02/05/2024
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Entre un populismo izquierdista corrupto y un nuevo trotskismo de derecha

Escribe Ricardo Sarmiento*

Argentina quedó entre un populismo izquierdista corrupto y un nuevo trotskismo de derecha.

En ambos casos, juegan opciones electorales que generan ideas cercanas a la violación de la letra de la Constitución Nacional, lo que fomentará el ausentismo electoral en la Segunda Vuelta y también el voto en blanco o el voto impugnado como forma de mostrar la impotencia de ciudadanos desencantados con el resultado de la primera fase de estas Elecciones Presidenciales 2023.

  • Entrampados del populismo

En las elecciones nacionales Los argentinos quedaron entrampados de un populismo de izquierda complaciente con la corrupción y otro nuevo populismo de derecha, emergente que se caracteriza por sostener ideas anarcocapitalistas o, como definió Julio Ramos, fundador del diario económico Ámbito Financiero, que aplicó por primera vez el mote de “trotskismo de derecha” cuando emergió en los años 80 la fuerza política de la Unión de Centro Democrático (UCEDE), liderado por el mítico ultraliberal Álvaro Alsogaray.

Precisamente, Sergio Massa dió su primer paso hacia la política, incorporándose a la UCEDE en las huestes de la Juventud de aquel partido político que fue abducido en la década de 1990 durante los 10 años de presidencia de Carlos Saúl Menem, el caudillo peronista que poluyó la política, ganó elecciones con discurso populista y destruyó la economía y la infraestructura de apoyo a la producción. Su justificación para explicar la destrucción de 40.000 kilómetros de vías ferroviarias, eliminar el transporte marítimo de bandera, entre otras medidas, se sintetizó en la cínica frase “si decía lo que pensaba hacer no me votaba nadie”.

Menem fue quien abrió las puertas de la Argentina hacia el narcotráfico al dar documentación argentina a la viuda e hijos del narcotraficante colombiano Pablo Escobar Gaviria. A partir de allí, las mafias narcos comenzaron a usar al territorio argentino como “santuario” para que sus hijos pudieran estudiar o sus familias estuvieran lejos de la violencia narco colombiana. Con las familias narcos llegaron sicarios y el tráfico de drogas evolucionó en escala geométrica. Muchos se instalaron en selectos barrios privados, inclusive en territorios distritales en los que gobernó Sergio Massa en sus mandatos como intendente.

Tras el fin del peronismo menemista, Massa fue introducido al peronismo kirchnerista por Graciela Caamaño, esposa de Luis Barrionuevo, el dirigente sindical gastronómico que, en estas elecciones apoyó a Javier Milei, el ultraliberal que se jactó de identificarse como anarcocapitalista.

  • Un outsider antisistema

Lo curioso es que que Milei, un outsider del sistema, que en esta primera vuelta logró 29,98% de los votos, llegó a posicionarse como segunda fuerza con apenas 18 décimas porcentuales por encima del 29,8% que había obtenido en las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatoria (PASO) realizadas el 13 de agosto pasado.

Esto significa que Milei no creció electoralmente en esta primera vuelta de la Elección Presidencial. Su propia iracundia, su descontrol público e irracionalidad de propuestas anti constitucionales como eliminar el Banco Central y la moneda nacional, le jugaron en contra y encontró su techo apenas 18 décimas por encima de los votos que cosechó en las PASO.

El tradicional trotskismo sintetiza su filosofía en la teoría de “cuanto peor, mejor”. Los que aún reivindican a Trotsky en Argentina y en el mundo, son actores permanentes de corrientes permanentes antisistema en el mundo occidental. En la ex Unión Soviética, hoy Rusia, fueron exterminados por Stalin.

La propuesta trotskista de derecha de Milei también es antisistema y va más allá, aún, del liberalismo global más ortodoxo. Si se llegan a aplicar su política económica ultraliberal, sería más dañino y perjudicial que la política que implementó José Alfredo Martínez de Hoz, el primer ministro de Economía de la última dictadura militar argentina que se impuso en el país entre 1976 y 1983, y que contó con el apoyo del Partido Comunista Argentino, que también apoyó al kirchnerismo desde 2003, integrando las alianzas coyunturales como el Frente de Todos o ahora Unión por la Patria.

La propuesta antisistema de Milei propia destruir instituciones constitucionales como el Banco Central y la moneda nacional; algo más grave, destruir el Estado, además de descalificar al Congreso Nacional o sugerir, a través de sus adláteres, que prescindiría de ese poder público para gobernar. Pero todas esas propuestas no sumaron seguidores al grupo de fanáticos seguidores que lo votaron en las primarias.

  • Los errores de Juntos por el Cambio

El relegamiento de Patricia Bullrich a un 23,83% del voto en esta primera vuelta refleja que fue la más afectada por la virulenta disputa interna con Horacio Rodríguez Larreta, la ambigüedad de los elogios preelectorales del propio Mauricio Macri hacia Javier Milei. Bullrich tampoco contó con un equipo de comunicación eficiente, como no lo tuvo Mauricio Macri durante su Presidencia entre 2015 y 2019. En ambos casos, se caracterizaron por no permitir ideas o aportes y observaciones o críticas desde especialistas ajenos a la cerrada organización de campaña electoral.

En la práctica, el 28% que había sumado Juntos por el Cambio en las PASO, entre quienes apoyaron a Patricia Bullrich y a Horacio Rodríguez Larreta se redujo en 4,17 puntos porcentuales que, sin mucho esfuerzo, puede decirse que sumaron sufragios a Sergio Massa, el hombre elegido por Cristina Fernández de Kirchner para encabezar la coalición oficialista de Unión por la Patria. También fue Cristina quien marcó e impulsó a Alberto Fernández a la Presidencia de la Nación en 2019.

Cristina, es la viuda de Néstor Kirchner que sucedió en la presidencia a su marido, en 2007 y que ejerció la Presidencia durante dos mandatos consecutivos que le permitieron ejercer el poder durante 8 años hasta 2015, en que se logró la alternancia en el máximo nivel del poder público, con el triunfo de Mauricio Macri que gobernó la Nación hasta 2019. Ella es la ex presidente que logró ser la ex mandataria con mayor cantidad de causas por corrupción y que hoy ocupa aún la vicepresidencia de la Nación y la Presidencia del Senado Nacional.

  • Comodín

Tras este historial resumido, aparece Milei con fuertes sospechas de ser un comodín armado por la astucia política de Cristina y de Massa. Más de 30 hombres surgidos del Frente Renovador de Sergio Massa fueron candidatos en las listas distritales de Javier Milei, especialmente en los municipios del conurbano del Gran Buenos Aires.

Ese Milei vociferante y descontrolado en el acto de cierre de su campaña tanto como en otros actos anteriores, no sumó más de 18 décimas de adhesiones más allá de los votantes de las PASO que asimilaron sus expresiones de fanatismo exuberante y un lenguaje procaz que lo llevó a decir en la radio de mayor audiencia del país que “el peso”, la moneda nacional argentina era “excremento”.

Es por todo esto que puede decirse que, ante la Segunda Vuelta electoral que se concretará en noviembre, Argentina quedó entre un populismo izquierdista corrupto y un nuevo trotskismo de derecha.

El populismo de Massa lo llevó a anunciar, en su doble rol de Ministro de Economía y Candidato Presidencial oficialista, diariamente dos o tres medidas que aumentaron el gasto público en más de 2 billones de pesos desde el 13 de agosto hasta ahora que se jugó la primera vuelta electoral de las elecciones nacionales 2023.

Massa logró instalarse como un ejecutor benefactor y el mejor comunicador electoral mediante el uso de los recursos públicos.

Sergio Massa ya más de un año como ministro de Economía de un gobierno que liberó más de 10.000 delincuentes presos durante la pandemia, desactivó las medidas de seguridad en las fronteras más vulneradas por el narcotráfico. Es el ministro de Economía que ostenta una inflación anual superior a 140%, un dólar ya hoy a 1.100 pesos en el mercado aunque estaba a 64 pesos en el inicio de la Presidencia de Alberto Fernández.

Aún así, puede ser quien tenga más chances de ser el próximo presidente de la Nación y tratará de seducir a los escasos votantes de la izquierda trotskista (porque los comunistas y socialistas ya forman parte de Unión por la Patria y acompañan al kirchnerismo desde hacer años) y a los votantes de Juan Schiaretti que lograron 6,9% de los votos. Entre ambas fuerzas minoritarias podrían sumarle 10 puntos a Sergio Massa en segunda vuelta.

La disputa próxima entre Sergio Massa y Javier Milei, pondrá a prueba los valores éticos del electorado que acompañó a Patricia Bullrich y habrá que ver si, quienes predicaron con mayor énfasis la voluntad de cambiar el escenario político, generan una opción, una conducta electoral autónoma y coherente, entre un populismo izquierdista corrupto y un nuevo trotskismo de derecha.

*Consultor de Negocios y Estrategias Corporativa, Consultor de Imagen Pública, periodista argentino, Director y Editor de SRSur News Agency

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