29/03/2024
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Con créditos de carbono el problema ambiental se convierte en un gran negocio

El mercado de créditos de carbono convierte el problema ambiental en un gran negocio y hoy, invertir considerablemente en energías renovables o mercados alternativos ya no es un movimiento descabellado sino una excelentes oportunidad.

Escribe Mariana Vargas*

Hace 10 años un estudiante de ingeniería en petróleo hacia su tesis en crudo extra-pesado, hoy en día trabaja en renovables, hidrógeno, captura de carbono. Mientras el mundo cambia, nosotros nos vamos moldeando a él, creando nuevas normalidades y parece que el negocio de la energía no es una excepción a la regla.

Créditos de Carbono – Cuando el problema ambiental se convierte en un gran negocio.Europa ha logrado tomar tomar ventaja de los créditos de carbono, convirtiendo nuestro problema ambiental en una oportunidad de negocio y las puertas apenas se están abriendo a un mundo financiero donde Latinoamérica jugará un rol fundamental.

En 1995 en el Protocolo de Kyoto se discutió la posibilidad de monetizar la contaminación, es decir, pagarle a países o empresas para que dejaran de contaminar en grandes cantidades. Ya para los años 90 el mundo tenía decidido actuar y agregar la contaminación global a la agenda internacional, así nacieron los Créditos de Carbonos y Carbon Offsets. Cada uno equivale a una tonelada de CO2 y el precio de cada crédito u offset lo pone el mercado, cotizándose en la bolsa.
Su diferencia se basa mayormente en que se destacan en mercados distintos. Los créditos de Carbono protagonizan el mercado regulado, el cual se implementa a nivel nacional o regional, a través del “cap and trade”.

El “Cap” es un límite de emisión de dióxido de carbono que el Estado le impone a las empresas tras haber estudiado su tamaño, productividad y actividad, el trade consiste en que si la empresa no pasa el límite de emisión de CO2 que le impuso el Estado, ésta tiene todo el derecho de vender dichos créditos a otras empresas que tuvieron un excedente negativo.
El mercado voluntario involucra a todo el mundo que quiera entrar y es 100% opcional, nada es impuesto. Entre los dos mercados, este es el más pequeño, por ahora. Digamos que una empresa, cualquier empresa, emite 20 toneladas de dióxido de carbono anuales y quiere ser ambientalmente consciente, además de incorporarse al mercado de los Carbon Offsets. Esta empresa tiene diversas maneras de crear estos offsets y comercializarlos, compensando por las 20 toneladas de CO2 que emite.
Puede invertir en proyectos de energías renovables, puede sembrar hectáreas de árboles (creando bosques) que funcionen como captadores de CO2, invertir e innovar en sus fuentes de energía y procesamiento canalizándolos más hacia un proceso ecofriendly.

Estos proyectos contabilizaran cuanto CO2 se está removiendo de la atmosfera y su suma final serán los Carbon offsets que la empresa puede comercializar cuando más le convenga.
El fin de este mercado es disminuir los niveles de contaminación a nivel global y crear un mercado que incentive estas medidas pro ambientalistas.
Como lo vemos, el mercado voluntario crecerá más en mediano plazo que el regulado, pues lo opcional es una característica que cautiva a muchas empresas; Shell en el 2021 mencionó que piensa disminuir 120 millones de toneladas de CO2 del ambiente para el 2030. Un estudio arrojo que en el 2022 este mercado es de  US$400 millones, se espera que este crezca a US$ 20-25.000 millones para el 2030.
El único detalle que muchos le están viendo a este nuevo mundo, es su falta de regulación al mercado voluntario. Como habíamos mencionado, si una empresa llega a invertir en un proyecto de energías renovables y en un año esta captura 10 toneladas de CO2 y esta empresa vende estos créditos, el comprador querrá verificar que el proyecto de energías renovables verídicamente existe o que captura las 10 toneladas de CO2 ¿y si produce menos?
Actualmente no se tiene un organismo internacional que se ocupe de regular estas transacciones o verificar, sin embargo las necesidades del mercado, las satisfará el mercado, actualmente existen empresas que se perfilan como inspectoras de proyectos que buscan agilizar el mercado de créditos de carbono.
La quinta revolución industrial trajo consigo problemas, uno de los más criticados ha sido la perdida de privacidad con la tecnología, sin embargo no se han dejado de producir teléfonos. Toda inversión posee un nivel de riesgo.
Este mercado se presenta a sí mismo como una oportunidad muy interesante para los países en vía de desarrollo, es la oportunidad perfecta de convertir aquellas tierras infértiles en campos de paneles solares, las montañas con gran altitud en granjas de turbinas eólicas y aprovechar los caudalosos ríos para desarrollar la industria hidroeléctrica.
Al obtener ingresos por ayudar al ambiente y a su vez desarrollar proyectos muy rentables, comienzan a perfilarse sin duda alguna algunos países africanos y latinoamericanos como grandes candidatos a participar en este mercado.
A 27 años después de haber sido creado, este mercado comienza a tomar protagonismo y el timing es perfecto. Muchas empresas como BP, Total energies, Apple han invertido en disminuir sus emisiones de CO2 como política pro ambientalista y responsabilidad social corporativa.

Monetizar estas decisiones se traduce en grandes ingresos. Para el primer trimestre del 2021 Tesla logró vender sus créditos de carbono a una empresa manufacturera por US$ 518 millones, otorgándole un ingreso significativo.
Pareciera que el riesgo que este mercado ofrece vale la pena correrlo, sus antecedentes de uso le han otorgado fuerza y confiabilidad.

La falta de regulación parece ser un problema de mediano plazo, pues este freno contuvo a este gran mercado por 27 años, pero ahora que el mundo experimentó la volatilidad del mercado cripto, parece que la experiencia aumento la tolerancia al riesgo de muchos jugadores en los mercados financieros.

El día de hoy, invertir considerablemente en energías renovables o mercados alternativos ya no es un movimiento descabellado sino una excelentes oportunidad. Debido a esto, parece ser sólo cuestión de tiempo, para que una entidad internacional figure como inspectora y verifique las raíces que sostienen a este mercado futurista.

*International Analyst at Gas Energy Latin America

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