El Plan M de Patricia Bullrich para la economía argentina
Escribe Antonio D’Eramo*
El Plan M de Patricia Bullrich para la economía argentina en caso de ser electa presidente de la Nación está respaldado por la Fundación Mediterránea y tendría al frente del Ministerio de Economía a Carlos Melconian.
Una política económica no es una cuestión que se adopte a libro cerrado. Y, Carlos Melconian, no quiere menos que eso. No es un técnico que se ocupará de memoria de una de las áreas de la economía como sucedió durante la administración de Mauricio Macri.
Si Patricia Bullrich es electa presidenta, el economista oriundo de Valentín Alsina, tendrá a su cargo la totalidad de los resortes o botonera que comprenden las finanzas y la economía de la Nación.
Y, para eso se preparó, redactando un plan integral a pedido de la Fundación Mediterránea, presidida por María Pía Astori, junto a los economistas que lo acompañarán en un hipotético gobierno nacional de Juntos por el Cambio.
Los integrantes de la mesa chica de Melconian, integrada, entre otros, por Daniel Artana, Enrique Szewach, Rodolfo Santángelo, Marcelo Capello, Jorge Vasconcelos, Jorge Colina, Juan Manuel Garzón, y Marcos Porteau, tienen los objetivos y postulan las herramientas para implementar un plan que, es público, pero que dependerá del estado de situación que deje la administración de Alberto Fernández.
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En voz baja utilizan términos bélicos para caracterizar la futura herencia recibida. Algunos hablan de la bomba que les dejará Massa, otros, de la tierra arrasada que promovería dejar el kirchnerismo para hacer insufrible la gestión de un gobierno futuro de signo opositor.
Sin embargo, Melconian tiene en claro los ejes fundamentales que implementará, en especial, durante los primeros cien días de un gobierno opositor al kirchnerismo. Sin entrar a realizar comparaciones con la escudería de economistas del CEMA que están detrás de la candidatura de Javier Milei y, a pesar que Patricia Bullrich eligió el plan realizado por Melconian para la Fundación Mediterránea, que le permita obtener chances de enfrentar al candidato libertario en un balotaje.
Lo cierto es que la propuesta viene con motosierra incluida, bimonetarismo, reformas a los códigos de justicia que necesitarán de mayorías parlamentarias, equilibrio de las cuentas de empresas públicas, sin privatizarlas en la mayoría de los casos, ataque profundo a la industria de los juicios laborales, y reformas en las jubilaciones.
- Puntos principales del Plan M
Pero, vayamos por partes, y hagamos un punteo de las principales medidas que adoptaría Melconian si llegara al quinto piso del Palacio de Hacienda, comprendiendo que la profundidad de las reformas variará según lo que le deje Sergio Massa. Dentro del esquema hay tres principios rectores del “Plan Mediterráneo” que será el adoptado por el economista y su equipo.
- Primer axioma: estabilidad macroeconómica
A partir de la estabilidad económica, se desgranan una serie de medidas, a saber:
– Modificación del régimen cambiario y surgimiento de una economía bimonetaria. Se tenderá hacia la posibilidad que convivan los pesos y los dólares teniendo en cuenta que la Argentina atraviesa un proceso de dolarización espontánea por el cuál la moneda estadounidense es más apreciada por la población que la moneda local, a la que utiliza para transaccionar en bienes y servicios de uso cotidiano, pero no usa para ahorrar.
En ese sentido, Melconian propondrá una reforma del Código Civil y Comercial para aplicar esta cohabitación del dólar y el peso que implica la supervivencia del Banco Central como máxima autoridad monetaria. Por ello, no será un mercado totalmente libre y flotante desde el primer día, pero si se avanzará en ordenar el laberinto de regulaciones y cepos que impiden el normal funcionamiento del comercio.
– La otra medida macro es reducir el déficit en torno a 3,5 y 4 puntos del producto bruto interno (PBI), la magnitud económica que expresa el valor monetario de la producción de bienes y servicios del país en un año, y la podadora de gasto pasará por la quita gradual de subsidios económicos, reducción de contratos y de gastos ministeriales y de fondos fiduciarios, controlar y lograr la máxima eficiencia posible en las ayudas sociales, en los planes, y posar la lupa sobre las transferencias discrecionales, giros a las empresas públicas deficitarias y revisión estricta del Presupuesto que se apruebe.
Por ejemplo, en materia energética, que por su importancia merecería un ministerio aparte, YPF no se privatizará, sino que tendrá un rol fundamental al contrario del rol que jugará Energía Argentina, ex Enarsa, la empresa pública del sector petrolero cuyos balances serán revisados minuciosamente.
– Con respecto al cepo al dólar y la corrección del tipo de cambio, cerca de Melconian son cautos al sostener que “…habrá que ver cuál es el atraso cambiario y las reservas que existirán en el Banco Central que nos dejan”. A pesar que el FMI ya dio un detalle bastante preciso de las reservas del Banco Central para hablar de corrección del tipo de cambio “hay que ver con que nos encontramos el 10 de diciembre” con respecto al cepo cambiario prefieren hablar en términos médicos, pero de aquellos que se utilizan ante una urgencia en una guardia.
“Cuando se produce una hemorragia hay que aplicar un torniquete y el cepo es una técnica similar frente a una corrida cambiaria. Si vos lo sacas sin atender el origen de la hemorragia es probable que tengas problemas. Ahora, si se trabaja metódicamente conteniendo la hemorragia el cepo se puede sacar”.
La idea es ir hacia un camino de normalización donde vayan desapareciendo las restricciones.
- Deuda, tarifas, inflación y otras cuestiones
Pero una vez más, los muchachos de Melconian, hay pocas mujeres en el equipo y ninguna en la mesa chica, quieren saber cuáles serán los stocks de pagos atrasados, los acuerdos internacionales suscriptos, por ejemplo, mayores precisiones del swap con China, y las reservas netas que podrían heredar de la actual gestión.
Uno de los puntos que se inscriben en el axioma estabilidad macroeconómica parece estar siendo facilitado por la gestión de Flavia Royon en la secretaría de Energía. La corrección de las tarifas de los servicios públicos se está produciendo, pero, en el libro de Melconian, se profundizará porque “hay que ofrecer señales al sector privado de cuánto cuestan los servicios públicos para que hagan presupuestos sobre precios reales. Y, no se produzcan distorsiones en distintas partes del país que pagan precios y tarifas mucho más altos que en Buenos Aires”. La promesa de una tarifa social para los sectores más vulnerables se mantiene.
En ese sentido, otro de los ítems macroeconómicos a atender es el fenómeno inflacionario que está relacionado con la quita de subsidios a los precios de la energía y al déficit fiscal analizado anteriormente.
Para Enrique Szewach, en una entrevista con el diario Perfil Córdoba, “La estabilización de precios requiere primero que haya precios. Argentina tiene hoy una gran distorsión de precios porque hay precios subsidiados, precios justos, precios regulados. Primero hay que normalizar precios relativos y luego podés estabilizarlos. Esto implica tener ancla fiscal, hay que ir a déficit fiscal y un ancla cambiaria por eso pensamos en un régimen cambiario diferente”.
Lo que parece estar fuera del plan son los controles de precios en las cadenas de supermercados. Carlos Melconian prefiere utilizar términos castrenses para referirse a la baja de la inflación según sus declaraciones recientes al diario La Nación, “Lo que uno tiene que darle a la gente es la idea de batalla campal, inexorable, con un gobierno alineado y, ojalá, con una política general de Estado alineada detrás de eso. Si eso es así, es irrelevante el tiempo”, en el que se bajará la inflación.
- Qué pasará con el sector público
El segundo axioma del Plan de Melconian es la reforma del sector público.
En lo que hace a las empresas públicas habrá una defensa de YPF pero se revisarán los contratos de ferrocarriles, en particular el sector de carga que podría ser administrado por el sector privado. Quizá se cierren algunas empresas poco relevantes y deficitarias, pero habrá otras que pueden ser normalizadas y valorizadas para privatizarlas en un momento posterior cuando el riesgo país de la Argentina baje.
Con respecto a los trabajadores del sector público, en voz baja se advierte que Melconian piensa en reducir en un 25% la estructura de la administración pública nacional.
Apunta a reducir la cantidad de ministerios, secretarías, subsecretarías y direcciones y reordenar el organigrama. Eventualmente, puede haber despidos, pero no masivos.
Además, habrá una reforma previsional. Se piensa en elaborar un programa de pensión universal al adulto mayor que suplante a las moratorias como las que se han aprobado en los últimos años.
Por otra parte, se postulará el debate de actualización de la edad jubilatoria y se irá hacia la eliminación de los regímenes especiales previsionales.
- Reforma laboral
El tercer axioma que funciona como piedra de toque del plan es la reorganización del sector privado.
Y, en este sector, se anotan dos casilleros importantes. Una reforma laboral que, para los economistas mediterráneos, el sector privado ha realizado de hecho al dar trabajo en “negro”, tercerizando, o evitando cumplir con todas las de la ley.
La reforma laboral es el corazón de estos cambios para Melconian porque significará atraer inversiones y mejorar la productividad que redundará en mejores salarios. Desde luego que, para avanzar en esa empresa, se necesitará el concurso de los legisladores nacionales que además deberán analizar que sucede en la Justicia laboral donde, el economista suele declarar que se “ha perdido absolutamente la racionalidad”.
Las herramientas que se utilizarán serán las de distinguir, en los convenios colectivos, entre grandes empresas y pymes y se fomentará el empleo joven modernizando los esquemas de la Ley de Contrato de trabajo para sacar de la informalidad a la gente.
- Qué pasará con el sector exportador
Mientras tanto para los productores que venden al exterior, se terminará con la retención producto de la brecha cambiaria y las prohibiciones, como sucede en ocasiones con la venta de carne vacuna.
Se logrará a través de los cambios en el régimen cambiario mientras que “para quitar los derechos de exportación es necesario bajar la inflación”, afirman cerca de Melconian.
“A partir de ahí, a medida que vayamos logrando reformas de gasto, crecimiento y ordenamiento de la economía se va a poder ir bajando el resto de los impuestos. Pero tenemos un impuesto inflacionario intolerable que tiene que ser la prioridad eliminarlo”, afirman.
Según sostuvo públicamente en distintas disertaciones en seminarios, Carlos Melconian está convencido que “…la prioridad absoluta será la drástica reducción del impuesto inflacionario y el equilibrio en general porque no conozco persona más receptiva a la baja de inflación que el trabajador. Es el empresario el que debe acostumbrarse a la estabilidad”.
- Presión impositiva
Acerca de la presión impositiva, Melconian aseguró que “…seis sectores exportadores explican el 90% de retenciones. Salvo los derechos de exportación a la soja, el maíz o el trigo, el resto se elimina”. dijo el economista ante la Cámara aceitera.
También quitaría las restricciones a las cantidades exportadas en carne vacuna y las sustituiría “con subsidios directos a la mesa de los argentinos“.
A la vez quiere reducir el impuesto provincial a los ingresos brutos, pero no hay precisiones acerca de lo que sucederá con el polémico impuesto a los bienes personales, ítem que preocupa, fundamentalmente, al denominado círculo rojo.
- El visto bueno del establishment
Un establishment que adora a Carlos Melconian y que, en definitiva, no hay más que repasar algunos nombres de grandes empresarios que contribuyen con la Fundación Mediterránea y el instituto Ieral que preside el posible ministro y que representa la usina de ideas económicas de un eventual gobierno de Juntos por el Cambio.
Nombres como Marcos Brito del Banco Macro, Sebastián Bagó (H) del laboratorio homónimo, Sergio Roggio cuyo apellido lleva el nombre de la constructora que conduce, Adrián Urquía de Aceitera General Dehesa, o David Uriburu del Grupo Techint, entre otros.
Todos auspician un plan que consideran consistente para una candidata, Patricia Bullrich, que, primero deberá alcanzar la instancia de balotaje en las próximas elecciones generales y luego, de ganar en esa instancia, deberá analizar con su promocionado ministro de economía que país les deja Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
*Periodista argentino, columnista de IProfesional
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