Rusia e Irán crean un grupo internacional contra sanciones unilaterales

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Rusia e Irán crean un grupo internacional contra sanciones unilaterales que consideran “medidas coercitivas impuestas por Occidente”.

Con esa definición de medidas coercitivas impuestas por Occidente, ambos países confirman su incapacidad ideológica de convivir con sistemas democráticos y transparentes formas de gobierno donde coexisten liderazgos apoyados por mayorías y minorías opositoras que respetan tales sistemas.

Con el lanzamiento de este grupo contra las sanciones internacionales no será difícil la adhesión de Cuba, Venezuela, y la afinidad de Yemen, China, o hasta Sudáfrica.

El deseo expreso de Vladimir Putin de recuperar la vieja Rusia revela que la invasión a territorios de Ucrania no responde al “formalismo” de oponerse al ingreso ucraniano a la OTAN sino a un remixado objetivo aspiracional de recrear el extenso dominio de la rusia imperial y el modelo implacable de la Unión de República Socialistas Soviéticas (URSS) que no existió por voluntad de las actuales naciones de Europa del Este sino por la fuerza de las armas y el recurso de la muerte a todo opositor individual o colectivo.

Irán, a su vez, como base del fundamentalismo teocrático islámico articula acciones expansionistas con el terrorismo operativo infiltrado a escala global que refleja con brutales ejemplos de atentados masivos que es incapaz de respetar los modelos democráticos de Alemania, Francia, Suecia, Reino Unido, España, Estados Unidos, o hasta Australia y Argentina.

El colonialismo islámico activa sus vectores expansionistas como la demográfica y persistente “guerra de los vientres”; la abierta exigencia de aceptación o imposición del Islam o los impiadosos atentados que se multiplican contra el mundo de los “infieles” del judaísmo en Israel, o donde haya presencia de la diáspora judía, en África contra los fieles católicos o cristianos  asesinados en masa ante el incomprensible silencio del Sumo Pontífice León XIV y sus antecesores, Francisco y Benedicto XVI.

En esta oportunidad, el 17 de diciembre, los cancilleres Serguéi Lavrov y Abbas Araghchi coincidieron en la necesidad de enfrentar de manera conjunta las medidas coercitivas unilaterales impuestas por occidente.

Los cancilleres ruso e iraní anunciaron en Moscú la creación de un grupo internacional contra las sanciones unilaterales y así defender las políticas expansionistas de Rusia y la intención del fundamentalismo teocrático iraní de imponer el Islam al mundo, “por la conversión o por la espada”.

Rusia e Irán anunciaron una iniciativa conjunta para establecer un grupo global contra las sanciones unilaterales, consideradas ilegales y violatorias del derecho internacional.

La propuesta fue presentada por los cancilleres Serguéi Lavrov y Abbas Araghchi durante una conferencia de prensa en Moscú, en el marco de su compromiso por fortalecer la cooperación estratégica bilateral.

“Moscú y Teherán coinciden en la necesidad de crear un grupo internacional contra las sanciones”, afirmó Lavrov, quien destacó que estas medidas tienen un impacto político y económico negativo en los países afectados.

El ministro ruso resaltó además la cooperación activa entre ambos países en proyectos estratégicos, como la central nuclear de Bushehr, y expresó la disposición de Rusia a sumarse a esfuerzos de mediación si Irán lo solicita.

Lavrov subrayó que su país participa “de forma directa en todos los detalles de las negociaciones nucleares entre Irán y los países occidentales”.

El canciller ruso también manifestó preocupación por las acciones del Pentágono en el Caribe, incluidas “amenazas de acción militar y el hundimiento de buques civiles”, criticando la falta de reacción de la Unión Europea ante tales actos.

Por su parte, Araghchi enfatizó la importancia del Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur, una vía clave para mitigar los efectos de las sanciones unilaterales y fortalecer la conectividad regional.

Reafirmó el compromiso de Irán con los acuerdos nucleares internacionales, sin renunciar a sus derechos soberanos, y advirtió que el enfoque estadounidense de “paz mediante la fuerza” representa una amenaza global.

Ambos países coincidieron en que la coordinación internacional basada en la soberanía y la igualdad es esencial para contrarrestar la presión económica y militar como herramienta de política exterior.

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