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Amnistía Internacional denunció a Hamás por la violencia que ejerce sobre la población civil en Gaza sin mencionar la masacre del 7 de octubre de 2023 contra civiles de Israel.

La organización, que declama ser defensora de los derechos humanos en cualquier país de mundo, emitió este miércoles, un extenso informe detallando casos claramente identificados de civiles gazatíes que protestan contra el gobierno que Hamás ejerce en Gaza desde 2006.

El comunicado de Amnistía Internacional pide moderación a Hamás en Gaza pero no repudia el macabro ataque contra civiles israelíes perpetrado el 7 de octubre de 2023.

Amnistía Internacional ejerce una visión unilateral y sesgada del conflicto activado por el ataque de Hamás y otros proxis de Irán contra el Estado de Israel y sus ciudadanos.

“Ingenuamente”, Amnistía Internacional enuncia que la organización terrorista Hamás debe “respetar la libertad de reunión pacífica en Gaza” y “dejar de atacar a manifestantes como represalia”.

Sin embargo, además de ignorar el ataque del 7 de octubre de 2023, Amnistía Internacional no emite ningún concepto en favor de la liberación de los rehenes israelíes que la Organización Terorista Hamás aún mantiene en su poder bajo condiciones infrahumanas desde hace más de 18 meses.

Amnistía Internacional denunció a Hamás por la violencia que ejerce sobre la población civil en Gaza, pero no denuncia las atrocidades de esa organización terrorista que, desde su carta constitutiva, que data de 2006, tiene como objetivo la desaparición del Estado de Israel y la muerte de todos los judíos del mundo, y de los “infieles” al Islam fundamentalista.

El comunicado de Amnistía Internacional se reproduce textualmente a continuación.

  • Los servicios de seguridad de Hamás deben dejar de atacar a manifestantes

Palestina: Los servicios de seguridad de Hamás deben dejar de atacar a manifestantes como represalia y deben respetar la libertad de reunión pacífica en Gaza
Las autoridades de la Franja de Gaza ocupada deben respetar el derecho a la libertad de reunión pacífica y de expresión y deben cesar la continua represión contra manifestantes. Así lo ha manifestado hoy Amnistía Internacional.

Durante los dos últimos meses, la organización ha documentado un inquietante patrón de amenazas, intimidación y acoso, incluidos interrogatorios y palizas por parte de las fuerzas de seguridad dirigidas por Hamás, contra personas que ejercen su derecho a la protesta pacífica en medio del genocidio que está llevando a cabo Israel y de la reciente intensificación de los bombardeos y la ampliación del desplazamiento masivo.

Desde el 25 de marzo, los residentes de Beit Lahia, localidad de la gobernación de Gaza del Norte, han organizado múltiples marchas en las que piden el fin del genocidio y el desplazamiento ilegal emprendidos por Israel. Estas protestas han atraído a centenares, si no millares, de palestinos y palestinas. Las personas que se han manifestado han estado coreando lemas y portando carteles en los que criticaban a las autoridades dirigidas por Hamás en Gaza, y ha habido quienes han pedido el fin del gobierno de Hamás. También se han celebrado protestas más pequeñas en el campo de personas refugiadas de Yabalia, en Shujaiya y en Jan Yunis, donde los manifestantes también han coreado lemas contra dirigentes específicos de Hamás.

“Las autoridades de Hamás deben cesar de inmediato todas las medidas represivas contra palestinos y palestinas que expresan abiertamente y con valentía su oposición a las prácticas de Hamás en Gaza. Los informes sobre palizas, amenazas e interrogatorios resultan sumamente alarmantes y constituyen graves violaciones del derecho a la libertad de expresión y de reunión pacífica”, ha manifestado Erika Guevara Rosas, directora general de Investigación, Incidencia, Política y Campañas de Amnistía Internacional.

La población palestina de Gaza protesta por el devastador impacto del genocidio y el desplazamiento forzoso que está llevando a cabo Israel, así como por la inacción de las autoridades de Gaza para protegerla de esos ataques. Esta población tiene derecho a criticar a las autoridades sin temor a represalias violentas.

Erika Guevara Rosas, directora general de Investigación, Incidencia, Política y Campañas de Amnistía Internacional
“Resulta abominable y vergonzoso que, mientras la población palestina de Gaza soporta atrocidades a manos de Israel, las autoridades de Hamás estén agravando aún más su sufrimiento intensificando las amenazas y la intimidación contra la gente simplemente por decir ‘queremos vivir’. La población palestina de Gaza protesta por el devastador impacto del genocidio y el desplazamiento forzoso que está llevando a cabo Israel, así como por la inacción de las autoridades de Gaza para protegerla de esos ataques. Esta población tiene derecho a criticar a las autoridades sin temor a represalias violentas.”

Amnistía Internacional entrevistó a 12 personas (10 hombres y dos mujeres) que habían participado en protestas o las habían organizado, y entrevistó también a familiares de otros tres manifestantes que declararon que sus seres queridos habían sido amenazados si decidían continuar con las protestas. Las personas entrevistadas describieron incidentes de participantes en protestas a quienes se había citado para interrogatorio sin seguir procedimientos formales, a quienes se había golpeado con palos y, en algunos casos a quienes se había amenazado con dispararles.

Muchas expresaron su temor constante a sufrir más represión, y algunos familiares de manifestantes describieron amenazas y violencia dirigidas contra sus seres queridos.

Otras se mostraron desafiantes. Un residente de Al-Atatra, en Beit Lahia, cuya familia fue diezmada en un ataque aéreo israelí el año pasado, dijo a Amnistía Internacional:

“Tenemos derecho a vivir con dignidad. Comenzamos las marchas porque queremos una solución a nuestro sufrimiento. Nadie nos incitó ni nos dijo que protestáramos. La gente protesta porque no puede vivir, quieren que las cosas cambien […] Las fuerzas de seguridad vinieron a amenazarnos y golpearnos, acusándonos de ser traidores simplemente por alzar nuestra voz. Seguiremos protestando, sin importar el riesgo”.

Este hombre describió cómo, tras una protesta celebrada el 16 de abril, miembros del servicio de seguridad de Hamás lo citaron para interrogarlo, junto con otras personas del barrio de Al-Atatra en el que vive. Según contó, él y otras personas fueron conducidos a un edificio en Mashrou, en Beit Lahia, que había sido transformado en un centro de detención improvisado, y allí fueron golpeados por unos 50 hombres armados vestidos de civil.

“Me golpearon en el cuello y en la espalda; en el cuello me golpearon con palos. Me gritaron […] Me acusaron de ser un traidor, un colaborador del Mossad [el servicio de inteligencia israelí]. Les dije que habíamos salido a la calle porque queríamos vivir, queríamos comer y beber […] Perdí a mi familia en una de las peores masacres de esta guerra, cinco de mis hermanos y hermanas y sus hijos e hijas murieron. Fue horrible, que te llamen colaborador, que cuestionen tu patriotismo, cuando a tu familia la han aniquilado”, dijo, y añadió que el gobierno de Gaza ha fallado a su ciudadanía y que, aunque la gente sabe que la culpa es de Israel, también siente que las autoridades de Hamás no “ven” su sufrimiento.

Este hombre fue puesto en libertad tras casi cuatro horas de detención e interrogatorio, con la orden de no participar en más protestas.

Desde que se hizo con el control de Gaza en 2007 y estableció un aparato paralelo de seguridad y cumplimiento de la ley, Hamás ha impuesto severas restricciones a la libertad de asociación, expresión y reunión pacífica, haciendo uso de fuerza excesiva en respuesta a varios movimientos de protesta, especialmente en 2019, y deteniendo y torturando de forma habitual a disidentes. Incluso durante el actual genocidio de Israel, los servicios de seguridad de Hamás han seguido estrangulando la libertad de expresión, por medios que incluyen tachar de traidores a quienes los critican.

Siete manifestantes entrevistados por Amnistía Internacional dijeron que habían sido calificados de “traidores” por miembros de las fuerzas de seguridad vestidos de civil, que se acercaron a ellos después de las protestas o durante los interrogatorios.

Un manifestante dijo: “Aquí, en Beit Lahia, estamos muy apegados a nuestra tierra […] así que, al obligarnos a desplazarnos, fue como si alguien nos arrebatara nuestra vida entera. Pedimos a nuestros vecinos y amigos que protestaran después de las órdenes de evacuación, porque teníamos miedo de un nuevo desplazamiento. Fue una protesta contra la ocupación, y también contra Hamás. Queríamos que nos escucharan”.

Según dijo, inicialmente los manifestantes pedían que Israel pusiera fin al genocidio, estableciera un alto el fuego y abriera las entradas a Gaza. Sin embargo, muchas personas empezaron a corear lemas contra Hamás porque “la gente está furiosa y harta”.

Este hombres contó a Amnistía Internacional que lo habían citado para interrogatorio en numerosas ocasiones, pero se negó a ir hasta que unos individuos afiliados a los servicios de seguridad de Hamás se presentaron el su casa el 17 de abril.

“Me golpearon con palos y me dieron puñetazos en la cara; los golpes no fueron muy fuertes, creo que más bien eran una amenaza. Antes de eso, tras una protesta, una persona afiliada a ellos se acercó y me amenazó con dispararme en los pies si sigo protestando”, declaró.

Durante el interrogatorio lo acusaron de ser reclutado por el director de los servicios de inteligencia de las autoridades palestinas con sede en Ramala y de estar a sueldo de la inteligencia israelí.

“No son más que tonterías”, dijo. “Saben que son tonterías. Sí me identifico con Fatah [el otro principal partido político de Palestina], pero Gaza ahora no trata de Hamás o Fatah. Queremos sobrevivir; queremos vivir”.

Otros residentes de Beit Lahia contaron que las autoridades los habían amenazado pero no llegaron a causarles daño físico. Un estudiante de 18 años contó a Amnistía Internacional que unos hombres vestidos de civil habían amenazado con hacerles daño a él y a su familia si no dejaban de protestar.

Una mujer que ayudaba a organizar una vigilia encabezada por mujeres en Beit Lahia dijo a la organización que a su esposo y a sus hijos los amenazaron con detenerlos por su participación en protestas. Contó: “Después de las amenazas contra hombres, queríamos alzar nuestras voces como mujeres. Fue una protesta pequeña, pero queríamos transmitir un mensaje a nuestros dirigentes y también a los ocupantes [Israel]: que ya no podemos tolerar más esto. Queremos proteger a nuestros hijos e hijas; queremos vivir”.

En los últimos días, las fuerzas israelíes han ampliado sus operaciones militares por toda la Franja de Gaza, han vuelto a desplegar tanques en Beit Lahia y han obligado a la mayoría de los residentes a marcharse. Una mujer desplazada el 16 de mayo de Beit Lahia al campo para personas refugiadas de Shati, en la ciudad de Gaza, dijo a Amnistía: “Estuvimos protestando contra Hamás y contra la guerra, y ahora Israel nos desplaza otra vez”.

En referencia a un comentario realizado por un alto portavoz de Hamás, Sami Abu Zuhri, en el que éste declaró: “La casa se reconstruirá, y los mártires […] nos reproduciremos multiplicados por diez”, ella dijo a Amnistía:

“[A los dirigentes de Hamás] no les importa nuestro sufrimiento. Incluso si reconstruyo mi casa destruida, nunca podré reconstruir los recuerdos y la vida que viví allí. Mi prima perdió a su esposo y tres hijos en un ataque israelí. ¿Puede [Abu Zuhri] mirarla y decirle que sus hijos se reproducirán?”

Las críticas contra los comentarios de Abu Zuhri y otras declaraciones de los dirigentes de Hamás que parecen menospreciar el sufrimiento de la población palestina en Gaza fueron repetidas por personas desplazadas que celebraron una protesta espontánea cuando Jan Yunis recibió una “orden de evacuación” masiva el 19 de mayo de 2025.

Las autoridades de Gaza deben respetar el derecho de la población gazatí y protegerla en un momento en el que su supervivencia está en juego.

  • Erika Guevara-Rosas

“Las autoridades de Gaza deben permitir que manifestantes pacíficos, disidentes y periodistas ejerzan sus derechos sin intimidación, acoso o violencia. El interrogatorio de manifestantes debe cesar de inmediato, y los responsables de actos violentos o amenazas deben rendir cuentas de sus actos.Las autoridades de Gaza deben respetar el derecho de la población gazatí y protegerla, en un momento en el que su supervivencia está en juego”, ha manifestado Erika Guevara Rosas, directora general de Investigación, Incidencia, Política y Campañas de Amnistía Internacional.

  • Información complementaria

La reciente represión de las protestas en la Franja de Gaza ocupada tiene lugar ante el telón de fondo del genocidio que está llevando a cabo Israel y de una crisis humanitaria sin precedentes. El 2 de marzo, Israel había cortado totalmente el suministro de ayuda humanitaria y otros artículos indispensables para la supervivencia de la población civil. El asedio total de 77 días de duración, que Israel alivió de forma ligera e insuficiente tras las presiones internacionales, y las severas restricciones persistentes son un esfuerzo claro y calculado de castigar colectivamente a más de dos millones de civiles y contribuir a la creación de unas condiciones de vida que conduzcan a la destrucción física de la población palestina en Gaza.

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2 thoughts on “Amnistía Internacional denunció a Hamás

  1. La única víctima, y que sufrió un nuevo intento de genocidio, es Israel. Esa gente que se queja, ha gozado con la masacre perpetrada por hamas y por civiles el fatídico 7/10/23. Todos los secuesurados que regresaron a su patria, coincidieron en que en Gaza, no hay inocentes. Qué raro que Am.Int. no exija la liberación de 58 secuestrados, aún por los terros de hamas. Así terminaría la guerra. Y la población gazatí, no solo lo sufre de genocidio, sino que aumentó este año y medio.

    1. Amnistía Internacional no sólo omite la masacre del 7 de octubre de 2023 sino que no denuncia ni reclama por los rehenes israelíes que llevan cerca de 600 días viviendo en condiciones infrahumanas como prisioneros de la Organización Terrorista Hamás
      Peor aún. Habla de genocidio cuando la Carta Constitutiva de Hamás tiene como objetivo la desaparición del Estado de Israel y la muerte de todos los judíos del mundo.

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