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Escribe Pablo Rutigliano*

Los conceptos teóricos adoptados en base a una corriente ideológica de nacionalizar al litio y los subproductos como recurso necesario para el control de un Estado cuyos beneficios permitan la valorización económica para sus pueblos, son falsos ya que los procesos nacionalistas están muy lejos de construir una cadena de valor que permita trasparentar y visibilizar una economía de sustentabilidad en las puertas evolutivas de la transición energética.

El debate de la Nacionalización se encuadraría en la protección política atornillada al poder, cuyos efectos reflejarían un estado desordenado y elefantiásico incapaz de nutrir los beneficios al pueblo y retroalimentarse. Está claro que la política adoptada, es abanderar, al recurso “Litio”, con modelos de empresas en dónde la participación pública y privada es encuadrada sobre un discurso falso de protección de un Estado más federal y democrático, todo lo contrario, debemos recordar que un Gobierno y Estado no son sinónimos, y que la ciudadanía no debe permitir que los Gobiernos Nacional, provinciales, municipales se apropien del Estado.

Al observar los argumentos vertidos por los falsos conceptos de nacionalización observamos que el diagrama en la que se enfocan es construir una empresa nacional del litio para disponer y ejercer el control de los recursos, sobre teorías fácticas y embrionaria incapaces de desarrollar la transición energética, por su lentitud en los procesos vertidos al desarrollar el flujograma de la cadena de valor del litio, expandiendo el gasto público sin formación regional del precio del commodity.
Otras de las corrientes de “cartelización” del litio es la poca transparencia sobre los contratos en la que continúa desarrollando subfacturación y falsos anuncios de inversiones a las que el sector denomina inversiones descentralizadas.

Los factores exógenos (inversiones extranjeras) cuyos procesos de cartelización interior se enfoca en monopolizar el desarrollo del litio por la falta de transparencia sin tipificarlo como un commodity, además de no permitir la formación del precio regional sobre contratos, agudiza la pérdida de confianza sobre la capacidad de realizar la transición energética con impacto real en la macroeconomía de los países latinoamericanos.

Lamentablemente todos estos procesos en la que se encuentra sumergida Latinoamérica no permiten transparentar el potencial económico regional de cara al futuro energético evolutivo sustentando al crecimiento social de los pueblos.

Esta Cámara Latinoamericana del Litio, continúa impulsado el desarrollando para la formación del precio regional con capacidad real de construir una cadena de valores de cara a la electromovilidad, algo que permitirá la sustentabilidad con mapeos concretos sobre los valores y reservas.

La cadena de valor del litio necesita un orden y eso se forja cuando se permite construir un precio limpio desde las regiones defendiendo con claridad el futuro de Latinoamérica con menor pobreza e inflación.

Para desarrollar el Orden sobre el Litio, el Estado debe permitir el desarrollo de un mercado de metales y futuros con contratos visibles, permitiendo a través de su tipificación la comercialización regional, en dónde se forma el precio limpio regional, para el spot y el futuro, este primer paso permitirá la construcción de valor sobre la transparencia del precio limpio regional impidiendo los procesos de falsos conceptos de nacionalización y cartelización monopólica que hoy en día se encuentran en proceso en toda Latinoamérica.
De esta manera se puede avanzar sobre la innovación tecnológica producto de la valorización económica reflejada en la sociedad cuando logramos ser capaces de formar la cadena de valor que nutra al pueblo. Un pueblo valorizado regionalmente será mayormente productivo y sustentable, si el potencial económico del litio se traslada a la sociedad, dónde la garantía de libertad es desarrollar prosperidad y sustentabilidad en el tiempo.

Las grandes oleadas provocadas por las herramientas tecnológicas están generando grandes cimbronazos sobre las instituciones que tendrán que ser capaces de adaptarse al cambio para el desarrollo de la transición energética que el mundo necesita para la descarbonización del planeta tierra.

El feudalismo político corrompe y erosiona la soberanía nacional.

*Presidente de la Cámara Latinoamericana del Litio

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