Murió Joan Jara bailarina británica viuda de Víctor Jara
Escribe John Bartlett*
Murió Joan Jara bailarina británica viuda de Víctor Jara, a los 96 años. La activista de derechos humanos murió dos semanas antes de que el asesino de su marido sea extraditado de Estados Unidos a Chile.
La bailarina, coreógrafa y activista de derechos humanos británica Joan Jara, viuda del fallecido cantante folclórico chileno Víctor Jara, murió en Santiago a la edad de 96 años, dos semanas antes de que el asesino de su marido sea extraditado de Estados Unidos a Chile.
Se convirtió en un símbolo de la oposición a la dictadura chilena por su incesante búsqueda de la verdad y la justicia para su marido, que fue brutalmente torturado y asesinado tras el golpe de Estado del general Augusto Pinochet Ugarte.
En su exilio en el Reino Unido, Joan Jara desempeñó un papel crucial en la sensibilización internacional sobre el horror que se desarrollaba en Chile bajo el sangriento régimen de Augusto Pinochet Ugarte. Y en 2016, fue una testigo clave en el juicio civil contra el ex oficial del ejército chileno Pedro Barrientos Núñez, quien finalmente fue declarado responsable de la muerte de Víctor Jara.
El lunes, cientos de dolientes se reunieron en el Centro de Danza Espiral, una escuela de danza que Joan fundó con su primer marido, el coreógrafo chileno Patricio Bunster, donde yacía su cuerpo antes del entierro el miércoles pasado
El presidente izquierdista de Chile, Gabriel Boric, la elogió como “una mujer que luchó durante medio siglo por la justicia, que nos deja un legado imperecedero en las artes y la defensa de los derechos humanos”.
Camila Vallejo, portavoz del gobierno, dijo: “Su lucha y resistencia por la verdad, la justicia y la reparación quedarán en nuestra memoria para siempre”.
Joan Alison Turner nació en Londres el 20 de julio de 1927 y se mudó a Chile a mediados de la década de 1950 para actuar como solista del Ballet Nacional de Chile. Luego pasó a enseñar danza en la Universidad de Chile, donde conoció a Víctor Jarain en 1960.
La pareja se casó y, con Víctor, un comprometido militante del Partido Comunista de Chile, estrechamente vinculado al gobierno de la Unidad Popular del presidente socialista Salvador Allende, criaron a dos hijas pequeñas a la sombra de la agitación política.
El 11 de septiembre de 1973, el intento de golpe de Estado que Jara había previsto durante mucho tiempo se ejecutó con el respaldo de Estados Unidos, y Joan y Víctor escucharon juntos en casa mientras las últimas palabras de Allende eran transmitidas desde el palacio presidencial de Chile.
Víctor se fue a una universidad local para esperar a que se desarrollaran los acontecimientos con sus compañeros partidarios de Allende en un acto final de desafío, donde fue arrestado y llevado al Estadio Nacional de Chile, un pequeño estadio cubierto en el centro de Santiago.
Allí, fue humillado, torturado, golpeado y finalmente asesinado en los vestuarios debajo del estadio el 16 de septiembre; le dispararon 44 veces antes de arrojar su cuerpo a la calle.
Según testimonios oportunamente recogidos por SRSur News Agency, el cuerpo de Víctor Jara fue hallado sobre vías del ferrocarril contiguas a la población Lo Espejo, un barrio humilde del Gran Santiago por dos niños que entonces contaban con sólo 8 años de edad.
Joan fue alertada del hallazgo y tuvo que recuperar el cuerpo de su marido de entre un montón de cadáveres arrojados en una morgue de Santiago.
Huyó al exilio en el Reino Unido con sus dos hijas pequeñas, tomando el apellido de Jara y haciendo campaña incansable para crear conciencia sobre la tragedia que había azotado a Chile.
Joan finalmente regresó a Chile a mediados de la década de 1980, y después de que Chile regresara a la democracia en 1990, creó la Fundación Víctor Jara para luchar por justicia para su difunto esposo.
El gobierno de Michelle Bachelet le otorgó la nacionalidad chilena en 2009 por su trabajo en materia de derechos humanos y su papel en la reconstrucción de la democracia chilena.
En 2021, Joan recibió el premio nacional de las artes de Chile.
Mientras continuaba su destacada labor artística en Chile, Jara pudo contactar a testigos que habían estado presentes en el estadio, que pasó a llamarse Estadio Víctor Jara, y recopilar testimonios de cuando el cantante fue asesinado.
La investigación sobre la muerte de Víctor se reabrió en 1999 y, en 2016, un tribunal civil del estado estadounidense de Orlando declaró a Barrientos responsable de la tortura y el asesinato extrajudicial de Víctor Jara, y le ordenó pagar 28 millones de dólares en daños a la familia.
En 2018, ocho exoficiales más fueron sentenciados a 15 años de prisión en relación con el asesinato de Jara.
Barrientos, que huyó de Chile en 1989 y se convirtió en ciudadano estadounidense mediante matrimonio, fue arrestado en Deltona en octubre y será extraditado a Santiago el 28 de noviembre para enfrentar un juicio penal. Su ciudadanía estadounidense fue revocada a principios de este año por no revelar sus vínculos con la dictadura de Pinochet.
A Jara le sobreviven sus dos hijas, Amanda Jara y Manuela Bunster.
Fuente: The Guardian
*Corresponsal de The Guardian en Santiago de Chile
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