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Escribe Ricardo Sarmiento*

  • La comunicación estratégica es clave para gobiernos, negocios y grandes inversiones.
  • La principal herramienta en la comunicación estratégica es la preservación del contacto humano.

La comunicación estratégica es la llave del éxito para todo emprendimiento individual, corporativo, institucional o político.

La concepción estratégica de la comunicación corporativa y política, o institucional, es clave para cumplir la misión u objetivos propuestos para el corto, mediano y largo plazo.

Una concepción estratégica es imprescindible particularmente en negocios cotidianos, grandes inversiones y políticas públicas gubernamentales.

Sin una visión estratégica una empresa o una inversión pueden ser rentables a corto plazo pero no serán exitosas sino aplican una estrategia, en el frente interno y externo, para obtener, preservar y consolidar la Licencia Social.

La comunicación contemporánea más reciente, e inclusive más notoriamente con posterioridad a la pandemia, está deshumanizándose en todos los frentes y con ello se diluye el elemento escencial que es la interacción cercana a la sociedad, a los medios de comunicación e inclusive a los share holders y paricularmente a los stake holders.

Hoy, en la comunicación impera el concepto, conciente o inconciente, de que la tecnología es una herramienta suficiente para llegar al público objetivo y se ejerce una relación virtual indiscriminada en que la vinculación humana se desdeña y se pierde.

Antiguos conceptos estratégicos tuvieron, tendrán, y tienen, una consistencia vital para cumplir con una misión. Pero esa misión tiene objetivos intermedios que pueden ser múltiples y complejos.

Ahí radica la clave de la Comunicación Estratégica con mayúsculas: visualizar todos los frentes y planificar las reacciones que cada situación merece.

Los antiguos estrategas supieron poner en práctica aquello de que “a los amigos hay que tenerlos cerca, y al enemigo, aún más cerca”.

En las comunicaciones más recientes se busca el impacto inmediato pero no la persistencia de un relacionamiento interactivo, enriquecedor, en una relación de doble vía.

Gran parte de los comunicadores actuales tienen una visión muy junior de su actividad cotidiana. Disparan un email o un WhatsApp grupal y creen que con ello obtienen el resultado esperable de modo automático.

La comunicación es un ejercicio cotidiano e inherente a la condición humana.

La mayoría de los operadores actuales de la comunicación tienen apenas una categoría junior.

Dirigen mensajes impersonales sin siquiera presentarse humanamente, con nombre y apellido que los identifique como seres individuales y reconocibles. Han perdido la calidez del diálogo a pesar de las ventajas que ofrece la tecnología y las redes sociales.

Por esto la tecnología fracasa particularmente en la comunicación de grandes corporaciones, organismos gubernamentales y particularmente del sistema financiero.

Según su origen, y la propia definición de Kaspersky, “bot” es un término que proviene de acortar la palabra “robot”.

“Es un programa que realiza tareas repetitivas, predefinidas y automatizadas. Los bots están diseñados para imitar o sustituir el accionar humano. Operan en forma automatizada, por lo que pueden trabajar mucho más rápido que una persona”, define Kaspersky.

Para dar un ejemplo concreto, el “bot” es la herramienta cotidiana aplicada ya por la mayoría o la totalidad de los bancos minoristas.

Una burbuja activada por un bot pregunta al cliente conectado a través de una pantalla “en qué puedo ayudarlo” y de inmediato ofrece un número limitado de opciones.

Esas opciones pueden demorar sólo unos segundos en mostrar que no son una herramienta eficiente para dar una respuesta. Muchas veces responde: “no entiendo su pregunta” y sugiere un contacto con un operador que a veces tarda tanto en atender al cliente que desiste por cansancio y no logra resolver su consulta.

La comunicación estratégica contemporánea no debe, sin embargo, desdeñar las herramientas tecnológicas ni el uso de la inteligencia artificial.

El avance y los logros tecnológicos, de todos modos, son productos de la inteligencia humana, a la que aún no logran superar.

Entre tanto, la interacción humana es de imperiosa necesidad para no deshumanizar a ningún sistema comercial o solidario e, inclusive, para no condenar a la humanidad a una creciente segregación de sectores no nativos de la era digital.

Y lo que es más importante aún, para no deshumanizar a las nuevas generaciones.

*Sobre el autor

Consultor en Comunicación Estratégica Integral aplicada a Corporaciones de Clase Internacional, Negocios de gran escala y Grandes Inversiones. Creador de la Comunicación de Doble Vía. Especialista en Comunicación Masiva y Segmentada. Experto en Construcción, Desarrollo y Protección de Marcas y Productos. Poseedor de experiencias internacionales en Prevención, Gerenciamiento y Control de Crisis.

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