La Agencia Judía en Moscú se prepara para cerrar bajo presión del Kremlin
La Agencia Judía en Moscú se prepara para cerrar su sede que actúa en apoyo a la inmigración hacia Israel ante las amenazas del Kremlin de ordenar el cese de sus actividades en Rusia, reveló hoy Israel Noticias citando a un funcionario de esa organización.
La inmigración a Israel desde Rusia y Ucrania prácticamente se ha triplicado desde el inicio de la guerra.
Entre el 24 de febrero y el 31 de julio llegaron a Israel 12.175 ucranianos y 18.891 rusos, con un total de 31.066, según datos de la Oficina Central de Estadísticas, que dijo que la mitad de los inmigrantes ucranianos llegaron en marzo y abril.
La Agencia Judía es una organización cuasi gubernamental que está alerta ante una audiencia que se realizará el próximo 19 de agosto para determinar si puede continuar o no con sus actividades.
La audiencia es una especie de juicio que podrá definirse en dos sentidos: la orden de “cierre o permanecer bajo una regulación más estricta” dijo el funcionario bajo condición de preservar su anonimato, “pero ciertamente no nos vamos a ir si podemos evitarlo”.
El Ministerio de Justicia ruso está tratando de detener el trabajo de la Agencia Judía en el país, acusándola de recopilar ilegalmente información sobre ciudadanos rusos.
“Estamos examinando todas las opciones para un día lluvioso”, dijo el funcionario de la Agencia Judía, hablando bajo condición de anonimato. Pero dijo que la organización no preveía “lluvias inminentes”.
Un informe del Jerusalem Post del miércoles citaba a una fuente no identificada que afirmaba que la Agencia Judía ya estaba tomando medidas para poner fin a todas las actividades en Rusia, más allá de la financiación de iniciativas locales.
Antes de la audiencia prevista para el 19 de agosto, los funcionarios israelíes han estado trabajando para negociar con sus homólogos rusos para permitir que la organización, que fomenta y facilita la inmigración judía a Israel, continúe sus operaciones en Rusia, incluso si eso significa hacerlo a un nivel reducido o con una supervisión más estricta.
Las autoridades rusas insisten en que sus esfuerzos por cerrar la Agencia Judía, una organización casi oficial estrechamente relacionada con el gobierno israelí, son puramente una cuestión legal, pero muchos en Israel ven la medida como una táctica diplomática destinada a presionar a Jerusalén.
A principios de esta semana, el presidente Isaac Herzog planteó la cuestión directamente al líder ruso Vladimir Putin, y ambos acordaron seguir discutiendo el asunto, según informaron sus oficinas.
Durante el último mes y medio, la Agencia Judía ha estado explorando diferentes maneras de asegurar que puede seguir prestando sus servicios a la comunidad judía rusa independientemente de cómo se pronuncie el tribunal.
“La idea es mantener en la medida de lo posible todas las actividades existentes y estamos examinando todas las formas y plataformas posibles para hacerlo en caso de que las circunstancias nos obliguen a salir de Rusia”, dijo el funcionario.
El primer ministro israelí, Yair Lapid, ha advertido que el cierre de la Agencia Judía por parte de Moscú sería “un acontecimiento grave” que tendría “consecuencias” para los vínculos ruso-israelíes.
Jerusalén ha evitado proporcionar ayuda militar directa a Kiev -incluyendo armas ofensivas o tecnología defensiva avanzada- desde que las tropas rusas invadieron Ucrania el 24 de febrero.
Israel había tratado de evitar el desencadenamiento de una crisis con Moscú para mantener la libertad de movimiento en los cielos de Siria, controlados en gran medida por Rusia. Sin embargo, su apoyo verbal a Ucrania y el suministro de cascos y otros materiales defensivos no letales le han enfrentado al Kremlin.