Nos acercamos a las primarias presidenciales más competitivas de la historia
Escribe Gustavo Córdoba*
En Argentina nos acercamos a las primarias presidenciales más competitivas de la historia. Cualquiera que pretenda encontrar en las encuestas una herramienta mágica capaz de predecir el futuro va a estar siempre cometiendo un error.
Publicar datos electorales en Argentina es siempre una actividad de riesgo. No sólo por la reacción que la política tiene, sino también porque la volatilidad política en nuestro país hace que cualquier dato quede desactualizado muy rápidamente.
Pero incluso en la volatilidad argentina aparece una certeza importante: el escenario de tercios que empezamos a advertir hace más de un año hoy es una realidad concreta. La paridad entre Juntos por el Cambio, el Frente de Todos y La Libertad Avanza de Javier Milei se encuentra ya casi en un triple empate técnico.
La prudencia sigue siendo la mejor consejera a la que puede aspirar la clase política en un contexto como éste.
Cualquier muestra prematura de triunfalismo puede ser combustible para un clima social que está extremadamente molesto con la política y sus dirigentes.
Es en ese contexto que publicamos esta segunda parte de nuestro informe de abril con datos puramente electorales, incluyendo el voto potencial de las principales figuras, tres escenarios de PASO y dos escenarios de elecciones generales.
En todos los escenarios la fragmentación es el dato saliente más importante. En especial cuando se ve las primarias de las dos principales coaliciones, cuya división interna favorece y potencia las chances de Milei de ser el candidato más votado a nivel individual en las primarias.
Mientras más demoren Juntos por el Cambio y el peronismo sus definiciones políticas, más favorecido se ve Javier Milei, que en las últimas semanas ocupó prácticamente en soledad el centro de la escena política.
Un comentario al respecto que surge de nuestro informe publicado hace una semana: dentro del votantes de Milei, la mitad del mismo sostiene posiciones favorables a la intervención estatal. Esa curiosidad plantea una gran posibilidad para las principales coaliciones políticas, que a partir de determinados discursos podrían mejorar sus argumentos públicos y generar un contraste más nítido con el candidato liberal.
Nos acercamos a las primarias presidenciales más competitivas de la historia. En ese sentido, nuestros informes electorales aspiran a ser siempre un insumo de análisis y lectura política, nunca de predicción.
Cualquiera que pretenda encontrar en las encuestas una herramienta mágica capaz de predecir el futuro va a estar siempre cometiendo un error.
*Analista de Opinión Pública. Director de Zuban Córdoba
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