Bolivia no puede controlar el tráfico aéreo de drogas
Un informe policial revela que avionetas cargadas de cocaína abastecen a una organización de alcance mundial instalada en la triple frontera Argentina-Brasil-Paraguay, que está conectada a mafias de Europa, África y Asia
Las avionetas del narcotráfico que operan en las 865 pistas clandestinas existentes en Bolivia no tienen control, según lo admite el gobierno de Luis Arce cuando la droga se ha convertido en el primer producto de exportación.
Las avionetas del narcotráfico que operan en las 865 pistas clandestinas existentes en Bolivia no tienen control, según lo admite el gobierno de Luis Arce cuando la droga se ha convertido en el primer producto de exportación.
En base a eso el actual gobierno de Bolivia reconoció por primera vez en 17 años que el país es un centro de producción de cocaína.
Esas aeronaves abastecen de cocaína a una organización de alcance mundial instalada en la triple frontera Argentina-Brasil-Paraguay, que está conectada a mafias de Europa, África y Asia, según detalles de un informe policial extractado por el periódico El Deber.
Las redes se abastecen de cocaína en Bolivia. “Luego llevan la droga a Paraguay y de allí se la introduce a Brasil en camiones por medio de la población fronteriza de Ponta Porã, en el estado de Mato Grosso do Sul”.
A partir de ese punto se usan vías terrestres “hacia los estados de Rio Grande do Sul y Santa Catarina, donde los traficantes acopian el producto antes de esconderlo en contenedores de carga y despacharlo en barco hacia países de Europa, África y Asia”.
La ruta hacia Argentina comprende el puerto de Rosario, desde donde se distribuye a otros continentes.
Por esto dice el informe que Paraguay es un punto clave en el tráfico de cocaína en Suramérica. “Se explica que el envío de cocaína producida en Bolivia y Perú va hacia Paraguay por tierra, por aire y también por vía fluvial. En Brasil el puerto más utilizado por las mafias es el de Santos”.
Y añade que la cocaína también sale de Paraguay en barco por la vía fluvial Paraná-Paraguay, que desembarca aguas abajo en Montevideo y Buenos Aires antes de su envío a Europa.
“Antes era Brasil el destino más utilizado, pero ahora la vía a Paraguay es la favorita por el negocio con las mafias de Medio Oriente. Argentina y Chile se mantienen como rutas tradicionales, pero con menos trajín”.
“En Bolivia se cristaliza la cocaína, en el clorhidrato de cocaína, y luego se va ahora mayormente a Paraguay. No se utiliza mucho la vía a Brasil debido también al control aéreo que existe. Del mismo modo, la pasta base de Perú (sulfato de cocaína) pasa por Bolivia y se va a Paraguay por diferentes vías”.
El mismo oficial antidroga aseguró que a Paraguay llega la cocaína que se produce en Perú, pero también la que se cristaliza en Bolivia. “Las mafias utilizan avionetas que parten desde Santa Cruz, El Beni o el Chaco para llevar su mercadería, pero también pasan las sustancias controladas por tierra utilizando vías no autorizadas. Asimismo utilizan embarcaciones para llevar la droga por la hidrovía”.
El cártel tiene como epicentro el Chapare de Evo Morales, según lo acaba de comprobar el ministro de gobierno, Eduardo del Castillo: de las 1.800 fábricas de droga destruidas entre 2020 y 2022, 9 de cada 10 estaban en el vecindario del ex presidente.
Con muestras de asombro, el gobierno del sucesor de Morales dice haber hallado megafábricas de droga, sobre 500 metros cuadrados cada una, dotadas de cómodas instalaciones para sus trabajadores, dormitorios, duchas y lugares de esparcimiento, con Internet y conexiones aéreas.
Las pistas clandestinas sirven también para la llegada de avionetas que traen “pasta base” a las modernas fábricas donde se transforma en la “diosa blanca”, cristales listos para disolverse en los tabiques nasales de los consumidores de ultramar.
Los proletarios de esta millonaria industria no son diferentes de sus compañeros de otros rubros: ganan muy poco porque la droga pasa de valer 1.000 dólares el kilo en el lugar de origen a 130.000 en Rusia
El gobierno admite ahora que los vuelos de las avionetas hacia Paraguay no pueden ser controlados, y ha tomado la ocasión para decir que casi toda la droga se produce en el Chapare, lo que es un golpe muy certero a Evo Morales.
Los sindicatos de cocaleros piden que el ministro Eduardo del Castillo se retracte de todo lo que dijo sobre esa región, pero el ministro ha optado, en un gesto parecido a una tregua, por lanzar redadas para destruir fábricas de droga en el departamento de Santa Cruz y ya no solamente en el Chapare.
La confrontación entre Arce y Morales, que buscan ser candidatos del MAS en 2025, consiste exclusivamente en acusaciones sobre quién de ellos tiene más nexos con el narcotráfico, algo en lo que el cocalero tiene todas las de perder.
La oposición recibe los golpes de estas dos corrientes del MAS y todavía no ha encontrado quien la represente.
- Autoridades Argentinas
En la región del Cono Sur son las autoridades argentinas el último filtro posible para las rutas del narcotráfico, con resultados dispares según sea el caso o el gobierno que ejerce el poder público.
Los mecanismos y rutas del narcotráfico fueron confirmados en varias oportunidades, incluyendo un megaoperativo realizado el 10 de agosto, en Misiones, en el que la Prefectura Naval Argentina incautó un cargamento millonario de marihuana y cocaína.
Esto fue informado a SRSur News Agency por la PNA que incautó más de 1000 kilos de droga que fue localizada a la vera del río Paraná.
La Prefectura Naval Argentina desarticuló una maniobra de tráfico de estupefacientes en la costa de Puerto Libertad, provincia de Misiones, cuando efectivos de la Institución localizaron más de 1000 kilos de marihuana y un kilo de cocaína que estaban a la espera de ser recogidas por otro eslabón de la cadena del narcotráfico.
El operativo fue resultado de tareas de investigación llevadas adelante por el personal, que indicaban el posible ingreso de estupefacientes, por agua, desde la República de Paraguay.
De esta forma, se montaron distintos puestos de control, por tierra y por agua, que permitieron identificar la carga y su posterior secuestro.
La marihuana fue hallada, en plena noche, en la zona conocida como “Toma de Agua Puerto Esperanza”, a la altura del kilómetro 1870 del río Paraná, y estaba dividida en 57 bultos, con 1306 paquetes prensados en su interior. La cocaína, por su parte, estaba oculta en una mochila azul.
El valor de mercado de todo lo incautado en esa oportunidad supera los 810 millones de pesos argentinos, algo más de 2 millones de dólares según el tipo de cambio oficial.
Fuentes: Infobae, Diario El Deber, Reuters, Prefectura Naval Argentina, SRSur News Agency
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