Esa constante en las denuncias permitió que Duplaá vinculara a varios damnificados en una mega-causa y convocó a un equipo especial de Policía Federal Argentina.
A este equipo, de reconocida trayectoria en el manejo de investigaciones complejas, el Fiscal le planteó el caso: todos los comercios eran extorsionados por la misma organización.
Los policías hicieron un minucioso trabajo de hormiga hasta dar un demoledor mazazo a la mafia china.
Luego, convocaron nuevamente a los denunciantes para oír directamente el relato de cada damnificado y luego realizaron una minuciosa revisión de las imágenes captadas en distintas circunstancias por las cámaras de los comercios.
De esta manera, identificaron los eslabones más pequeños de la cadena y como primer resultado lograron detener, el pasado 16 de agosto, a un sicario que la organización piramidal contrataba para amedrentar a sus víctimas.
Con esa detención y los allanamientos ordenados por el fiscal, los policías federales acumularon pruebas que refrendaban la hipótesis investigativa que se le había presentado a la Justicia.
Así, Duplaá, convalidó la estrategia de los policías y ordenó profundizar esa línea investigativa buscando otras capas de la organización.
Durante los meses que siguieron, los federales demostraron, mediante un estudio quirúrgico de comunicaciones y acopio de datos objetivos, que habrían detectado al menos tres personas de origen chino involucradas en las maniobras.
Para sorpresa del fiscal, los policías demostraron de forma metodológica y científica, que detrás de los aprietes mafiosos a los comerciantes se hallaban otros comerciantes del mismo ramo y de la misma nacionalidad.
Con ese grado de certeza, el fiscal ordenó varios allanamientos que se concretaron este último viernes en las localidades de Rafael Castillo, Remedios De Escalada y Marcos Paz, en el Gran Buenos Aires.
Como consecuencia de la investigación, el Fiscal Federal dictó una orden de detención de tres ciudadanos chinos y durante los operativos, además, se secuestraron escopetas, armas de guerra, municiones y hasta un silenciador de pistola.
También se incautaron camionetas de alta gama, más de 12 millones de pesos que tenía uno de ellos en efectivo en su auto, celulares, computadoras y dispositivos de almacenamiento masivo para profundizar la pesquisa e ir por los estratos siguientes de la organización.
Entre las pruebas que obtuvieron los federales de los teléfonos incautados se hallaban los dos números de teléfonos que dejaban con las amenazas.
El teléfono revisado bajo orden judicial para obtener que se hallaba en poder de uno de los chinos hoy detenido.
Otro de los elementos que llamó la atención del fiscal, fue poder comprobar, con sus propios ojos, lo que los detectives de Morón le sugerían: los chinos, al contratar empleados en sus supermercados, tomaban fotos de los documentos de los postulantes.
Con esos documentos, abrían cuentas en un banco privado que no requiere reconocimiento biométrico para la apertura remota de cuentas y allí depositaban cuantiosas sumas de dinero, que luego iban a ser giradas a billeteras virtuales de los encargados de reclutar a los extorsionadores y sicarios.
De acuerdo a fuentes judiciales de SRSur News Agency la experiencia investigativa de los policías federales permitió demostrar que el dinero de los aprietes extorsivos, era “puesto a trabajar” en cuevas financieras de la city porteña.
Las fuentes judiciales de SRSur News Agency, aseguraron que la investigación sigue en curso.
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