China descubrió dos enormes yacimientos de petróleo

China descubrió dos enormes yacimientos de petróleo de esquisto que prometen revolucionar la industria del fracking en su territorio.
El hallazgo de ambos yacimientos podría marcar un punto de inflexión en China
Se calcula que entre los dos podrían albergar unos 1.300 millones de barriles
Es la primera vez que China logra evaluar con su tecnología este tipo de yacimientos.
Los arduos esfuerzos de China por reducir su dependencia energética del mundo están dando sus frutos.
Tras cientos de millones de dólares en inversión, las petroleras del ‘gigante asiático están logrando encontrar yacimientos de petróleo con vastas reservas que poco a poco van permitiendo a China producir más petróleo, justo cuando su consumo de crudo parece haber tocado techo.
Aunque el camino aún es largo y costoso (China consume más de 16 millones de barriles de crudo cada día y sólo produce 4,2 millones), las matemáticas son claras: si Pekín produce cada vez más crudo y su consumo se estanca o incluso se reduce (ante la rápida electrificación) llegará un día en el que China logre ser independiente o autosuficiente en materia de petróleo.
Dos nuevos yacimientos de petróleo de esquisto (shale oil) hallados esta misma semana acercan a Pekín a este objetivo, que se encuadra dentro de un plan más amplio, que busca la independencia total del país del resto del mundo.
China ha dado un paso decisivo en su estrategia energética con el descubrimiento de dos gigantescos yacimientos de petróleo de esquisto en el este del país.
Según anunció Sinopec, la mayor refinería de petróleo china, estos campos contienen unos 1.300 millones de barriles de petróleo recuperable y representan un avance clave en la explotación de hidrocarburos no convencionales.
Los yacimientos, denominados Xinxing y Qintong, han sido certificados por el Ministerio de Recursos Naturales de China, que ha confirmado su viabilidad y alto potencial productivo.
“Este descubrimiento es un movimiento estratégico para explotar e identificar reservas de petróleo de esquisto en las cuencas de rift continentales de China“, declaró el ministerio en un comunicado oficial.
Con este hallazgo, el país asiático refuerza su apuesta por el fracking, una técnica de extracción que permite liberar hidrocarburos atrapados en formaciones de roca, como el esquisto, mediante la fracturación hidráulica.
- El petróleo de esquisto
Los datos publicados por Sinopec indican que los depósitos del campo Xinxing se encuentran a profundidades de entre 2.900 y 4.000 metros, mientras que en Qintong se hallan entre 3.430 y 4.560 metros bajo la superficie.
A pesar de la complejidad geológica, las pruebas realizadas muestran resultados prometedores: “Ambos campos han registrado una alta producción en pozos individuales con un rendimiento estable a largo plazo”, señaló la empresa estatal.
El petróleo de esquisto se considera una de las fuentes más difíciles y costosas de extraer, pero China ha intensificado sus esfuerzos en este ámbito para fortalecer su seguridad energética.
De acuerdo con la Administración Nacional de Energía de China, el país produjo 213 millones de toneladas de crudo en 2024, de las cuales 6 millones correspondieron a petróleo de esquisto.
Esto que representa un incremento interanual de más del 30%, pero siguen siendo unas cantidades muy bajas en comparación con EEUU, donde más del 50% de la producción procede del fracking.
- La tecnología china avanza
El descubrimiento de estos yacimientos no solo confirma el enorme potencial energético de China, sino que también introduce un nuevo estándar en la evaluación de reservas de hidrocarburos.
“Esta es la primera vez que se utilizan estándares industriales desarrollados en China para estimar el petróleo de esquisto y los sistemas de esquisto continental”, explicó Li Jinggong, jefe del equipo de evaluación de reservas del ministerio.
Esto supone un avance técnico que facilitará futuras exploraciones y permitirá mejorar la precisión en la identificación de nuevas reservas.
En el contexto de su 15º Plan Quinquenal (2026-2030), Sinopec ha fijado un objetivo ambicioso.
“Aspiramos a alcanzar una producción anual de 2 millones de toneladas de petróleo de esquisto para finales de la década, con un aumento en las reservas probadas de más de 100 millones de toneladas por año”, indicó la compañía.
De lograrse, esto significaría un fuerte impulso a la industria del fracking en China, acercándola a los principales productores mundiales de petróleo no convencional.
- Un momento clave para China
Este anuncio se produce en un momento clave para el sector energético del país.
En los últimos años, China ha dependido en gran medida de las importaciones de crudo para abastecer su creciente demanda, pero la rápida explotación de yacimientos convencionales en declive ha obligado a una búsqueda más agresiva de fuentes alternativas.
Como respuesta, el gobierno central ha instado a las empresas estatales a intensificar la exploración de depósitos difíciles de extraer, como los de petróleo de esquisto.
No obstante, la producción de este tipo de crudo sigue siendo limitada en comparación con la extracción tradicional.
Actualmente, el petróleo de esquisto representa solo el 1% de la producción total de crudo de China, lo que indica que aún hay un largo camino por recorrer antes de que pueda convertirse en una fuente energética clave.
Aun así, la inversión en tecnología de fracturación hidráulica y perforación horizontal podría acelerar el desarrollo de estos recursos.
Desde el punto de vista global, el auge del fracking en China podría reescribir el mapa energético mundial.
Si el país logra incrementar significativamente su producción de petróleo de esquisto, podría reducir su dependencia de importaciones de Medio Oriente y Rusia, alterando el equilibrio en los mercados petroleros internacionales.
Además, China podría consolidarse como uno de los tres mayores productores de petróleo de esquisto del mundo, un club en el que actualmente destacan Estados Unidos y Canadá.
El reto ahora es superar las dificultades técnicas y económicas que presenta la extracción de este tipo de petróleo.
La fracturación hidráulica requiere una gran cantidad de agua y productos químicos, lo que genera preocupación por el impacto ambiental y los costos operativos.
Además, la rentabilidad de estos yacimientos dependerá de factores como la estabilidad de los precios del petróleo y la evolución de la demanda interna, que ahora mismo está estancada y pronto podría empezar a reducirse.
Pese a estos desafíos, el descubrimiento de Xinxing y Qintong marca un hito en la historia energética de China.
Con su estrategia de desarrollo de reservas no convencionales y el respaldo del gobierno, el país está consolidando su papel como una potencia en la industria del petróleo de esquisto.
“El éxito en estos proyectos demostrará la viabilidad a largo plazo del fracking en China y establecerá una base sólida para futuras exploraciones”, concluyó Sinopec.
Con esta nueva apuesta, China no sólo busca autosuficiencia energética, sino también liderazgo tecnológico en la explotación de recursos no convencionales.
Los próximos años serán cruciales para ver si el país logra transformar su potencial en producción efectiva y si estos yacimientos se convierten en una piedra angular de su estrategia energética.
Fuente: Economista.es
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