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Argentina tiene un superávit comercial de US$ 18.000 millones con Egipto, a lo largo de los últimos 20 años, según el relevamiento de los economistas Guido D’Angelo, Tomás Rodríguez Zurro y Emilce Terré, de la Bolsa de Comercio de Rosario.

La relación con Egipto arroja US$ 18.000 millones de superávit comercial a la Argentina y el agro está como protagonista de una relación ininterrumpida desde hace más de 75 años. Soja, maíz, fertilizantes, un acuerdo de libre comercio y otras notas en la relación entre Argentina y el país de los faraones.

Argentina y Egipto disfrutan de una relación bilateral ininterrumpida desde 1947, con respectivas embajadas abiertas y sucesivas visitas presidenciales argentinas, en todos los casos de presidentes argentinos a Egipto.

En términos de importancia comercial, es el 15° destino de las exportaciones argentinas, con un nivel exportador que ubicado en torno a los US$ 1.200 millones anuales.

El Complejo Soja y el Complejo Maíz son protagonistas en el comercio exterior argentino, y también lo son en la canasta exportadora argentina hacia Egipto.

Ese país fue el sexto comprador de maíz argentino en 2022, cargando cerca de 2,4 Mt según datos preliminares de embarques.

Este valor representa cerca del 7% del volumen total exportado de maíz, pero más del 20% de las importaciones egipcias de este cereal, delante de los otros dos proveedores de peso de maíz para Egipto, Brasil y Ucrania.

El incremento de exportaciones de maíz argentino a Egipto de los últimos años se ve explicado por la sostenida demanda egipcia y el crecimiento de superficie y producción maicera en Argentina.

En 2016, con una fuerte suba en los volúmenes de exportación del Complejo Soja, Egipto registró su mayor participación en las exportaciones argentinas, superando el 3% del total exportado en bienes. El crecimiento de otros destinos y el relativo estancamiento exportador argentino hacia este país ubican su participación actual en torno al 1,5% de las exportaciones nacionales.

El año pasado Egipto adquirió 0,26 Mt de harina de soja. Desde el 2018 la exportación de harina de soja no supera las 0,4 Mt, mientras que en el período 2015-2017 este volumen superaba el millón de toneladas anuales. En términos de aceite de soja, la caída del volumen a Egipto también es importante, en tanto el volumen embarcado en 2022 totaliza 54.286 toneladas de aceite de soja, lejos de las casi 300.000 t de 2021 y las 236.000 t de promedio de los últimos cinco años.

Por su parte, las exportaciones de poroto de soja hacia Egipto caen de más de 650.000 t en 2021 a menos de 50.000 en 2022. Detrás de China, y aunque lejos del gigante asiático en su participación, en 2021 Egipto fue el segundo comprador de poroto de soja argentino, con el 13% de lo embarcado.

Egipto es el principal consumidor de soja de África, con más del 40% del total consumido por año. Los niveles de importación de soja subieron notablemente en 2022, de acuerdo con el USDA. La competencia con la soja estadounidense es el principal factor que explica la merma de participación de la soja argentina en las importaciones de Egipto.

En este sentido, mientras Estados Unidos y Argentina representaban el 16% y 35% de las importaciones de soja en 2016, respectivamente, en 2022 Estados Unidos se lleva más del 70% de las importaciones mientras Argentina cae por debajo del 1%. El destino de esta soja es el crush, con Egipto procesando cerca de 4,6 Mt en la campaña 2021/22, lo cual implica una elevada capacidad ociosa en tanto su capacidad de molienda superaría las 15 Mt. En cuanto al aparente menor interés por la soja argentina, uno de los argumentos esgrimidos en Egipto refiere a la mejor calidad del poroto estadounidense frente al argentino.

Más aún, el flete a Egipto para cargas a granel pasó de US$ 46/t a casi US$ 70/t de enero a marzo del 2022, un máximo que no se veía desde el 2008, complicando aún más el comercio exterior hacia el país de los faraones. Si bien hoy ha bajado y se ubica cerca de US$ 26/t, sigue por encima de los promedios históricos.

Con estos factores en contexto, Argentina se ve complicada para aprovechar el Acuerdo de Libre Comercio MERCOSUR – Egipto, firmado en 2010 y entrado en vigor en septiembre de 2017. No sólo el no aprovechamiento de este acuerdo se relaciona con la ausencia de aranceles para la soja y el maíz, sino que hoy en día tampoco hay impuestos de importación para el ingreso de carne bovina, carne aviar, peras, manzanas, insumos para la industria de hidrocarburos, vehículos y autopartes a Egipto.

Por su parte, la exportación de trigo a Egipto desde Argentina ha sido ocasional, registrándose menos de 0,8 Mt en estos veinte años. La proximidad del Egipto con Rusia los hace socios estratégicos en la provisión de trigo, uno de los factores clave que los convierten en el primer importador y exportador mundial de trigo respectivamente. Egipto importa 11 Mt de trigo, y consume más de 20 Mt.

Los elevados volúmenes de los renglones Resto y Secreto Estadístico entre los años 2005 -2013 pueden explicarse en parte en el elevado volumen de tubos sin costura vendidos a Egipto en dicha época. En ese período, las exportaciones de este tipo de productos totalizan cerca de US$ 400 millones.

En 1997 se dio la que en ese entonces fue llamada “la mayor exportación de tecnología que jamás hizo nuestro país”: El Reactor de Investigación de Entrenamiento Experimental 2, conocido como ETRR-2 (Experimental Training Research Reactor 2). Fue vendido por casi 120 millones de dólares a Egipto. Inaugurado en 1998 y provisto por el INVAP, en ese entonces la energía nuclear argentina ganó la licitación por sobre las ofertas de EEUU, Canadá y Francia.

Hoy en día sigue en funcionamiento y fue uno de los puntos clave para el cambio de matriz energética de Egipto, un país con elevado crecimiento demográfico y crecientes necesidades de energía. Otros reactores de exportación argentina se encuentran en Argelia, Perú, Brasil, Holanda y Australia.

  • Exportaciones de Santa Fe

También Egipto es el 12° destino de exportaciones de la provincia de Santa Fe, responsable del 2,2% de las exportaciones santafesinas. El 27% de las exportaciones a Egipto se originan en Santa Fe, siendo la segunda provincia del país en intercambio con Egipto, detrás de Córdoba, que se lleva el 30%.

Fuente: Bolsa de Comercio de Rosario

En términos de importaciones, Argentina ha disfrutado prácticamente desde el inicio del comercio bilateral una balanza comercial positiva con Egipto. En los últimos 20 años se han acumulado más de US$ 18.000 millones de superávit comercial a favor de la Argentina. Las robustas exportaciones del agro argentino son las responsables de este rotundo resultado positivo.

Sin embargo, en los últimos años han crecido las importaciones provenientes de Egipto, y el superávit comercial de 2022 fue el más bajo desde el 2006. Los fertilizantes nitrogenados fueron en el último tiempo la principal importación argentina desde Egipto, además que nuestro país fue el principal importador de nitrogenados egipcios en 2020 y 2021, con el 15% de las exportaciones de estos productos egipcios.

La urea es el renglón fundamental de las importaciones de fertilizantes, aunque también se importa sulfato de potasio.

El complejo Fertilizantes fue responsable de cerca del 90% de las importaciones argentinas desde Egipto en los años 2019-2021.

Sin embargo, no es el alza de fertilizantes la explicación en esta caída en el superávit. El rotundo encarecimiento de estos limitó su importación.

La importación de fertilizantes pasó de US$ 523 millones en 2021 a US$ 68 millones en 2022, pasando de representar el 23% de las importaciones de fertilizantes de Argentina a menos del 3%.

A contramano, el año pasado se importaron más de US$ 170 millones de gas natural desde Egipto y US$ 159 millones en insumos tecnológicos. En este sentido, las importaciones han caído menos que las exportaciones, lo que explica el deterioro del déficit.

Fuente: Bolsa de Comercio de Rosario

Más allá de esta coyuntura, las oportunidades de ampliar el comercio bilateral con Egipto siguen a la orden del día. El país de los faraones sigue acumulando buenas perspectivas de crecimiento económico, y de superarse los escollos de la coyuntura, podemos aprovechar sus mercados en alza para colocar más productos argentinos en el mundo.

Fuente: Bolsa de Comercio de Rosario

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