptivos (transferencias a provincias y obra pública) y con elementos que contradicen al discurso previo de Milei, como no subir impuestos.
Además, tras los anuncios de Caputo se supo que se anularía la movilidad jubilatoria y las subas de haberes serían por decreto y discrecionales. Es la misma medida de Alberto Fernández en su primer año de gestión.
Este miércoles llegará el turno de Santiago Bausili con el flanco monetario del programa.