Argentina Elecciones PASO 2023

Con el resultado de las PASO 2023, pareciera que Argentina se aleja del populismo latinoamericano.

Escribe Ricardo Sarmiento*

Los resultados de las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias realizadas este domingo mostraron que la Argentina se aleja del populismo latinoamericano.

Las que se perfilan como las dos fuerzas con más posibilidades de disputar la Presidencia de la Nación, sumaron este domingo prácticamente un 60% de los votos y son netamente antiperonistas, antikirchneristas y antipopulistas.

Portada del plan que lanzará Sergio Massa para intentar un mejor posicionamiento en las Elecciones 2023

Este domingo, la suma de las fuerzas de oposición mostraron que virtualmente el 75% del electorado argentino se expresó en contra del kirchnerismo, la fuerza gobernó 16 de los últimos 20 años, y que ha marcado récords en causas penales por delitos comprobados y acciones gubernamentales investigadas por corrupción.

Sin embargo, estos resultados no cierran el capítulo del recambio político nacional. Las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) sólo definieron quiénes serán los candidatos formales de cada fuerza política.

El nuevo mapa político emergente de las PASO 2023 en Argentina.

Argentina apenas ha iniciado el proceso electoral que tendrá su primer capítulo con impacto real en el futuro mapa político nacional el próximo 22 de octubre de 2023. Si en esa jornada ningún candidato logra una ventaja de 10 puntos porcentuales sobre el segundo competidor, o no supera el 45% del total de los votos, el país tendrá ballotage o segunda vuelta electoral el domingo 12 de noviembre.

En base al resultado de las PASO, las dos fuerzas que se posicionaron en la primera línea son La Libertad Avanza, liderada por el ultra liberal Javier Milei, y Juntos por el Cambio que es una alianza integrada por tres partidos, el PRO, la UCR y la Coalición Cívica, que desde hoy tiene como única aspirante a la Presidencia a Patricia Bullrich.

Ambos movimientos se oponen a las corrientes políticas que dominan el escenario institucional en Chile, Bolivia, Perú, Colombia, Venezuela, Honduras, Brasil, Costa Rica, México y Cuba. Y en el escenario global, ambos movimientos hoy mayoritarios en conjunto, están muy lejos ideológicamente de Rusia y con China juegan una relación comercial que permite tener mercados para la producción primaria pero no existen factores ideológicos que los acerquen.

La Argentina será, en el próximo gobierno, una sociedad ideológicamente más cercana a Europa y a Estados Unidos.

De ningún modo la futura política internacional dará un espacio de cercanía a Irán ni a otras naciones fundamentalistas religiosas de Asia o África.

En ambos casos, las dos fuerzas hoy más competitivas también apuntarían, en un eventual gobierno nacional, muy duramente contra el narcotráfico que se ha erguido como una fuerza supranacional en América Latina, logrando vulnerar permanentemente las fronteras entre países vecinos y llegando peligrosamente con toneladas de drogas a Europa y a Estados Unidos.

La seguridad nacional será otra diferencia entre esas dos fuerzas y el actual oficialismo kirchnerista liderado ideológicamente por Cristina Fernández de Kirchner, que está en vísperas de nuevas condenas judiciales por delitos de corrupción, aunque tal vez no llegue a perder las oscuras fortunas logradas para ella y sus hijos porque no aún no se aprobó una legislación que avance hacia “la extinción de dominio” o, dicho de modo menos técnico, la incautación de las fortunas amasadas ilegalmente.

Aún con condenas judiciales en su contra, sería improbable también que se llegue, en el próximo mandato presidencial, a enviarla a prisión efectiva porque ya cumplió 70 años y podría acceder a una simbólica prisión domiciliaria.

Las posibilidades de que el oficialismo pueda revertir este resultado de las PASO se atenúan con una inflación que volverá a ser noticia el próximo martes, cuando el índice de precios minoristas volverá a superar el 7% mensual y un acumulado anual superior a 123%.

La política, sin embargo, no es una ciencia exacta. Esta primera semana post PASO, los mercados mostrarán cuál es el impacto que este resultado podría proyectar sobre la economía y, hasta qué punto, la Argentina se aleja del populismo latinoamericano y de la volatilidad de las principales variables.

El candidato definido hoy, desde el oficialismo, en su doble rol de ministro de Economía y aspirante a la Presidencia, tiene preparado un documento de 57 páginas en las que se detallan las medidas que se lanzarán entre el 15 y el 20 de agosto.

Se espera esta semana que el Fondo Monetario Internacional defina esta semana un desembolso de US$ 7.500 millones de dólares para aplacar un mercado de cambios en que al brecha entre el dólar oficial y el dólar es superior al 100%.

Lo más probable es que Sergio Massa lance una campaña de 60 días para generar temor social ante el fortalecimiento de las ideas antipopulistas y que el Banco Central continúe con una emisión ilimitada para financiar el gasto público que exige mantener a casi el 50% de la población, mantenida a través de subsidios gubernamentales encubiertos de sensibilidad social.

Hasta este momento de la historia argentina, el populismo ha logrado preservar un electorado cautivo pero el resultado de estas PASO parecieran iniciar un camino de ruptura con la demagogia que nació con Juan Domingo Perón y su primera esposa, Evita, convertida en ícono de más de 7 décadas de decadencia.

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