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Escribe Alejandro Itzcovich Griot*

Argentina, virtualmente, es un país despoblado y desprotegido.

Con 2.8 millones de Km2 de territorio continental, más de 5.000 km de costas marítimas, recursos naturales de todo tipo (petróleo, gas, litio, recursos hídricos, tierras cultivables, minería, pesca, etc.), con poco más de 45 millones de habitantes, Argentina es un país virtualmente despoblado, y desprotegido.

La defensa de estos intereses estuvo durante décadas en cabeza de modernas fuerzas armadas, y nuestro país tuvo relevante importancia en la política internacional regional y mundial.

El Siglo XXI nos encuentra en una realidad muy diferente.

Durante los últimos 40 años, nuestro país ha sufrido un sostenido proceso de desinversión de su instrumento militar, para llegar a una situación de extrema debilidad relativa respecto de nuestros vecinos, y respecto de lo que pudiera ser cualquier amenaza exterior.

El presupuesto de defensa de la Argentina es de un 0,6% del PBI, el más bajo en la historia, el más bajo de la región (promedio 1,5%), y probablemente del mundo (promedio 2,4%)

Como consecuencia, hoy el equipamiento de las FFAA es obsoleto o directamente inexistente.

Sus recursos humanos están debilitados, desmotivados y mal pagos.

La historia indica que el desarme unilateral y auto infligido, lejos de ser un mitigador de las ambiciones extranjeras, resulta un potenciador de los riesgos para la Argentina, que ha hecho de ignorar amenazas un arte.

En un mundo cada vez más superpoblado, complejo y carente de espacio y recursos naturales, esto deja de ser una opción para convertirse en una obligación.

  • La herramienta indispensable

En este sentido, mantener la actual Ley de Defensa Nacional, y las actuales Directivas de Políticas para la Defensa Nacional – DPDN, resultan un riesgo potencial para la integridad nacional en el mediano plazo.

Las Directivas de Políticas para la Defensa Nacional – DPDN, son el principal subproducto de la Ley Nacional de Defensa. No se puede hablar seriamente de las fuerzas armadas, su composición, armamento y su rol, sin una planificación previa, que debe hacerse necesariamente a través de este instrumento.

Las DPDN detallan:

  1. Intereses vitales (IVN)  y estratégicos de la Nación (IEN)
  2. Análisis de riesgos, amenazas y oportunidades en el escenario local
  3. Análisis de riesgos, amenazas y oportunidades en el escenario internacional
  4. Instrucciones al Ministerio de Defensa, y a las distintas fuerzas armadas, y al Estado Mayor Conjunto de las FFAA (EMCOFAA)

Desde la década de 1990 a la fecha nuestro país tomó unilateralmente la decisión de considerar a Sudamérica como un “continente de paz”, por lo que desde entonces la Argentina carece de hipótesis de conflicto. Esta decisión fue tomada exclusivamente por cuestiones políticas, prescindiendo de fundamentos basados en inteligencia estratégica.

Sin hipótesis de conflicto (unilateralmente definido), no es necesaria inversión, ni planificación, ni equipamiento para las FFAA. El estado actual, es la consecuencia natural de esa decisión.

Como el avestruz que, ante la presencia de un depredador, mete la cabeza en un agujero, creyendo que así resulta invisible.

Peor aun cuando toda la prognosis nos indica que la realidad va en otro sentido. Por ejemplo, si consideramos que Chile, o inclusive Brasil elaboran hipótesis de conflicto con la República Argentina; o cuando vemos que los reclamos  territoriales de países como Chile, Reino Unido sobre la plataforma continental y el territorio antártico argentino aumentan año a año;

O los reclamos independentistas de grupos indígenas (sostenidos por numerosas fundaciones europeas que a su vez son financiadas por estados del viejo continente) sobre los más ricos territorios argentinos, como ser la cuenca de vaca muerta, o el triángulo del litio en Jujuy. Entre otras.

La paz entre naciones proviene de dos elementos centrales; la Primera, de la integración económica y de matrices productivas entre naciones, que aumente el costo de un eventual conflicto; y la Segunda de una estabilidad emergente de la mutua y equilibrada capacidad destructiva.

La Argentina ha avanzado tibiamente sólo en la primera de estas.

Hablar de reequipamiento de las FFAA, o de su utilización para tareas alternativas, o de la reforma del régimen de personal, sin desarrollar antes las DPDN, es como poner el carro delante del caballo. Porque sin definiciones centrales de política y geopolítica, y sin la planificación emergente de estas definiciones, las FFAA en poco tiempo serán irrecuperables.

Todo lo demás es estratégicamente irrelevante.

*Abogado, experto en Seguridad y Defensa, ex Director Nacional de la PSA, actual Vice Rector del IUSE – Instituto Universitario de Seguridad Pública de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad en ejercicio del derecho constitucional a la libre expresión sin censura previa y no necesariamente reflejan la línea editorial de SRSur News Agency

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1 thought on “Un país despoblado y desprotegido

  1. Excelente artículo, sintético, conciso y muy claro.
    Cuando los comerciantes no cruzan libremente las fronteras, terminarán por hacerlo violentamente los ejércitos.
    Ejercitos poderosos aseguran paces duraderas.

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