La OMC pide un precio global de carbono
La directora de la Organización Mundial de Comercio (OMC) pide un precio global del carbono, reformas a las tarifas y trámites burocráticos para limpiar las cadenas de suministro.
“Se necesita una serie de reformas urgentes en la fijación del precio del carbono, los aranceles de importación y las cuestiones normativas para descarbonizar las cadenas de suministro a tiempo para los objetivos de 2030″, dijo Ngozi Okonjo-Iweala, directora general de la Organización Mundial del Comercio, cuando se dirigió a la Reunión Anual del Foro Económico Mundial, en Davos, Suiza.
“Debido a que los países tienden a imponer aranceles más altos sobre productos terminados relativamente limpios, pero aranceles más bajos sobre insumos e intermedios a menudo más contaminantes, la política comercial se inclina a favor de productos más sucios, lo que resulta en un subsidio implícito para la producción de CO2 de US$ 550.000 millones a $ 800.000 millones por año”, dijo.
Eliminar este sesgo, agregó, reduciría las emisiones globales de carbono en un 3,6% y aumentaría los ingresos globales en un 0,65%.
Existen al menos 70 esquemas de fijación de precios del carbono en todo el mundo, lo que genera incertidumbre y preocupaciones sobre la competitividad.
La OMC está trabajando con el Banco Mundial, la OCDE y el Fondo Monetario Internacional para racionalizar los precios del carbono.
“Sigo convencido de que un marco global compartido de fijación de precios del carbono brindaría mejor certeza a las empresas y previsibilidad a los países en desarrollo”, dijo Okonjo-Iweala.
- Empresas
Las empresas están ansiosas por seguir adelante con tecnologías ecológicas de vanguardia, pero siguen atadas a la burocracia y la inercia del gobierno.
“Nos atrevemos a correr riesgos, eso es extremadamente importante”, dijo Nicholas Martensson, director ejecutivo del operador de transbordadores sueco Stena Line.
En el puerto de Gotemburgo, Stena y la empresa de camiones Scania están trabajando juntos para electrificar las operaciones, “pero no tenemos suficiente electricidad verde para implementarlo”, dijo Martensson, y agregó que “el gobierno tiene que hacer algo”.
El puerto de Amberes está experimentando con el primer remolcador del mundo propulsado por hidrógeno, que se inaugurará en unas pocas semanas. Pero obtener el permiso para construir una infraestructura verde vital en la costa está obstaculizando el progreso.
“Los permisos y la planificación, especialmente en la UE, se están convirtiendo en una verdadera pesadilla”, dijo Jacques Vandermeiren, director general del Puerto de Amberes-Brujas.
Dijo que lleva ocho años obtener un permiso para construir una línea eléctrica de alto voltaje. “Pero si queremos reducir a la mitad el CO2 para 2030, eso es en siete años”, señaló, preguntando de inmediato: “¿Dónde está el sentido de urgencia?”.
Panamá está liderando el camino como uno de los pocos países con emisiones negativas de carbono, con el 82% de su consumo de energía proveniente de energías renovables en 2022.
Este país designó a José Alejandro Rojas como Ministro para Facilitar las Inversiones Privadas con instrucciones para reducir la burocracia y simplificar los permisos y procesos. Pero los gobiernos necesitan señales claras de la industria y las organizaciones internacionales sobre la dirección del viaje.
“Tenemos que construir infraestructura sin estar seguros de hacia dónde nos dirigimos, es muy difícil si nos movemos en diferentes momentos”, dijo Rojas.
La fundación sin fines de lucro ClimateWorks lanzó recientemente el fondo LEAP bajo su campaña filantrópica Drive Electric para proporcionar US$ 1 millón en subvenciones para ayudar a 10 proyectos de vehículos eléctricos en África, América Latina y el sudeste asiático a dar el salto hacia la transición baja en carbono.
La directora ejecutiva de la fundación, Helen Mountford, pidió a los bancos multilaterales de desarrollo que hicieran más. “Un estudio reciente sobre la inversión del Banco Mundial en el transporte del sector público reveló que menos del 2% se destinó a vehículos de cero emisiones, y más del 60% se destinó a infraestructura y desarrollo basados en combustibles fósiles”, dijo.
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