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Con un clima de calor intenso para el agro, Brasil cosechará 4,4 millones de toneladas menos de soja y recorta en 100.000 hectáreas la superficie destinada a este cultivo, según estimaciones privadas.

La ola de calor eleva temperaturas por encima del promedio en 15 estados y en el Distrito Federal, con pronósticos de hasta 43° centígrados.   

Con estas condiciones preguntar si el clima es decisivo para determinar la cosecha de soja y maíz.

En los últimos días, las altas temperaturas han sido tema de la vida cotidiana en Brasil.

Aire acondicionado, ventilador, sombrilla, agua helada y protector solar son elementos imprescindibles para que una persona se proteja del calor.

Pero ¿qué pasa con una plantación de cereales? ¿Cómo es posible que un cultivo de soja y maíz no se vea perjudicado por el aumento térmico?

El Inmet (Instituto Nacional de Meteorología) emitió una alerta de “gran peligro” debido a temperaturas superiores a la media para 15 estados y el Distrito Federal, con pronósticos que alcanzan los 43° centígrados, al igual que en Cuiabá, Mato Grosso.

Siempre, el clima es un factor decisivo para la producción agrícola, ya que orienta el momento y la velocidad de la siembra, la maduración y desarrollo de los cultivos y el potencial productivo.

  • El calor es un factor determinante para una cosecha.

Actualmente estamos viviendo la siembra para una futura cosecha, en este proceso la humedad del suelo, la luz y la regularidad del agua son necesarios para que todos y cada uno de los cultivos prevalezcan.

“La soja tiene un ciclo de cultivo promedio de 90 a 120 días. El proceso se compone básicamente de tres grandes fases: vegetativa, reproductiva y de maduración. En su ciclo, la soja requiere volúmenes de lluvia del orden de 550-650 mm/ciclo. El maíz tiene un ciclo promedio de 115 a 130 días, requiriendo 400-700 mm/ciclo. Esta lluvia no puede, bajo ningún concepto, venir concentrada de una sola vez, necesita tener la cadencia necesaria para cada fase de la planta; principalmente en la fase reproductiva. Con esta ola de calor, esta situación puede que no se produzca”, explicó, a SRSur News Agency, Enrico Manzi, country manager de Biond Agro.

Enrico Manzi, country manager de Biond Agro
Enrico Manzi, country manager de Biond Agro
  • ¿Será decisivo el clima de 2024 para las plantaciones?

Cuando hablamos de clima,  trabajamos con probabilidades de ocurrencia ya que existe una gran variación en el tiempo.

La NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU.) predice que El Niño, fenómeno climático que provoca cambios en la temperatura de la superficie del Océano Pacífico, será presenciado en abril de 2024 con más del 95% de probabilidad, interfiriendo en forma directa con el clima brasileño.

Actualmente, todos los mapas meteorológicos futuros apuntan a alguna anomalía hídrica (falta o exceso de lluvia) en varias regiones productoras del país, especialmente la falta de lluvias en el Centro-Oeste.

Si la sequía continúa, habrá impactos en la superficie y la productividad agrícola.

“Las estimaciones de producción de soja de Biond Agro indican un recorte inicial de 100.000 hectáreas y una caída de la producción de 4.4 millones de toneladas respecto a nuestra última proyección, totalizando 45.5 millones de hectáreas sembradas y 159.4 millones de soja producida”, explicó Manzi.

  • La influencia de la intensidad de los fenómenos climáticos en las plantaciones.

Brasil experimenta dos fenómenos climáticos principales, El Niño y La Niña.

El primero provoca típicamente sequías en las regiones Norte y Noreste del país, mientras que La Niña favorece la formación de lluvias en esas mismas regiones.

La región Sur se caracteriza por mayores volúmenes de lluvia durante El Niño y, a la inversa, se producen menores volúmenes de lluvia durante La Niña.

Cuanto más intensos sean estos fenómenos, más probables serán los riesgos en los cultivos, ya sea por exceso o falta de lluvias, altas o bajas temperaturas.

  • ¿Es posible evitar condiciones climáticas adversas?

Los efectos climáticos son naturales y no es posible evitar que ocurran.

Sin embargo, para paliar sus consecuencias en el proceso de cosecha, es necesario utilizar la estrategia de monitorear mapas climáticos para sembrar en la “ventana ideal de siembra”.

Otras posibilidades son la tecnología de semillas, el manejo del suelo y el riego (famosas áreas pivote), que son factores de contención.

Vale recordar que el riego también está sujeto a sequía/calor extremo ya que su depósito o fuente de agua puede verse interrumpido.

Las condiciones climáticas brasileñas aportan cierta ventaja en comparación con otras regiones del mundo debido al clima tropical.

Debido a este factor, podemos tener más de una cosecha y sembrar soja y maíz en la misma área, mientras que Estados Unidos, por ejemplo, necesita elegir si sembrar el cultivo, x o y, en verano o en invierno.

  • Siembra de verano

“Actualmente estamos en la fase de siembra de la cosecha de verano, una siembra que se retrasa debido a condiciones climáticas adversas. Esta extensión de la siembra también resultará en una extensión de la ventana de cosecha, es decir, cuanto más tarde se siembre, más tarde se cosecha. Por lo tanto, el retraso en la ventana de siembra de soja tiene un impacto directo en la ventana de siembra de maíz”, concluyó el country manager.

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