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Escribe Pedro José Guerrero*

En la Argentina es necesario implementar políticas contra la mala política.

Las primeras elecciones provinciales realizadas han mostrado -y seguramente van a confirmarlo las del 13 de agosto y 22 de octubre de 2023 (es probable que no haya segunda vuelta)- el cansancio y el hartazgo de la ciudadanía respecto a la forma en que funciona la política y los políticos en nuestro país.

Se percibe cada vez con más claridad que los partidos políticos están en una crisis terminal, que no tienen ningún tipo de programa, que no sirven para canalizar las necesidades ni las inquietudes de la gente y que son manejados por cúpulas a las que solo les interesa su propio ombligo.

El planteo de políticas contra la mala política emerge de observar la desesperación de los políticos por seguir prendidos de la teta del estado, sus impúdicas maniobras y peleas para entrar en las listas, las denuncias de ventas de candidaturas, los candidatos designados a dedo, los candidatos hereditarios y los candidatos a los que no los conoce nadie, pero que desde hace décadas arman listas para recibir parte de los enormes recursos que el estado destina a financiar la impresión de boletas.

Sólo en las PASO nacionales, la impresión de boletas insumirá un costo de más de 8.000 millones de pesos.

Muchas personas optan por no votar, por votar en blanco o impugnar sus votos. Al actuar así, sólo logran ser funcionales a esas malas prácticas.

Estamos en un círculo vicioso. No participamos porque el sistema es malo y el sistema político es malo … porque no participamos.

Delegamos nuestras responsabilidades ciudadanas en vivillos, arribistas, punteros o directamente delincuentes y luego nos asombramos de los malos resultados.

Como no sirve de nada llorar o quejarse, empecemos a tirar ideas para democratizar y sanear la política en Argentina.

En la medida que se genere un debate sobre el tema, que se sumen otras propuestas en el mismo sentido y que se difundan y viralizen, se abrirá la posibilidad de que puedan implementarse cambios en nuestro sistema político.

Un primer paso importante es terminar con el negocio y el despilfarro de papel que significan las boletas por cada partido.

Aprobar el sistema de boleta única en forma urgente, sería una muestra de que el gobierno que venga tiene una real voluntad de cambio.

Otra forma de mostrar una verdadera voluntad de cambio y de reducir el despilfarro de dinero en la política, sería terminar con las remuneraciones de los Consejos Deliberantes.

Lograr que quienes ocupan esos cargos lo hagan porque tienen una real voluntad de participar y de servir a la comunidad, y no para sacar una remuneración jugosa y ventajas personales, permitiría empezar a salir de la política en beneficio propio, para pasar a la política como servicio.

  • Ley de partidos políticos 

Es indispensable y urgente dictar una nueva ley sobre los partidos políticos que los democratice y promueva una efectiva participación en ellos de los ciudadanos.

Hace falta nuevos canales para participar. Las elecciones internas deben ser obligatorias y reglamentadas, apuntando a evitar que los cargos partidarios o las candidaturas se distribuyan por parentesco, por roscas o por dinero.

Un mecanismo útil podría ser que todos los partidos políticos deban tener en internet una página de libre acceso al público, en la que las personas puedan tanto conocer la plataforma y posiciones del partido frente a temas de actualidad, como adherirse o afiliarse, así como la posibilidad de hacer llegar propuestas y proyectos.

  • Delitos electorales 

Otro gran tema es el de los delitos electorales. Quien ofrezca dinero, bienes, alimentos o servicios para obtener un voto, aprovechándose de la ignorancia, la venalidad o la necesidad de un votante, debe ser castigado con inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.

Y sobre todo, tengamos presente que cada uno de nosotros es parte del problema. Los malos políticos son la resultante de ciudadanos que han dejado de serlo porque optaron por comodidad o conveniencia ser simples habitantes o súbditos serviles y acomodaticios.

Por todo esto, si queremos políticas contra la mala política, empecemos a involucrarnos y a asumir nuestras responsabilidades como ciudadanos. Si no nos ocupamos, si solo nos quejamos, si no participamos … no le echemos la culpa a los políticos. La culpa la tiene el estúpido que me mira desde el espejo…

*Productor agropecuario, miembro de la Sociedad Rural

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